En los últimos días el Gobierno británico ha intentado contener la crisis de desabasto de gasolinas, no por falta de reservas, sino por escasez de transportistas. Sin embargo, la crisis laboral está afectando a más sectores y ha comenzado a «amenazar» la economía de Navidad.
Por Judith Mora
Londres, 29 sep (EFE).- El Gobierno del Reino Unido trata este miércoles a marchas forzadas de resolver la crisis provocada por el desabastecimiento de gasolineras en el país, causado por una escasez de transportistas que afecta también a otros sectores y que amenaza los suministros de cara a la Navidad.
El Ministro de Empresa, Kwasi Kwarteng, admitió en declaraciones a la cadena BBC que los últimos días, con largas filas para repostar en las estaciones de servicio debido al miedo de los conductores a quedarse sin combustible -lo que agravó la carestía-, «han sido difíciles», pero aseguró que la situación se está «estabilizando».
En todo caso, para garantizar que la gasolina llega de las refinerías, donde hay suficientes reservas, a los surtidores, el Ejecutivo del Primer Ministro, Boris Johnson, se dispone a emplear «en los próximos días» a militares como conductores de camiones cisterna, dijo el Ministro.
De acuerdo con el Gobierno conservador, unos 150 conductores del Ejército están ya preparados para asumir esas funciones, lo que, en opinión del director de la distribuidora Portland Fuel, «podría generar más pánico», cuando, indicó, «lo peor de la crisis ha pasado».
VACANTES EN MUCHOS SECTORES
Para tratar de captar a transportistas -se calcula que hay un déficit de 100 mil-, el Ejecutivo ha aprobado conceder 5 mil visados temporales a trabajadores extranjeros, pero los expertos consideran que esto no resolverá el problema ya que también hay necesidad en toda Europa y los profesionales cualificados tienen mejores opciones.
Según la empresa de oferta de empleo Indeed, las vacantes laborales en el Reino Unido, en ese y otros sectores, siguen al alza, con un 28.5 por ciento más a fecha del 24 de septiembre que el 1 de febrero de 2020, antes de la pandemia.
Tanto el sector de la hostelería como en general el comercio minorista han alertado de que, si el Gobierno no relaja las normas de migración introducidas tras el Brexit a fin de poder contratar a comunitarios, se verán afectados los suministros y los servicios de cara a la Navidad.
En declaraciones hechas ayer, Johnson, que cae en las encuestas por su gestión de la crisis del combustible, subrayó que «se están haciendo los preparativos necesarios para pasar bien las Navidades y más allá, no solo en el abastecimiento de las gasolineras sino en todos los puntos de la cadena de suministro».
El dirigente laborista, Keir Starmer, le ha acusado de dejar que el país «se estrelle de crisis en crisis».
ALZA DE PRECIOS Y PEOR SERVICIO
El consejero delegado de la firma de moda Next, Simon Wolfson -que precisamente apoyó la salida británica de la Unión Europea (UE)-, avisó hoy de que la falta de personal dificultará sus entregas en el periodo festivo y anticipó un aumento de los precios.
Pidió al Gobierno que, «para proteger la economía», adopte «un enfoque decisivo de la crisis de personal cualificado» abriendo la puerta a extranjeros para trabajar en «almacenes, restaurantes, hoteles, residencias de mayores y sectores temporeros».
La consejera delegada de UK Hospitality -agrupación de restauración y hostelería-, Kate Nicholls, instó por su parte a suavizar las restricciones de viaje al Reino Unido, simplificar la burocracia de migración e introducir en sectores como el suyo los «visados de recuperación COVID» ofrecidos a los transportistas.
«Está claro que no tenemos suficientes trabajadores en nuestro mercado laboral para llenar todas las plazas», afirmó Nicholls, quien advirtió de que, sin medidas más decisivas, muchos sectores seguirán «siendo frágiles» durante las fiestas navideñas.