La cadena mexicana Hoteles Misión, dirigida por Roberto Zapata Llabrés, ganó el Premio a los Promotores del Maltrato Animal. En contraste con otras empresas, acusa Igualdad Animal, aún no se compromete a ofrecer a sus huéspedes hacia 2025 huevo libre de gallinas enjauladas de por vida, lo que les causa estrés, heridas y deformaciones.
Ciudad de México, 27 de junio (SinEmbargo).– Cuando un huésped de la cadena mexicana de Hoteles Misión pide huevos para desayunar, detrás del platillo que llevan a su mesa hubo alrededor de 150 mil gallinas encerradas en jaulas al año, advierte Igualdad Animal México.
«En México todavía no se establece una norma de producción libre de jaula, por lo que hemos exhortado a la Secretaría de Agricultura (SADER) para que la publique este año, lo que permitirá que tanto las empresas como los productores tengan mayor certeza en esta transición hacia huevos libres de jaula», dijo la directora de Igualdad Animal México, Dulce Ramírez.
«Aunque –añadió– esto no es impedimento para que Hoteles Misión contacte a su proveedor e inicie esta transición, y que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) nos dé certeza sobre que el huevo que estamos consumiendo viene de las instalaciones que la marca asegura».
Las gallinas son inteligentes, curiosas y sensibles. Pero, como anteriormente ha evidenciado la organización, en granjas de la industria del huevo –monopolizada por Bachoco, Proan y Calvario– estas aves son confinadas en jaulas metálicas durante toda su vida productiva. No pueden caminar, anidar y ni siquiera estirar sus alas. Algunas se aplastan entre sí hasta la muerte por el reducido espacio.
Además, los productores las privan de agua y comida por días hasta reducir su peso corporal para acelerar el proceso de un segundo ciclo de postura de huevo. Viven estresadas entre suciedad con poca ventilación y altas cantidades de amoniaco que les dificulta respirar.
Como consecuencia de este maltrato, del que la cadena hotelera fundada en los 70 por Roberto Zapata Gil es cómplice, las gallinas sufren heridas por los alambres, así como deformaciones en su cuerpo y fracturas por la falta de ejercicio físico y la demanda de calcio para la formación de huevos.
A pesar de la petición de Igualdad Animal México, Hoteles Misión –que se jacta de tener un sistema hídrico sustentable y recolección de PET– sigue sin publicar su compromiso sobre dejar de usar gallinas enjauladas en su cadena de suministro hacia 2025. El primer paso es anunciar a su proveedor que comprará sólo huevo proveniente de un sistema libre de jaula.
«Estamos pidiendo un compromiso hacia 2025 para hacer una transición exitosa a un sistema libre de jaula. Esta campaña es para que las empresas tomen acciones y conciencia. Hoteles Misión fue la primera en recibir el Premio a los Promotores del Maltrato Animal, pero se seguirán otorgando a diversas empresas de varios sectores», aseguró Ramírez.
En contraste, hoteles como Marriott, IHG, Wyndham, Hilton y Karisma, así como empresas como Bimbo, Toks, Unilever, Alsea o Liverpool, se comprometieron a dejar de usar huevos que vengan de gallinas enjauladas de manera paulatina en los próximos cuatro años.
«Llevamos un programa de rendición de cuentas, en el que damos seguimiento a las empresas para que cada año reporten sus avances en la cadena de suministro. Hay empresas que ya están reportando el 5 o 15 por ciento libre de jaula, lo que les permitirá llegar al 100 por ciento en 2025», planteó la directora de Igualdad Animal México.
CONTAMINACIÓN EN GRANJAS
Las granjas de producción de huevo ubicadas en Jalisco, «Pozos Morados» de GENA Agropecuaria y «San Pedro Aves» de Proan (Huevo San Juan), son responsables de emisiones de dióxido de carbono y metano que dañan la salud de los pobladores aledaños y también generan contaminación de cuerpos de agua por sus descargas residuales sin suficiente tratamiento.
Así lo documentó con vuelo de drones y análisis “Enemigo del planeta II: la ganadería industrial”, un informe de Igualdad Animal México publicado en abril pasado que revela que al menos 44 granjas jaliscienses de carne, pollo, huevo y leche incumplen con la normativa ambiental, no cuentan con permisos, licencias, concesiones ni registros. Aunque la organización interpuso una denuncia ante la Procuraduría de Protección al Ambiente de Jalisco por desequilibrio ecológico, aún no reciben el fallo administrativo.
La granja de GENA está ubicada en San Miguel El Alto, Jalisco. Los principales daños ambientales detectados son las emisiones por la excreción de los animales e impacto al río San Miguel y presa El Salto. La operación de la otra granja, al norte de Jalostotitlán, ha dañado principalmente la flora (pérdida del hábitat y aparición de especies invasoras), y el río Lagos San Gaspar.
Hay 66 casetas para el ciclo de postura de gallina en la granja Pozos Morados de GENA y 22 casetas en la granja San Pedro Aves de Proan. Cada caseta, que mide cada una aproximadamente 150 metros de largo por 18 de ancho, cuenta con un silo de 14 toneladas para alimento (soya, grano de maíz) y un tinaco de recepción de agua de cinco mil litros.
En las jaulas metálicas inicialmente se guardan 50 pollitas. Durante la segunda etapa, cuando tienen entre 15 y 16 semanas de edad, cada jaula contiene entre siete y ocho gallinas hacinadas. En la etapa de postura, una banda recolectora recoge los huevos y los lleva a la bodega donde es empacado para su destino final. Se produce un huevo cada 25 horas por gallina.
Una vez alcanzada la madurez sexual, las gallinas pondrán huevos durante las siguientes 40 semanas. Pueden llegar a poner cinco huevos en una semana, aunque se han dado casos de hasta seis por semana, dependiendo de la ingeniería genética empleada, alimentación y condiciones ambientales. Se les mantiene con luz artificial durante 15 horas máximo durante su vida productiva que va de entre 14 a 16 meses. Pero se les deja de dar de comer para que pierdan peso y aceleren un segundo ciclo productivo.
«Entre las principales afectaciones ambientales asociadas a la producción de huevo es la generación de descargas de aguas residuales, principalmente por la limpieza de las instalaciones de postura», plantea el informe. «En casos como la Granja de Pozos Morados, si bien existe un sistema lagunar para el tratamiento de las aguas residuales, podría resultar de volumen insuficiente ante una crecida durante el temporal de lluvias».
Durante el proceso de producción de este alimento, además de emitir gases de efecto invernadero y contaminar agua, se producen residuos que requieren tratamiento especial como cadáveres y gallinaza, un fertilizante que puede contaminar agua subterránea.