Chalamet opina que hay pocos directores capaces de conseguir una película de «grandes presupuestos y llenas de arte», entre los que menciona a Nolan, Villeneuve, Ridley Scott y Steven Spielberg.
Madrid, 16 de septiembre (EFE).- El actor neoyorquino Timothée Chalamet, protagonista de la adaptación de Dune dirigida por Denis Villeneuve que se estrena en todo el mundo estos días, ha asegurado que se trata de una película «de autor con el atractivo de una superproducción».
«No creo que sea fácil de clasificar», señaló Chalamet a Efe a su paso por el festival de Venecia, «no olvidemos que es una película Villeneuve, que es el director de Arrival (2016), un filme que llegó a un público masivo, pero también de Enemy, que es genial pero bien rara… de una manera hermosa, claro está».
El actor, que saltó a la fama con Call me by your name (2017) y se ha convertido en la gran estrella de su generación, recuerda que siendo un adolescente le marcaron las películas de Christopher Nolan como The Dark Knight o Inception, cintas «de grandes presupuestos y llenas de arte, atractivas para el público y con un ritmo que no para».
En su opinión, hay pocos directores capaces de conseguir esa combinación, entre los que menciona, además de Nolan y Villeneuve, a Ridley Scott y Steven Spielberg.
Dune, basada en la novela de ciencia ficción escrita por Frank Herbert en 1965, narra la epopeya de Paul Atreides (Chalamet), hijo del duque Leto (Oscar Isaac) y la sacerdotisa Lady Jessica (Rebecca Ferguson) que deberá vencer sus miedos y combatir a unas fuerzas oscuras que le han llevado a Arrakis, un árido planeta habitado por la tribu Fremen.
Zendaya interpreta a una líder de esa tribu, aunque su aparición en el filme de Villeneuve, que se centra en la primera parte del libro, es pequeña y se espera que cobre más protagonismo en una más que probable secuela.
La actriz californiana, también convertida en estrella generacional gracias a la serie Euphoria, había participado antes en dos entregas de otra superproducción como es Spiderman, pero afirma que esta experiencia ha sido completamente diferente.
«En las secuencias en las que aparezco sentía literalmente que había aterrizado en ese planeta, no había pantalla azul», dijo a Efe en alusión a los fondos de ese color que se utilizan en los rodajes con mucho trabajo de postproducción y efectos especiales.
Zendaya considera un gran mérito del filme que logra introducir al espectador en el complejo mundo que imaginó Herbert sin tener que dar demasiadas explicaciones para los espectadores que no hayan leído el libro.
«Incluso para la gente a la que no le guste particularmente la ciencia ficción, creo que es una película que puede gustar por la conexión humana, es un filme fantástico y de otro mundo pero a la vez es atemporal y habla de relaciones humanas».