La piel sintética llamada ReSkin tiene entre 2 y 3 milímetros de grosor y cuentan con partículas magnéticas para calcular el punto de contacto y la fuerza que se le debe de aplicar, similar al contacto físico que tenemos los humanos.
Ciudad de México, 6 de noviembre (RT).- La detección táctil es una cuestión que la industria de la robótica tiene pendiente resolver, pero Meta (la empresa anteriormente conocida como Facebook) anunció esta semana que pretende poner fin a este problema con una especie de fina piel sintética para máquinas llamada ‘ReSkin’, que reproduce el tacto a nivel humano en el mundo físico.
Los receptores naturales de la piel permiten a los seres humanos percibir atributos físicos como la temperatura, la textura, el peso e incluso el estado físico de un objeto. Aunque las piezas robóticas pueden dotarse de conocimientos audiovisuales mediante un modelo basado en la inteligencia artificial, la falta de sensibilidad táctil supone actualmente un freno. Estos aprendizajes son de especial importancia para Meta, ya que la empresa trata de aprovechar sus pistas mientras construye el metaverso con experiencias de realidad aumentada, realidad virtual y realidad mixta.
Ahí es donde ReSkin intenta llenar el vacío de la innovación. La división de inteligencia artificial de Meta ha creado una duradera piel sintética de tan solo dos o tres milímetros de grosor y lo suficientemente duradera para ejecutar más de 50 mil interacciones físicas. Esta piel está hecha de un elastómero deformable al que se le han incrustado partículas magnéticas.
Las señales magnéticas generadas por estas partículas se registran y luego se convierten en datos útiles, como el punto de contacto y la cantidad de fuerza aplicada. La empresa afirma que ReSkin puede detectar una fuerza de tan solo 0.1 Newton en objetos de hasta un milímetro de grosor. Puede ser de especial utilidad para organismos como la NASA, que actualmente está probando robots semiautónomos para realizar una amplia gama de tareas en el espacio.
Una de las mayores ventajas de esta nueva tecnología es su reducido precio, según los desarrolladores. La división de inteligencia artificial de Meta subraya que producir 100 láminas de ReSkin cuesta menos de seis dólares, y que el coste puede reducirse aún más con la producción en masa. Cuando una capa se ha desgastado, puede quitarse con facilidad y sustituirse por una nueva. También puede aplicarse sobre brazos robóticos y brazos humanos mientras se realizan tareas cotidianas para recoger datos críticos para el entrenamiento de modelos de inteligencia artificial.
Además, Meta detalla que ReSkin puede integrarse con otros sensores que registran señales visuales y sonoras para crear conjuntos de datos multimodales. Para demostrar su eficacia, los expertos lo aplicaron en brazos robóticos que manipulaban frutas blandas para demostrar su detección táctil. Creado en colaboración con la Universidad Carnegie Mellon, el producto es de código abierto y está respaldado por un algoritmo de aprendizaje autosupervisado para facilitar el proceso de calibración.