El 2021 culmina con indicios de una cuarta ola de contagios por COVID-19. Pero al inicio se vivió un desconfinamiento gradual de la mano de la vacunación, lo que permitió despertar a la economía, pero en el marco de los problemas en la cadena de suministros global y la variable Ómicron.
Ciudad de México, 26 de diciembre (SinEmbargo).– A la par de la vacunación, en este año que culmina, la sociedad mexicana ha atravesado por un gradual desconfinamiento que, a diferentes ritmos y en modalidades híbridas, ha implicado el regreso a clases, oficinas y otras actividades de recreación tras un 2020 de encierro, fábricas paradas y miles de muertes.
En este último mes la incertidumbre volvió por la variante Ómicron, pero desde la primera mitad del 2021 la economía ha ido recuperándose luego de una caída histórica. Aunque en este proceso de recuperación se han generado los cuellos de botella en las cadenas de suministro.
Este fenómeno se debe a una desincronización entre el repunte de la demanda en la pospandemia, la capacidad de producción de todas las materias primas requeridas provenientes de Asia y la lenta descarga de contenedores en los muelles. Esto, a su vez, ha generado un aumento en los precios de bienes y servicios empezando por los contenedores mismos.
Para evitar una crisis de desabasto de productos en México, LDM, compañía especializada en cadena de suministro, planteó la urgencia de que las empresas nacionales compren a proveedores cercanos del continente latinoamericano, lo que reduciría hasta en un 50 por ciento el tiempo y logística para importar los productos, así como planificar la demanda en fechas importantes como la reciente Navidad para contar con las materias primas necesarias e inventarios.
«Un ejemplo simple es reforzar la implementación de nearshoring con Estados Unidos, tenemos una ubicación geográfica privilegiada con ellos de 3 mil 200 kilómetros de frontera y es nuestro principal socio comercial, siendo una opción positiva para la implementación de más hubs de cadenas de suministros y logísticos entre ambas partes para resolver el problema de desabasto», dijo José Ambe, CEO de LDM.
UN DESPERTAR ECONÓMICO CON TRABAS
De la mano del regreso a clases, oficinas, gimnasios, bares, centros comerciales, restaurantes, playas y demás, se estima que la actividad económica nacional despierte alrededor de un 6 por ciento este 2021 por un efecto rebote luego de una caída histórica de 8.5 por ciento en 2020, aunque con una inflación muy por encima de la meta por los cuellos de botella en el suministro, según cifras oficiales y bancos.
El repunte de los primeros meses encontró un tope entre julio y septiembre. El PIB cayó un 0.2 por ciento trimestral tras cuatro trimestres de crecimiento, en el marco de la tercera ola de contagios por Delta y de la escasez de insumos que ha impactado al costo de producción de la industria automotriz, médica, cementera, de telecomunicaciones, entre otras. La caída continuó en el último trimestre.
Luego de que cerraron las fábricas a inicios de 2020 en el mundo y se reabrieron a finales del año pasado, la producción no se sincronizó al mismo tiempo por lo que se derivó un desequilibrio entre la demanda ya no sólo de electrónicos para home office y clases presenciales, la oferta de todo lo requerido y la logística en la descarga de contenedores en los puertos.
El Banco de México (Banxico) calculó que sólo la crisis de semiconductores –que ha provocado paros parciales en las plantas de Ford, VW, General Motors, Nissan o KIA– podría costarle al PIB de este año casi un punto porcentual, razón por la cual la Secretaría de Economía acordó un plan de cofabricación con Estados Unidos que ya construyó sus propias fábricas de estos insumos.
En este marco de cierre de año, los analistas financieros consultados por el Banxico estimaron un crecimiento para 2021 de un 5.7 por ciento (2.79 por ciento para 2022), así como una tasa de inflación de 7.2 por ciento, su mayor nivel en 20 años, lo cual ya comenzó a reflejarse en productos básicos como verduras, tortilla y, por supuesto, energéticos.
Esto ocasionará que con el adiós al 2021, se dará la bienvenida a una cuesta de enero con una inflación alta y estimaciones de un dólar hasta en 21 dólares para el segundo semestre de 2022.
REGRESO A LAS AULAS
Luego de enfrentar un aislamiento de 18 meses y hasta violencia física y/o sexual doméstica que derivó en embarazos y suicidios infantiles, como lo documentó la Subsecretaría de Gobernación, el 30 de agosto más de 11 millones de niñas y niños regresaron a 120 mil escuelas de educación básica entre cubrebocas, nerviosismo de los padres y madres, y el personal educativo vacunado con CanSino.
