La representante de la OEA reiteró el compromiso de México con los derechos humanos, así como con los procesos electorales plenos como pilar de cualquier democracia.
Ciudad de México, 13 de noviembre (SinEmbargo/EFE).- El Gobierno de México externó sus preocupaciones hacia Nicaragua luego de que en las recientes elecciones el Presidente Daniel Ortega logró su quinta reelección.
Luz Elena Baños, Embajadora de México ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), expresó al órgano regional que México ya comentó su preocupación a Nicaragua sobre el proceso electoral que vivieron el pasado 7 de noviembre sobre todo por la libertad de expresión y la participación política de la ciudadana.
«Mi país, a partir de su mandato constitucional de promoción, protección y respeto a los derechos humanos, ha externado al Gobierno de Nicaragua nuestras preocupaciones sobre el proceso político llevado a cabo el pasado 7 de noviembre y, especialmente, en lo que hace a la libertad de expresión y a la participación política de su ciudadanía», comentó Luz Elena Baños.
La representante de la OEA reiteró el compromiso de México con los derechos humanos, así como con los procesos electorales plenos como pilar de cualquier democracia.
«Y especialmente en lo que hace a la libertad de expresión y a la participación política de su ciudadano, que derivó en el llamado a consultas de nuestro embajador acreditado en dicho país», comentó.
También mencionó que la posición de México ha sido constante en no apoyar alguna decisión de la OEA que esté encaminada a aislar o imponer alguna sanción a un estado o miembro, pues eso se encuentra fuera de sus facultades.
Además, Luz Elena Baños recalcó que solamente el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es capaz de tomarse tales atribuciones siempre y cuando la paz y la seguridad internacional estén en peligro.
Esas declaraciones han reforzado la confrontación narrativa entre México y la OEA, particularmente con el secretario Luis Almagro, pues las autoridades mexicanas incluso han buscado la forma de sustituir al organismo con la la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que ahora preside México.
«Sólo el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (el cual preside México este mes) goza de tales atribuciones, y siempre que determinada situación ponga en peligro la paz y la seguridad internacionales.
«Tampoco podríamos reconocer que la OEA goce de facultades implícitas o residuales, es decir, atribuciones que no estén expresamente previstas en las obligaciones que hayamos asumido en forma soberana», señaló.
En el mismo sentido, recalcó que la política de aislamiento no es positiva, por lo que se debe llevar a cabo el diálogo y la plena búsqueda de soluciones.
«Antes que procurar el diálogo y la búsqueda de soluciones pacíficas, éstas sirven para alimentar, en cambio, mayor cerrazón a la negociación en detrimento de la promoción de la democracia. El espíritu de la Carta Democrática Interamericana es la búsqueda de soluciones con el pleno concurso de todas las partes involucradas», dijo.
Finalmente Luz Elena Baños hizo un llamado a los miembros de la OEA para entablar el diálogo y bajo la soberanía y respeto encontrar soluciones democráticas, también ofreció su disposición para colaborar con Nicaragua.
NICARAGÜENSES PIDEN QUE DANIEL ORTEGA SEA DECLARADO COMO ILEGÍTIMO
Un grupo de 26 movimientos de víctimas de la crisis en Nicaragua y organizaciones de la sociedad civil demandaron a la OEA, la ONU y a la Unión Europea (UE) que declaren ilegítimo al Presidente Daniel Ortega, luego de las elecciones del domingo, en las que obtuvo otra reelección.
“Después de ríos de sangre y de lágrimas, de secuestros y encarcelamientos, de tan prolongado exilio, nuevamente el pueblo ha hecho su parte. Ahora les toca a ustedes (…). Ya no hay argumentos para que la OEA en su Asamblea General, y la comunidad internacional, retrasen la declaración de ilegitimidad de la farsa electoral y del régimen”, indicaron los movimientos, entre estos Nicaragüenses en el Exterior (NEEM) y la Asociación de Familiares de Presos Políticos.
El llamado lo hicieron en el contexto de la 51 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que tiene entre sus temas principales la situación de Nicaragua, país sobre el que pende la posible aplicación de la Carta Democrática Interamericana por “rompimiento del orden constitucional”.
La crisis de Nicaragua, que inició con la muerte de al menos 328 personas en las manifestaciones antigubernamentales de 2018, se agudizó el pasado domingo, en unos comicios que Ortega ganó con siete aspirantes a la Presidencia por la oposición encarcelados, dos exiliados, tres partidos políticos opositores eliminados, y sin observación electoral.
Los movimientos, entre estos el indígena consejo de Ancianos Municipal Moskitia de Waspam y la Asociación Víctimas de Abril (OVA), solicitaron a la comunidad internacional que retire a Ortega “el apoyo político y económico del cual se alimenta”.
“Es urgente la conformación de una Comisión Multilateral de Alto Nivel que traduzca esa ilegitimidad en un plan urgente que asegure el respeto a los derechos humanos y la transición democrática en Nicaragua”, agregaron.
Las elecciones generales de Nicaragua, en las que se esperaba una nueva reelección del sandinista Daniel Ortega, en el poder desde el 2007, se han caracterizaron por una escasa participación debido a que, para muchos, el resultado está determinado de antemano.
El camino para el quinto mandato de Ortega y cuarto consecutivo quedó allanado cuando la Policía Nacional, que dirige un consuegro del mandatario, arrestó a siete posibles candidatos presidenciales de la oposición que se perfilaban como sus principales rivales y que podían servir de contrapeso.
Otros dos aspirantes disidentes se marcharon al exilio alegando razones de seguridad.
Sin competencia electoral, la jornada se ha centrado en otros dos ejes: el nivel de participación y la legitimidad que tendría Ortega, quien, por su lado, consideró que lo que está en juego es la paz o el «terrorismo», esto último, según él, promovido por la oposición excluida de los comicios.
El exguerrillero, de 76 años de edad y que retornó al poder en 2007 tras coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1985 y presidir por primera vez el país de 1985 a 1990, fue reelegido junto con su esposa, la Vicepresidenta Rosario Murillo, con el 75.92 por ciento de los votos en los comicios.