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Atleta dice que sería “castigada” en cuanto llegara a Bielorrusia. Llega a Europa

04/08/2021 - 8:40 am

El paso de Krystsina Tsimanouskaya por los Juegos Olímpicos de Tokio se convirtió en un problema internacional cuando denunció que funcionarios olímpicos bielorrusos la llevaron por la fuerza al aeropuerto hace unos días y trataron de subirla un avión tras criticar a los responsables del equipo.

Moscú, 4 de agosto (AP).— Una velocista bielorrusa partió de Tokio rumbo a Europa el miércoles tras resistirse al intento de las autoridades olímpicas de Bielorrusia para obligarla a regresar a su país, donde dice que podría estar en peligro ante un Gobierno que ha reprimido de forma implacable cualquier tipo de disidencia.

Krystsina Tsimanouskaya embarcó en un avión en el Aeropuerto Internacional de Narita en Tokio rumbo a Viena, aunque se esperaba que viajase a Polonia. Antes de abandonar Japón, Tsimanouskaya señaló que le gustaría continuar con su carrera deportiva pero que su seguridad es su prioridad inmediata.

Varios países ofrecieron ayuda a la corredora de 24 años en su búsqueda de asilo en la Unión Europea, y Polonia le concedió una visa por motivos humanitarios.

Vadim Krivosheyev, activista de la Fundación Bielorrusa de Solidaridad Deportiva, explicó que Tsimanouskaya tomó el vuelo a Austria por recomendación de las autoridades polacas.

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“La decisión de cambiar la ruta y volar a Viena fue tomada por los polacos por motivos de seguridad», contó Krivosheyev a The Associated Press.

Tras aterrizar en la capital de Austria, se espera que Tsimanouskaya viaje a Varsovia más tarde el miércoles, según Krivosheyev.

El paso de la velocista por los Juegos de Tokio se convirtió en un problema internacional cuando denunció que funcionarios olímpicos bielorrusos la llevaron por la fuerza al aeropuerto hace unos días y trataron de hacerle subir a un avión de regreso a su país luego de criticar a los responsables del equipo en redes sociales. Los oficiales le dejaron claro que enfrentaría represalias a su regreso, dijo.

“Me dejaron claro que a mi regreso a casa enfrentaría seguramente algún tipo de castigo”, dijo Tsimanouskaya a The Associated Press en una entrevista por videollamada desde Tokio el martes. “También hubo discretos indicios de que me esperaría algo más”.

La deportista agregó que creía que sería expulsada del equipo nacional.

“Me encantaría continuar con mi carrera deportiva porque tengo sólo 24 años y tenía previstos dos Juegos Olímpicos más, como mínimo”, apuntó. “Por ahora, lo único que me preocupa es mi seguridad”.

Contactado por teléfono el martes, Dzmitry Dauhalionak, máximo responsable de la delegación bielorrusa en los Juegos, declinó realizar comentarios.

Las críticas de Tsimanouskaya a cómo se estaba gestionando el equipo provocaron una enorme polémica en los medios estatales bielorrusos. En su cuenta de Instagram, la atleta dijo que la inscribieron en el relevo del 4×400 a pesar de que nunca ha competido en esa prueba. Después, se le prohibió participar en los 200 metros.

La velocista pidió el martes a las autoridades deportivas internacionales “investiguen la situación, quién dio la orden, quién tomó realmente la decisión de que no puedo competir más” y sugirió posibles sanciones contra el jefe del cuerpo técnico.

En la entrevista con la AP, Tsimanouskaya se mostró preocupada por sus padres, que siguen en Bielorrusia. Su esposo, Arseni Zdanevich, dijo a la AP que decidió abandonar el país cuando la atleta le dijo que no iba a regresar.

Bielorrusia registró meses de protestas luego de la reelección para un sexto mandato de su Presidente, Alexander Lukashenko, en unas elecciones celebradas en agosto de 2020 y que, según la oposición y Occidente, estuvieron amañadas. Las autoridades respondieron a las movilizaciones con una amplia represión con decenas de miles de detenidos y miles más golpeados por la policía.

En pleno enfrentamiento de Tsimanouskaya con las autoridades olímpicas bielorrusas, otros dos atletas del país anunciaron su intención de quedarse en el extranjero.

La heptatleta Yana Maksimava dijo que ella y su esposo, Andrei Krauchanka, subcampeón olímpico en decatlón en Beijing 2008, se quedarán en Alemania.

“No tengo planes para regresar a casa después de todo lo que ha ocurrido en Bielorrusia», contó Maksimava en Instagram, agregando que en su país natal “puedes perder no sólo tu libertad sino también tu vida”.

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