De agosto a la fecha, la cifra aumentó a más de 20 millones de estudiantes en 180 mil aulas públicas. El programa Aprende en Casa —cuestionado por la brecha digital y la ineficacia en el aprendizaje de menores— continúa en operación para los niños y adolescentes que sigue en aislamiento o bajo la modalidad mixta en el ciclo escolar 2021-2022.
Entre cientos de amparos solicitados desde agosto por la falta de vacunación a menores de edad, el Presidente Andrés Manuel López Obrador y la Secretaría de Educación Delfina Gómez han reiterado el llamado al regreso presencial en todos los niveles al argumentar que corren un «riesgo mínimo» de contagio.
A dos semanas del arranque de clases, el 14 de septiembre, el Subsecretario de Salud Hugo López-Gatell informó que no hubo un repunte de contagios en menores de edad, dato que repitió este noviembre. «Se ha mantenido el porcentaje fijo [de contagios] que es el 10 por ciento», dijo sobre la población entre cinco y 17 años.
Luego de amparar a una niña veracruzana de 12 años con diabetes para ser vacunada, una jueza pidió al Gobierno federal incluir a todos los menores de 12 a 17 años en la Política Nacional de Vacunación contra la COVID-19 sin considerar su estado de salud.
Aunque el 8 de noviembre la Secretaría de Salud (SSa) impugnó la orden y el vocero del coronavirus había señalado que es importante llevar el orden por nivel de riesgo, días después se anunció el inicio de vacunación con Pfizer a adolescentes, independientemente de si tienen comorbilidades.
«Por cada dosis que por acción judicial por esta sentencia de amparo se desviara hacia un niño o niña, cuyo riesgo en menor, se le está quitando la oportunidad a una persona que tiene un riesgo mayor», había declarado López-Gatell el 7 de septiembre a la par de que en países como Estados Unido, Argentina, Chile, Uruguay, Perú, Colombia, entre otros, ya estaban vacunando a este sector poblacional.
La Organización Panamericana para la Salud (OPS) coincide en que la prioridad es vacunar a los adultos por su mayor vulnerabilidad. «El problema no es la vacunación baja en los niños o la no vacunación en los niños. Es que no alcanzamos todavía la vacunación de los grupos vulnerables para terminar la mortalidad por COVID», advirtió el subdirector, Jarbas Barbosa, sobre el caso latinoamericano.
DEL HOME OFFICE A LA OFICINA
Conforme se fueron levantado las medidas de restricción este año, la clase trabajadora del sector formal ha pasado poco a poco de las reuniones en Zoom entre chanclas, ladridos de perros o gritos de niños; entre salarios reducidos y entre una mayor demanda de sillas y aparatos electrónicos, a las jornadas laborales presenciales, comidas fuera de casa y largos trayectos en transporte. La clase trabajadora informal, por su parte, se mantuvo trabajando en calles incluso en los peores momentos de la pandemia.
En el marco de una crisis de renta de edificios, la encuesta “¿Qué sienten los mexicanos con respecto al regreso a la oficina?”, elaborada por el espacio de búsqueda de espacios Kokatu, reveló que la principal preocupación de los empleados es el tráfico, seguido del contagio y en tercer lugar el no poder trabajar bajo sus propios tiempos.
En la Ciudad de México, el Gobierno local informó desde finales de abril que las oficinas corporativas podían reabrir sus puertas con el 20 por ciento del aforo máximo con sus respectivas medidas sanitarias. En septiembre —tras la tercera ola de COVID y entonces en semáforo amarillo— se amplió el aforo al 80 por ciento.
Desde mayo la tercera edición de la Encuesta sobre el impacto generado por la COVID 19 en las empresas del Inegi mostró que sólo 5.7 por ciento de las empresas —sobre todo grandes y no mipymes— mantendría el teletrabajo como alternativa.
No obstante, las expectativas de los trabajadores desconfinados sobre los modelos laborales han cambiado. La agencia de reclutamiento Robert Walters realizó un estudio con más de dos mil organizaciones a nivel global para entender cómo se planea regresar a la oficina y cuál es la visión para la nueva forma de trabajo.
Tras el teletrabajo al que orilló la pandemia, ahora las personas desean volver con un mayor balance entre vida y trabajo, oportunidad de realizar actividades personales e incluso jornadas más cortas y semanas de trabajo de menos días, mostró el estudio.