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Bea sospecha que Watson contrató a su pandilla callejera para conseguir información, por lo que hace una investigación por su cuenta.
Madrid, 13 de abril (Europa Press).- Los irregulares de Netflix ha adoptado un enfoque nunca visto en la relación entre el doctor Watson (Royce Pierreson) y Sherlock Holmes (Henry Lloyd-Hughes). Watson es el que opera su agencia de detectives mientras Sherlock lucha contra sus adicciones y se recupera de una misteriosa tragedia, pero además la ficción ha sugerido que podría haber una historia de amor entre ambos personajes.
Bea (Thaddea Graham) sospecha que Watson contrató a su pandilla callejera para conseguir información, por lo que hace una investigación por su cuenta. La joven descubre que Sherlock es adicto a las drogas, pero la trama se complica aún más cuando se trata de su hermana, Jessie (Darci Shaw), que resulta ser hija de Sherlock y Alice y ha heredado los poderes de visión sobrenaturales de su madre.
Cuando Bea se entera de esto, Alice sella la primera grieta y queda atrapada, Watson tiene un papel que desempeñar en el incidente. Watson estaba celoso de que Sherlock estuviera con Alice, hasta el punto de que abrió la grieta por accidente para que Sherlock quedara impresionado, pero lamentablemente, eligió salvar a Sherlock en lugar de a Alice cuando el sellado salió mal.
Watson admite que estaba enamorado de Sherlock años después cuando se abre una nueva grieta y Jessie tiene que abrirla. Sin embargo, todo apunta a que es un amor no correspondido. En su lugar, Sherlock decide perdonar a Watson cuando descubre que es él quien ha abierto la grieta, pero nunca deja de querer a Alice.
El enamoramiento de Watson queda claro al final de la primera temporada, cuando Sherlock Holmes se rinde al intentar entrar en la grieta para estar con Alicie en el Purgatorio. Watson intenta detenerlo, pero finalmente se ve obligado a dejar ir a Holmes, aceptando que el hombre que quiere nunca lo amará.