Sequía, la tragedia silenciosa

La parte trágica de la sequía no es solo la manera tan desigual de sufrirla sino el silencio y desdén de las autoridades federales. Foto: Margarito Pérez, Cuartoscuro.

En medio de la pandemia, el colapso de una estructura del Metro y de la crispación nacional, otra tragedia, de enorme dimensiones, se despliega silenciosa a lo largo de todo el territorio nacional: la peor sequía en las últimas tres décadas. La falta de agua afecta 83 por ciento del territorio nacional y en cerca de 40 por ciento del país la sequía es de severa a extrema.

Esta sequía generalizada no ha merecido sin embargo la más mínima atención de las autoridades. Salvo un video en que el que Presidente dijo, con un visión de libro de texto de primero de primaria, que la mejor manera de combatir la sequía era sembrando árboles frutales a través del programa Sembrando Vidas, el problema no está en la agenda nacional.

Los periodos secos son cíclicos y han existido siempre. El problema es que merced a la deforestación y al cambio climático son cada vez más profundos y sus efectos más extensos. Pero, para los gobiernos, todos, es más fácil aguantar vara, hacerse cargo de los efectos inmediatos y esperar las lluvias que hacer políticas de largo plazo, como generar incentivos y acciones que mitiguen el cambio climático para asegurar el agua para las siguientes generaciones: cuesta mucho, luce poco y, sobre todo, los resultados no se verán en su periodo. No lo van a hacer.

El lado más terrible de las sequías es que profundizan las desigualdades pues, aunque nos afecta a todos, su impacto es mucho mayor entre los que menos tienen tanto en el campo como en la ciudad. Los agricultores y ganaderos más pobres no tienen acceso a reservas de agua y la sequía va directamente contra su forma de sobrevivencia y su patrimonio; los animales y los alimentos producto de la siembra. En las ciudades, donde vive ya el 75 por ciento de la población del país, la falta de agua afecta de manera desigual a los cinturones de pobreza que a las clases medias y altas que, en el peor de los casos, comprarán agua en pipas a precios exorbitantes. Otro efecto inmediato será en el precio de los alimentos, que otra vez, afectará más a los que menos tienen.

Preocupados por su futuro político, los tomadores de decisiones asentados en las grandes urbes ni siquiera se dan por enterados que este país está sufriendo una sequía severa: el agua llegará a sus casas de un modo u otro y, al igual Peña Nieto y su famosa declaración de no soy la señora de la casa, no se enterarán del aumento en el precio de las tortillas, mucho menos del sufrimiento de los pequeños productores en el campo, del sacrificio de sus animales, de los largos trayectos de las y los habitantes de las colonias periféricas para llevar un poco de agua a sus casas.

La parte trágica de la sequía no es solo la manera tan desigual de sufrirla sino el silencio y desdén de las autoridades federales.

6 Responses to “Sequía, la tragedia silenciosa”

  1. Javier dice:

    Sí, de acuerdo: el gobierno no le ha puesto la debida atención al problema, que es de tales dimensiones que supera a cualquier gobierno pues está más relacionado con un modelo económico totalmente inviable y no sustentable. Sin embargo, si leyera el articulista un poco de biología, “de primero de primaria”, como dice tan soberbiamente, descubriría que justamente el sembrar árboles sí es una muy buena solución para combatir la escasez de agua y el cambio climático. Pero no, estos articulistas que escriben como si supieran todo y no tienen ni la más remota idea de lo que escriben, en un artículo bastante tendencioso y pobre en términos generales, incluida la misma escritura. “Zapatero a sus zapatos”; póngase a escribir sobre temas que sí domine.

    • GUSTAVO ROQUE dice:

      Seguramente tu si dominas el tema, el articulista refiere a los programas de gobierno que son más utilizados por cuestiones electoreras y plagadas de corrupción como en el caso de López.

  2. Proto Garcia Galindo dice:

    Dieguito como siempre buen alumno y fiel seguidor de Krause golpeador de AMLO. Supongo que crees que el presidente es un santo y le estás pidiendo milagros, está bien que creas que todo le sale bien pero es por ser un buen político con moral, principios y valores enraizados en la histotria y la naturaleza humana pero no la jales mucho nadie puede creer que el Peje sea un santo solo es un extraordinario presidente.

  3. la misma cosa dice:

    Aqui la bronca es que si uno critica a Amlo ya se le considera ‘golpeador.’ La otra bronca es que cualquier politico, de la bandera/partido que sea.. piensa como él- Ganar elecciones- coleccionar y conservar clientes. El agua y el cuidado del medio ambiente es sin duda mucho mas que plantar arboles frutales. ¡Crees caso que talar- o peor.. incendiar bosques para plantar arboles de aguacate (por ejemplo en Michoacan) es una buena idea?

    • Naúm Garcia P. dice:

      Tienes razón AMLO el aguacatero es un desgraciado. Si tienes evidencias de un hecho delictivo por que no hacer la denuncia ante las autoridades, es tu obligación.

      Tienen una alternativa se pueden reunir todos los que se creen intelectuales orgánicos y los aprendices de brujo, futuros testaferros al servicio de políticos deshonestos y corruptos a pedirle al dios de la lluvia que no sea tan desgraciado, que se conduela y que se haga de sus aguas. Como asesores de políticos saben que requieren de asesoría en aguas aquí en Múzquiz tenemos los Kikapues expertos.

  4. felicitas rubio dice:

    Mire señor Diego, en un sentido razonable, yo creo podemos deducir QUE EL SEMBRAR ARBOLES, ataja uno de los principales problemas de México, la deforestación y ésta por supuesto que afecta el cambio climático y por ende la sequía., el ejemplo lo tenemos aquí en Zona metropolitana de Guadalajara, como nos están reduciendo el agua (solamente tuvimos agua 12 días en abril/21) (en lo personal me sirvió para cuidar el agua, NO REDUJE MIS ACTIVIDADES, todos los días me bañe Y regué mi pequeño jardín de 4×4 mts. , reduciéndome para todo el chorro del agua pero como usted Señor Diego, habla sin sentido, quizá solo por denostar al Presidente López Obrador, pero si usted analiza de buena manera y voluntad, verá que la agenda del presidente, contempla varias acciones para reducir el calentamiento, aunque usted diga que no, pero la SIEMBRA DE ARBOLES, ES LO MÁXIMO, mejor le sugiero investigar como cuidar el agua en la ZMG, de menos nos ilustraría a las pocas personas que leemos su columna y quizá mas personas se interesarían en sus articulos

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