El entrenador no consideró que era necesario ponerse la vacuna después de ya haber padecido la COVID-19, y fue internado durante dos meses en el hospital tras haber contraído el virus por segunda vez.
Ciudad de México, 24 de agosto (SinEmbargo).– Bill Phillips, un entrenador de gimnasio en Colorado, Estados Unidos, fue dado de alta después de dos meses de estar internado en el hospital por COVID-19.
Tras haber contraído el virus en enero de 2020, consideró que no era necesario ponerse la vacuna puesto que un examen demostraba que ya tenía anticuerpos. Sin embargo, se volvió a contagiar en junio de 2021 y la enfermedad casi lo mata, de acuerdo con el portal 9News.
Durante su infección bajó 70 libras de peso (unos 32 kilogramos), quedó postrado en una silla de ruedas porque no puede caminar y ahora está conectado de manera permanente a un tanque de oxígeno que le auxilia a respirar.
Phillips indicó al medio que no importó su buena condición física al momento de enfermar. «Ese error (de no vacunarme) casi me costó la vida», dijo. «Pónganse la vacuna y sigan con sus vidas, no se arriesguen».
Al inicio, su esposa, María Phillips, y él, creyeron que tenía sinusitis. Después desarrolló una tos grave, y la enfermedad le afectó a tal grado que fue a la sala de urgencias en el Hospital St. Anthony en Lakewood, Colorado.
«Si nos hubiéramos esperado tan sólo una hora más, Bill pudo haberse dormido y nunca haber despertado», aseguró la esposa a 9News.
De acuerdo con Maria Phillips, su esposo estuvo intubado durante 47 días, y no se despertó durante 18 días. Debido a su experiencia, ella decidió vacunarse mientras el entrenador se encontraba en cuidados intensivos.
Este miércoles finalmente podrían salir del hospital, y Bill Phillips se vacunará el día de su cumpleaños en septiembre.
Phillips es uno ejemplo de personas en Estados Unidos que en un principio rechazaron la vacunación contra la COVID y después fueron gravemente afectados por la enfermedad, que ya ha matado a más de 630 mil en aquel país.