El primer tatuaje que el niño hizo fue un cráneo en el brazo de su papá, desde ese momento se ha dedicado a trabajar en ello.
Puebla, 16 de octubre (PeriódicoCentral/TheConversation).- Brandon Burgos, un niño que, además de estudiar, se dedica a un oficio en el que sus papás le han dado toda la confianza para que en realice en sus ratos libres: hacer tatuajes, en Puebla.
Brandon tiene 11 años y en entrevista con Periódico Central narró que desde los 8 empezó en el arte de tatuar.
El primero que hizo fue a su papá a quien le tatuó un cráneo en el brazo; y desde ese momento, lo dejaron iniciar su propio negocio pero sólo en ratos libres, para no interferir con la escuela.
El papá de Brandon también es tatuador, y tienen un estudio privado en la ciudad de Puebla.
#VIDEO Un pequeño de 11 años se convierte en tatuador tras seguir los pasos de su padre que cuenta con un estudio privado en la ciudad de #Puebla. Desde hace un año Brandon B. combina la escuela con el tatuaje que comenzó haciendo sobre fruta y piel de animal, en sus ratos libres pic.twitter.com/ofuR7gSv9G
— RevistaRayas (@RevistaRayas) October 11, 2021
El pequeño de 11 años empezó preparando la mesa, posteriormente siguió adentrándose a realizar los stencils.
Lugo inició a hacer sus pruebas en fruta así como piel de animal, pero todo siempre en sus ratos para que le dé tiempo de hacer su tarea y no distraerse.
LA CIENCIA DETRÁS DEL TATUAJE
A mucha gente le gusta decorar su cuerpo con tatuajes, están de moda, y los que los llevan los lucen con gusto y orgullo. Los tatuajes existen gracias a que tenemos artistas y a que se ha desarrollado la técnica de introducir tinta de colores dentro de la piel. A las células del sistema inmunitario les corresponde el rol de hacer que no sean efímeros, perduren en el tiempo y conserven tanto su tonalidad como la integridad de sus trazos. Todo esto, sin permitir que apenas se difuminen o dispersen por la piel.
El ser humano se tatúa desde hace más de cinco mil años y, aunque parezca mentira, hasta hace apenas tres años nadie se había parado a estudiarlo científicamente. En este artículo explicaré cómo participa el sistema inmunitario en la fijación de los tatuajes.
Anatómicamente, la piel consiste en tres capas de tejido apiladas. La capa más externa es la epidermis, que es un estrato córneo que nos aísla y nos protege del medio externo. A continuación tenemos la dermis, una capa fibrosa y elástica que soporta y refuerza la epidermis. Para terminar tenemos la hipodermis, que es un tejido más graso que nutre a las otras dos capas, a la vez que es un buen aislante mecánico y térmico.
La tinta de los tatuajes está basada en pigmentos insolubles, principalmente basados en la química del carbono o metálicos, que forman una dispersión coloidal en un liquido contenedor. Las agujas que usa el tatuador se meten entre 50 y tres mil veces por minuto a distintas profundidades, dejando su carga de tinta dentro de la piel tanto en la epidermis como en la dermis, donde se asienta por capilaridad.
Sólo una fracción de la tinta que coloca un artista llega a la dermis, y esta es también la razón por la que los nuevos tatuajes tienden a perder tinta a medida que se curan. Durante muchos años se pensó que los fibroblastos eran los que mantenían la tinta inyectada en su sitio. Hoy en día sabemos que esto no es así.
En biopsias ya se había visto que la captación de tinta era mayor en los macrófagos que en los fibroblastos. Pero, aunque ambos tipos celulares viven muchos años, acaban muriéndose. Entonces, ¿qué es lo que hace que la tinta siga quedándose en el mismo sitio? Cuando un macrófago muere, simplemente libera las partículas de tinta que había estado almacenando y que quedan atascadas momentáneamente entre la matriz y los fibroblastos.
Rápidamente aparece otro macrófago, limpia los restos celulares y engulle las partículas y las vuelve a fijar precisamente en el mismo sitio. Además, las partículas de pigmento presentes en la tinta del tatuaje son bastante grandes y, debido a su tamaño, no se drenan a los ganglios linfáticos a través de los vasos linfáticos.
¿Cómo se pueden eliminar los tatuajes con láser? Sencillamente, la luz del láser tiene una longitud de onda que absorbe las partículas de tinta. Esta luz es energía que capta y rompe en partículas de menor tamaño. Haciendo este proceso repetidas veces se consigue que las partículas sean lo suficientemente finas para que se difuminen en el tejido y al final desaparezcan.
En definitiva, esta forma de expresión humana tiene mucho de arte, mucho simbolismo y mucha fisiología de la respuesta inmunitaria. A la precisión del artista se le alía la precisión del sistema inmunitario, y gracias ambos logran lo que tanto desea el portador de los tatuajes, su inmutabilidad a pesar del paso del tiempo.