Bimbo, Walmart y Coca-Cola Femsa, son algunas de las 29 empresas del selecto grupo que conforma el índice sustentable de la BMV y las cuales han sido señaladas por organizaciones y comunidades por sus prácticas monopólicas, despojos y violaciones a los derechos humanos.
Ciudad de México, 15 de agosto (SinEmbargo).– El índice sustentable de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) completó su evaluación anual en junio pasado incorporando a cinco firmas, entre ellas América Móvil, del magnate Carlos Slim Helú, y Grupo Elektra, de Ricardo Salinas Pliego, entre su selecto grupo de 29 empresas que cumplen «con criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo», una serie de requisitos que, denuncian organizaciones, incumplen la mayoría de éstas debido a las afectaciones que han dejado en las comunidades donde se han establecido.
«Hay una preocupación de nuestra parte de cómo se construye este índice en sí mismo. ¿Cómo entran estas empresas? Sabemos que la evaluación la haciendo la compañía Standard and Poor’s, que es bastante sería en este tipo de evaluaciones, sin embargo la pregunta es quién le provee la información con la que evalúa a las empresas, saber si es la propia empresa o hay también terceros, por ejemplo, las comunidades donde la empresa se establece, sociedad civil, academia o el propio Gobierno como autoridad responsable. Creo que eso es otro punto de preocupación porque se incluyen a estas empresas denunciadas por comunidades afectadas», dijo en entrevista Fernanda Hopenhaym, codirectora ejecutiva del Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (PODER), una organización que se enfoca en comunidades locales afectadas por la industria.
En junio de 2020 desapareció el conocido índice IPC Sustentable para dar pasó a uno nuevo, el “S&P / Total Mexico ESG Index”, que fue lanzado por la BMV y Standard and Poor’s Dow Jones Indices (S&P DJI) y que incluye a 29 empresas mexicanas de sectores de consumo, industrial, bienes raíces y servicios que implementan características ambientales, sociales y de gobierno corporativo en sus modelos de negocio.
De acuerdo con la BMV, los puntajes ESG de S&P DJI que se utilizan para este índice son de dimensión ambiental (E), social (S) y de gobernanza (G), los cuales calculan de forma sólida los factores de riesgo y rendimiento de las empresas que lo conforman con un enfoque en materialidad financiera.
En junio pasado, S&P Dow Jones Indices completó el rebalanceo anual del nuevo índice de sustentabilidad y con esto se confirmó a las empresas que lo conforman, el resultado de este proceso fue la salida de cinco empresas (Gentera [Compartamos Banco], Herdez, IEnova, OMA y Peñoles), la incorporación de cinco nuevas (Alpek, América Móvil, Fibra Macquarie, Grupo Elektra y Volaris) y la ratificación de 24, entre las que destacan Cemex, Coca-Cola Femsa, Grupo Aeroportuario del Pacífico, Grupo Aeroportuario del Sureste (Asur), Grupo Bimbo, Kimberly-Clark, Televisa y Walmart de México.
La siguiente tabla muestra la lista completa de las empresas que componen S&P/BMV Total Mexico ESG Index tras el rebalanceo, el cual se hace cada año y se hace efectivo al cierre del tercer viernes de junio:
El índice se construye a partir de una muestra de 56 empresas, que conforman el S&P/BMV Total Mexico, y quedan excluidas aquellas involucradas en armas, tabaco y las que no cumplen los requisitos del Pacto Mundial de Naciones Unidas. Sin embargo, organizaciones señalan que este pacto de la ONU es voluntario para las empresas y sólo tiene 10 principios, es decir, las corporaciones que se quieran sumar tienen que adherirse a estos criterios y decir que cumplen, pero no queda claro qué hacen las empresas para cumplir con estos principios.
«Desde nuestra perspectiva no es el estándar más adecuado para medir o comparar las prácticas de las empresas para decir si están siendo o no sustentables. En este índice dicen que no van a incluir a la industria armamentista y del tabaco, pero sí están incluyendo a otras industrias que son dañinas para el medio ambiente, como las extractivas, y en ese sentido la restricción en cuanto a industria es bastante acotada y los estándares mediante los cuales miden el comportamiento de estas empresas son bastante conservadores», explicó Fernanda Hopenhaym de PODER.
Lo mismo coincidió Alejandro Calvillo, director de la organización El Poder del Consumidor. «No es de extrañarse que este índice venga de la BMV, son los mismos grupos, es el mismo sector que se evalúa así mismo, sorprendería si realmente esta fuera una evaluación donde estuvieran cuerpos académicos independientes. Estas empresas no entrarían en ninguna clasificación de sustentabilidad».
Las organizaciones refieren que hay otros instrumentos más adecuados para medir la sustentabilidad de las empresas como los Principios Rectores de la ONU sobre Empresas y Derechos Humanos, que fueron adoptados en 2011 y son más exhaustivos que los del Pacto Mundial.
«Son 31 principios detallados y creo que sería un mejor instrumento de medición, actualmente es el instrumento más avanzado que tenemos y es el que se está discutiendo a nivel mundial y algunas empresas están analizando incorporarlos», detalló Fernanda Hopenhaym.
SinEmbargo solicitó a la BMV información sobre el proceso de selección de las empresa que conforman su índice de sustentabilidad, pero respondieron que «los temas de índices lo lleva directamente el equipo de nuestro socio de índices S&P Dow Jones Índices». Standard and Poor’s Dow Jones Indices se comprometió, a través de un correo, a que contestaría a las dudas a través de una entrevista, pero hasta el cierre de esta edición no han establecido algún contacto.
