La malanga aporta diversas vitaminas y minerales, además de los beneficios para la salud. Esta receta se presenta como una opción para preparar en casa un rico postre.
Ciudad de México, 22 de agosto (SinEmbargo).- No hay lugar como Veracruz, sus colores, aromas, la gente cálida y su deliciosa gastronomía son sólo algunos de los aspectos que hacen de las tierras veracruzanas unas de las más bellas del país. Entre los platillos más conocidos están el chilpachole de jaiba o el arroz a la tumbada, sin embargo, están aquellos que se preparan en las comunidades y se adaptan a los recursos de cada zona.
La malanga es un tubérculo que aporta vitaminas C, B y E, además de minerales como potasio y manganeso. Entre sus beneficios se encuentran los antioxidantes, además es facilitador de la digestión gracias a la fibra que contiene y regula los niveles de colesterol. Se puede cocinar de diversas formas y una de ellas es en buñuelos para un postre delicioso.
Esta es una receta de Maribel Mozo Coto, mujer originaria de Costa de Oro, cocinera que aprendió de su cuñada y tía a preparar postres tradicionales del Sotavento y la Costa. Esta receta forma parte de Cocina Campesina de los Tuxtlas y sus orígenes culturales, de Nidia Patricia Hernández Medel.
Ingredientes:
(Para 60 piezas aproximadamente)
1 kg de malanga
1 kg de harina
2 cucharaditas de levadura seca o un sobre de 11 gramos
Azúcar al gusto, aunque no debe quedar muy dulce, algo así como la masa de churros, con sabor, pero sin ser dulce ya que van acompañados de miel de caña.
1 pizca de sal
1 huevo
1/2 barra de mantequilla
1/2 litro de leche
También se puede agregar una piza de anís para darle sabor, además de que el anís en la comida disminuye la acidez o cualquier malestar ocasionado por las grasas o pesadez de los alimentos.
Procedimiento:
1. Se hierve la malanga y se deja escurrir. Después, se machaca hasta obtener una masa harinosa y a esta se le integra la harina cernida, la levadura sal y azúcar. Se mezcla todo y se le pone el huevo.
2. Se pone un poquito de leche en la estufa, se agrega la mantequilla y se sube al fuego.
5. Cuando la mantequilla se encuentra en estado líquido se le integra a la masa, cuidando que sólo esté tibia la leche.
6. Se amasa con fuerza hasta que se desprenda de las manos con facilidad, es momento de dejarla al calor o al sol por una hora aproximadamente.
7. Pasando la hora se vuelve a amasar, se van formando los buñuelos y se fríen.
8. Conforme van saliendo del aceite se escurren y aún calientes se sumergen en miel de caña. Están listos para comer.
