Envueltas por la polémica, las vacunas de Janssen y AstraZeneca han causado rechazo en algunas personas, sobre todo la segunda, por temor a formar parte de alguno de los casos de trombos relacionados con estos fármacos. Si bien la probabilidad de sufrir uno de estos eventos existe, el riesgo de no usar la vacuna le supera por mucho, además de que la probabilidad de sufrir trombosis por tomar píldoras anticonceptivas o fumar es también mucho mayor.
Por Ramiro Fuente
Madrid, 22 abr (EFE).- La polémica en torno a las vacunas de Janssen y AstraZeneca ha suscitado múltiples preguntas y dudas sobre el peligro real de sufrir trombosis, pero los datos demuestran que es muchísimo mayor el riesgo de padecerla con la píldora anticonceptiva, el tabaco o la propia COVID-19.
QUÉ SON LOS TROMBOS
Cuando se habla de trombos se hace referencia a la formación de coágulos de sangre en las arterias o las venas por acumulación de sustancias que pueden ralentizar o bloquear el torrente sanguíneo normal e incluso desprenderse y trasladarse hacia un órgano.
Si se llegara a ese punto, podría ocasionar una lesión significativa, como un tromboembolismo pulmonar o infartos de miocardio, ictus y tromboembolias venosas (TEV), las tres principales enfermedades cardiovasculares causantes de muerte.
Esta enfermedad se considera un fenómeno de baja frecuencia y, de forma global, se puede presentar anualmente en uno o dos de cada mil individuos, según indica la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH).
EXTREMADAMENTE RAROS ENTRE VACUNADOS CON ASTRAZENECA Y JANSSEN
El 7 de abril, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) confirmó que la aparición de trombos combinados con niveles bajos de plaquetas (trombocitopenia) debía incorporarse a la lista de reacciones adversas de la vacuna de AstraZeneca como un posible efecto secundario «muy raro».
Pero, ¿qué probabilidad hay de sufrir un trombo si has sido vacunado con Vaxzevria, el fármaco de AstraZeneca? Pues es inferior al 0.0004 por ciento, ya que, entre 25 millones de vacunados, el número de casos identificados e investigados por la EMA fue de 86, de los que resultaron mortales 18.
Aún menor es la proporción de trombos entre los vacunados con Janssen: ocho casos -uno de ellos mortal- entre más de siete millones de personas. Suficiente, eso sí, para que las autoridades sanitarias de EU suspendieran el 13 de abril el uso de esta vacuna y obligaran a la farmacéutica belgo-estadounidense a retrasar la entrega a la UE de las dosis previstas para los países comunitarios.
La distribución y administración del fármaco en la UE ha quedado finalmente desbloqueada este martes, una vez que la EMA ha avalado el uso de la vacuna de Janssen tras confirmar que las trombosis encontradas en vacunados menores de 60 años, la mayoría mujeres, responden a un posible efecto secundario muy infrecuente.
QUÉ TIPO DE TROMBOSIS SE HAN ENCONTRADO
Estos casos extremadamente raros en vacunados con Janssen se corresponden con una enfermedad cerebrovascular poco frecuente, la trombosis de senos venosos cerebrales (CVST, por sus siglas en inglés).
Y esa misma enfermedad fue la que padecieron 62 de los 86 pacientes con trombosis que habían sido vacunados con AstraZeneca, mientras que los 24 restantes sufrían trombosis venosa esplácnica (TVE), una dolencia que afecta a las venas que recorren el abdomen.
En sus conclusiones sobre estas trombosis, la EMA apunta que «una explicación plausible» es que sean una «respuesta inmunológica» similar a la que se observa en los tratamientos con heparina, un conocido anticoagulante.
MÁS DEL 15 POR CIENTO EN INFECTADOS Y MENOS DEL 0.0004 POR CIENTO EN VACUNADOS
En todo caso, ¿tiene sentido preocuparse por estos episodios puntuales hasta el punto de sopesar la opción de no vacunarse? En ningún caso, según coinciden expertos y autoridades sanitarias europeas.
«Nos estamos preocupando por un caso de posible trombo entre un millón y todos los días hay más de 100 muertes por la COVID-19 que podrían haberse evitado si esas personas estuvieran vacunadas», argumenta en declaraciones a EFE David Viñas, coordinador del Grupo de Trombosis Cardiovascular de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Frente al riesgo máximo del 0.0004 por ciento (cuatro por cada millón) detectado en los vacunados con AstraZeneca (en el caso de Janssen es menos de uno por millón), la probabilidad de sufrir trombosis para los contagiados de COVID-19 puede llegar al 16.5 por ciento, de acuerdo con la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).