EMPRESAS SUSTENTABLES SEÑALADAS POR COMUNIDADES
Bimbo, Walmart y Coca-Cola Femsa, son algunas de las 27 empresas del selecto grupo que conforma el índice sustentable de la BMV y las cuales han sido señaladas por prácticas monopólicas, despojos y violaciones a los derechos humanos.
En noviembre de 2020, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) publicó un estudio donde encontró que en mil 592 municipios, donde habitan más de 17 millones de personas, no había tiendas de autoservicio y en 255 sólo había una tienda de autoservicio, sin considerar tiendas de conveniencia.
Es decir, en 10 por ciento de las áreas de influencia del país, sólo existía una tienda de autoservicio; en el 15 por ciento hay un duopolio; en el 24 por ciento hay tres participantes, y en el 51 por ciento restante hay más de tres tiendas del canal moderno.
El estudio de la Cofece concluyó que en el 87 por ciento de las áreas de influencia con un solo participante la marca presente era Walmart, por lo que alertaron que la concentración de mercado también otorgaba a las tiendas de autoservicio el poder de compra para realizar prácticas comerciales que provocan en sus proveedores de menor tamaño costos imprevistos, además de transferirles el riesgo de que no se vendan los productos que la cadena minorista ya adquirió.
«Viendo a las empresas que forman parte de este índice no hay nada claro en cambio climático, por ejemplo, tenemos tres grupos aeroportuarios cuando sabemos que es una industria contaminante para el medio ambiente; Walmart de México tiene antecedentes de prácticas discriminatorias y de vulneración de derechos laborales; Coca-Cola Femsa tiene prácticas de cooptación de agua en comunidades que se están quedando sin este líquido, donde están secando esos territorios para producir los refrescos», destacó Fernanda Hopenhaym de PODER.
En el caso de Bimbo, empresa señalada por organizaciones de prácticas monopólicas y de contribuir a la epidemia de la obesidad en México debido a las calorías de sus productos, tiene presencia en 32 países de América, África, Asia y Europa. Cuenta con 199 plantas productoras y más de 3.2 millones de puntos de venta en México y el mundo, produce y distribuye bollos, galletas, pastelitos, tortillas, botanas, confitería y muchos productos industrializados más. La empresa de la familia Servitje, que opera desde 1945, es líder mundial en el mercado de alimentos horneados.
Entre 2007 y 2017, la participación del mercado de las panificadoras industriales pasó de 63.5 a 53.2 por ciento. En contraste, las panaderías tradicionales y locales aumentaron su presencia en 10.3 puntos porcentuales durante el periodo (al pasar de 36.5 a 46.8 por ciento).
A pesar de las cifras, el sistema agrícola mexicano “se ha convertido en un sistema agroindustrial integrado”, dijo la doctora Helena Cotler Ávalos en el año 2018 en una entrevista publicada por SinEmbargo. Para la especialista en Ciencias Agronómicas, esto significa que “nuestra alimentación hoy está controlada por 10 grandes empresas”, entre ellas, Gruma, Bimbo, Pioneer, Syngenta y Monsanto-Bayer.
«Cemex, si bien es líder justo en el Pacto Mundial en la división México, a nivel internacional tiene prácticas denunciadas por parte de grupos en Palestina por la aportación de cemento para la construcción del muro y esto va en contra de los instrumentos internacionales de los derechos humanos. También Grupo Bimbo ha tenido dificultades con su proveedores locales y tiene prácticas monopólicas en América por sus decenas de marcas. Televisa también ha sido señalada de prácticas monopólicas. Es decir, tenemos empresas que si las pasáramos por otro rastrero más fino podríamos señalarlas de malas prácticas», consideró Fernanda Hopenhaym de PODER.
La investigación “Los millonarios del Agua”, publicada el año pasado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), reveló que mientras más del 30 por ciento de los hogares mexicanos (Inegi, 2016) padece a diario cortes o tanteo de su derecho al agua y saneamiento, 3 mil 304 grandes usuarios privados acaparan las concesiones otorgadas por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) al concentrar 13 millones 183 de hectómetros cúbicos anuales para fines lucrativos, en su mayoría en acuíferos sobreexplotados.
Esto es, el 1.1 por ciento de todos los usuarios del agua en México explota más de una quinta parte del recurso hídrico nacional (22.3 por ciento). Entre ellos, Kimberly Clark y Banco Azteca, empresas de los millonarios Claudio X. González Laporte y Ricardo Salinas Pliego, así como FEMSA, Bachoco, Herdez, Lala, las mineras GoldCorp, y Buenavista de Grupo México, propiedad del otro millonario Germán Larrea Mota-Velasco, entre otros.
De estas corporaciones señaladas de acaparar el agua en México, sólo Kimberly Clark y Femsa están incluidas en el selecto grupo de empresas sustentables de la BMV.
«Desde la parte ambiental hay mucho qué decir de estas empresas, el impacto que generan con la basura plástica, por ejemplo, Coca-Cola Femsa tiene los primeros lugares en contaminación plástica, lo que sucede es que son grandes monopolios que no le dan cabida a pequeños y medianos productores y esto genera cadenas altamente contaminantes, los jornaleros son sobre explotados», mencionó Alejandro Calvillo de El Poder del Consumidor.