En una de las partes del libro Cómo ser mala, la cantante gaditana cuenta lo que ocurrió en una de sus fiestas en México, donde conoció a «un alto funcionario» que podía enviarle lo que ella quisiera a casa. «Y yo, de coña, le pido un kilo de cocaína que el tío me envía y me llega unos días más tarde», relata.
MADRID, 25 Jun. (EUROPA PRESS).– La Mala Rodríguez publica su libro de memorias Cómo ser mala (Temas de hoy), un repaso a sus más de 20 años de carrera en la que la creadora de «Lujo ibérico» también aborda varios temas muy personales –música, drogas o sexo– e incluso revela que ha pasado por un aborto.
«Soy una persona que convive con sus contradicciones. Estoy en contra del aborto, pero aborté. Por lo tanto, nunca te obligaría a hacer lo que yo digo», relata en uno de los pasajes recogidos por Europa Press, en una afirmación que viene acompañada por una creencia. «Videntes que conozco en Sevilla me cuentan que han visto el espíritu de muchos fetos vagando por hospitales», explica en el libro.
Y a esto añade un malestar por haber abortado. «La imagen de esos cachitos de personas vagando por pasillos vacíos me aterra, fantasmas de futuros que esperan encontrarse. Además, mentiría si dijera que me sentí bien cuando aborté y conozco a pocas mujeres que lo hayan llevado bien», ha señalado en uno de los momentos más íntimos de estas memorias.
En Cómo ser mala hay espacio para toda la vida de La Mala, desde la niñez de María Rodríguez Garrido –su nombre de pila– hasta sus recientes éxitos. Entre medias, habla sin tapujos de su relación con las drogas o algunos encuentros sexuales pasajeros. También de su relación con la industria musical.
Por ejemplo, tiene un hueco el «trapero» Cecilio G, a quien invitó a finales de 2013 como telonero a uno de sus conciertos, después de haberlo visto actuar en la sala Razzmatazz de Barcelona en calzoncillos. «Me encantó su rollo, lo flipé con él. A mí es que siempre me ha gustado la gente auténtica, los que son fieles a sí mismos hasta las últimas consecuencias», destaca.
En ese concierto en el que se conocieron también acudieron los por entonces amigos de Cecilio G, que posteriormente formarían la banda Pxxr Gvng. «Conocía a toda esta gente antes de ser Pxxr Gvng», señala en el libro La Mala, quien grabaría posteriormente algunas temas con miembros de este grupo como «Egoísta» o «Mátale».
UN KILO DE COCAÍNA
Hay un pasaje de estas memorias en el que La Mala cuenta cómo llega su «liberación sexual». «Hasta ahora tenía una lista ridícula de tíos con los que había estado y no iba a llegar a los cuarenta años con esa lista, sobre todo si en cada país al que voy me encuentro putos dioses», comenta, antes de relatar su primera orgía con una amiga.
También recuerda alguna de sus fiestas, como en la gira de «Bruja», en la que termina con un regalo peculiar en México: un kilo de cocaína. «La gente está dividida: los mariguaneros en un sitio, los cocainómanos en otro… Hablo con alguien que me sugiere que pruebe el peyote, yo le contesto que no estoy preparada», afirma.
“La vida es corta hay que disfrutarla cuando se va no hay cómo regresarla” pic.twitter.com/CeN2QIhzyD
— malarodriguez (@malarodriguez) June 11, 2021
«Esas conversaciones que se tienen en una fiesta. En una de esas conozco a un alto funcionario de no sé qué, que me dice que me puede enviar lo que yo le diga a casa. Y yo, de coña, le pido un kilo de cocaína que el tío me envía y me llega unos días más tarde. La pasamos súper bien», relata la cantante gaditana.
EL «DESCANSO DE LA GUERRERA»
La Mala también hace algunas reivindicaciones sobre su personalidad. «Estamos en 2021 y lo que no podemos hacer es ir para atrás. Mejor ir quitándonos la ropa y asimilando que todos tenemos un cuerpo y una cara. Es que cuesta trabajo entender que yo quiera ser la que explote mi propio cuerpo. Jennifer López nos ha enseñado mucho en esta vida, no he visto una tía más calculadora: sólo hace cosas que le den dinero», apunta.
La Premio Nacional de Música concluye con una reflexión sobre el hecho de ser mujer y las reivindicaciones. «Cada vez más tías te dicen que tienes que ser una guerrera, una tía fuerte, dueña de tu destino, pero la verdad es que estoy hasta los ovarios de que otras piensen por mí y me digan que tengo que luchar un día sí, otro también. Quiero que defendamos el descanso de la guerrera de una vez por todas», concluye.