Por su parte, la SETH precisa que el riesgo es al menos del uno por ciento si se trata de un paciente con enfermedad leve, que no requiera hospitalización, pero entre los hospitalizados no críticos se sitúa en torno al cinco por ciento y en el caso de enfermos ingresados en UCI se eleva a un mínimo del 20 por ciento que puede alcanzar el 25 por ciento, especialmente con tromboembolismos pulmonares.
En este contexto, los efectos positivos comparativos de la vacunación con AstraZeneca mejoran además a medida que aumenta la edad de los pacientes, como destaca un estudio del Centro Winton para la Comunicación de Riesgos, perteneciente a la Universidad de Cambridge.
De acuerdo con este trabajo, realizado con datos de febrero en el Reino Unido, en un escenario de riesgo medio de exposición al virus vacunarse evitaría 16.7 ingresos en UCI por cada 100 mil habitantes de 40 a 49 años, frente a 0.5 posibles casos de trombosis por vacunarse. Esa ventaja pasaría a ser de 31 frente a 0.4 en el grupo de 50 a 59 años y de 41.3 frente a 0.2 en el de 60 a 69 años.
QUÉ MEDICAMENTOS PUEDEN PROVOCAR TROMBOSIS
Pero es que, además, la población está más expuesta a sufrir trombosis por tratarse con determinados medicamentos o consumir tabaco que por recibir una de esas vacunas.
Entre los medicamentos, el doctor Viñas explica que los asociados en mayor medida a una posible formación de trombos son los anticonceptivos orales, fundamentalmente los que poseen cantidades hormonales importantes.
La ficha técnica de algunos de los anticonceptivos orales más conocidos mencionan los tromboembolismos venosos entre las reacciones adversas, con una frecuencia cercana a una de cada mil mujeres.
También hay antipsicóticos, como la olanzapina, que pueden generar coágulos sanguíneos en las venas, especialmente en las piernas, hasta a uno de cada 100 pacientes. Y los tromboembolismos figuran con esa misma frecuencia entre los efectos adversos de corticosteroides con uso antiinflamatorio como la prednisona.
EL TABACO FAVORECE LA FORMACIÓN DE TROMBOS
Sin olvidar otros factores de riesgo como el sedentarismo y la obesidad, el tabaquismo es una de las principales causas de generación de trombosis y también en mucha mayor medida que las vacunas anticovid.
Un estudio publicado en el American Journal of Hematology encontró que el consumo de tabaco multiplicaba por 1.43 el riesgo de padecer una trombosis venosa. Y un estudio danés concluyó que las mujeres fumadoras sufrían esos trombos un 52 por ciento más que las no fumadoras, un riesgo adicional que para los hombres se situaba en el 32 por ciento.
Asimismo, la Sociedad Española de Trombosis calcula que el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares es cuatro veces mayor en el caso de los fumadores y también que el abandono del tabaco podría reducir en un 15 por ciento las enfermedades del aparato circulatorio.
CÓMO RECONOCER SUS SÍNTOMAS
Por último, ¿cómo podemos reconocer los síntomas de una posible trombosis venosa? Pues, en el caso de las cerebrales, la señal de alerta más clara son cefaleas muy intensas acompañadas de pérdida de visión o de sensibilidad en la cara o bien de pérdida de fuerza o sensibilidad en un brazo.
Si lo que notamos es un dolor abdominal agudo asociado a náuseas, vómitos o cuadros clínicos de malestar general, podría ser indicativo de la llamada trombosis venosa esplácnica. Y otros tipos de trombosis no encontradas en vacunados presentan síntomas como dolor en el pecho, dificultades para respirar, hinchazón en una pierna o manchas de sangre bajo la piel.
En resumen, los datos y el criterio de los expertos y las autoridades sanitarias muestran que no hay motivos para la alarma ante la aparición de algunos casos aislados de trombos entre millones de vacunados con AstraZeneca y Janssen.
En palabras del coordinador del Grupo de Trombosis de la Sociedad Española de Cardiología: «¿Me tengo que vacunar? Sí ¿Con qué vacuna? Con la que sea ¿Cuándo? Cuanto antes».