En una celda en California, acusado de narcotráfico y lavado de dinero, el exlíder del Ejército le pidió al Presidente su «alta intervención» ante una detención «arbitraria, injusta y humillante», rechazando la veracidad de los cargos en su contra e incluso disculpándose por su letra.
Ciudad de México, 31 de agosto (SinEmbargo).– El Presidente Andrés Manuel López Obrador reveló en su nuevo libro, A la mitad del camino, publicado esta semana, una carta que el General Salvador Cienfuegos Zepeda, exsecretario de la Defensa Nacional, le envió desde prisión en Estados Unidos cuando fue detenido en aquel país acusado por narcotráfico y lavado de dinero en octubre de 2020.
«Señor Presidente: Le escribo estas letras, obligado por las circunstancias que se han venido dando desde el día 15 de este martes y que coincide con mi detención en el aeropuerto de esta ciudad», comienza el exlíder del Ejército mexicano desde una celda en Los Angeles, California.
«Una detención arbitraria, injusta y humillante, enfrente de mi familia (esposa, cuatro hijas y tres nietas), por las autoridades del combate a las drogas de este país (DEA)», lamenta el General.
Cienfuegos Zepeda le informó «con toda veracidad como ciudadano y militar» a López Obrador que «los cargos que se me atribuyen son totalmente falsos». «Porque nunca en mi vida he cruzado una palabra con ningún criminal narcotraficante, ni por terceras personas, ni mensajeros, ni llamadas telefónicas o mensajes de cualquier tipo», escribió de puño y letra.
«Le solicito su superior intervención para que el juicio que se me impone sea agilizado y pueda demostrar mi inocencia. Me parece sumamente grave, no sólo para mí y la familia, lo que está sucediendo, es un asunto que va más allá de mi persona o lo que represento o representé», remarcó Cienfuegos Zepeda.
En la breve carta, de una hoja de extensión, el General argumentó que en 57 años ininterrumpidos de servicio al país, desde el ámbito militar, «nunca estuve ni de cerca en algún asunto delictivo». «Logré liderazgo y ejemplo en mi actuar siempre, formé a muchos militares profesionales que se ven reflejados en mí, tengo una gran familia, estable y que siempre busca superarse», dijo.
«En fin podría escribir mucho más pero lo importante es que hay una gran injusticia, me siento impotente y carezco de recursos para pagar un juicio en este país», completó.
Por último, Cienfuegos Zepeda le recordó a López Obrador: «Usted me conoce y me trató en dos ocasiones de como Presidente electo, en las que me permití darle mi opinión del Ejército y Fuerza Aérea. Quedo en espera de su alta determinación».
Además, luego de firmar su misiva, el General finalizó con una disculpa por su letra. «No estoy en la mejor comodidad», se excusó.
El 15 de octubre del año pasado, el extitular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en la administración del Presidente Enrique Peña Nieto fue detenido en el aeropuerto de Los Angeles, a petición de la Agencia para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), y luego fue ligado por fiscales de ese país con un cártel del narcotráfico en México, el H-2, al que supuestamente ayudó a cambio de sobornos.
El Gobierno estadounidense incluso señaló que Cienfuegos Zepeda era conocido como «El Padrino». Luego de dos semanas en un centro de detención en Los Ángeles, el General, de 72 años de edad y en retiro, fue trasladado a una prisión de Nueva York, a petición de la Corte federal con sede en Brooklyn, donde los fiscales ahondaron sobre los delitos a perseguir.
La acusación central fue que, entre 2015 y 2017, cuando era titular de la Sedena y a cambio de sobornos, Cienfuegos Zepeda protegió al Cártel de los Beltrán Leyva, a través de Juan Francisco Patrón Sánchez, alias “El H2”, a quien supuestamente ayudó en el tráfico marítimo y terrestre de cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana.
La acusación contra Cienfuegos, a quien se identificó también se identificó como “Zepeda”, fue presentada desde el 14 de agosto de 2019 ante la Corte para el Distrito Este de Nueva York, situada justo en Brooklyn.
Pero la Jueza Carol Amon, de la corte del distrito este de Nueva York, en Brooklyn, desestimó la acusación contra Cienfuegos a petición del Gobierno de EU, que menos de 24 horas antes de la vista judicial ya programada anunció que había llegado a un acuerdo con México para que fueran ellos los que investigaran al general y, en caso necesario, presentar cargos.
Un día después, el Canciller mexicano Marcelo Ebrard Casaubón dijo que México no defiende a una persona, sino un principio: “Para México no existe el escenario de la impunidad”. Y el Presidente López Obrador aceptó que “se puede interpretar” que se está dando impunidad al General Salvador Cienfuegos Zepeda, quien ya dormía en su casa luego de poco más de un mes detenido.
Ebrard fue contundente: “Para México no existe escenario de impunidad. Sería muy costoso para México haber optado por tener esa conversación con Estados Unidos. Lograr que se desestime por primera vez en la historia los cargos contra un exsecretario de la Defensa, que sea retornado a México y luego no hacer nada sería casi suicida. Para eso mejor no decimos nada. Que se quede allá. ¿Qué defiende México? Un principio”, agregó.
Tras ello, distintas versiones periodísticas apuntaron a que México se habría mostrado inflexible a la hora de exigir la repatriación del General. La agencia Reuters señaló que el retiró los cargos de narcotráfico y lavado de dinero por parte de EU fue a cambio de que el Gobierno de México capture a un líder de la droga del más alto nivel y ligado al “trafico de grandes cantidades del opioide sintético fentanilo”, informó.
En México, la Fiscalía General de la República (FGR), a cargo de Alejandro Gertz Manero, exoneró de toda posible relación con un grupo criminal dedicado al narcotráfico al General Cienfuegos Zepeda, además de liberarlo del cargo de presunto enriquecimiento ilícito, lo que provocó una oleada de críticas y pronunciamientos de un supuesto “pacto de impunidad” tanto en la FGR como en el Gobierno de la Cuarta Transformación o 4T.