La testosterona sería un factor esencial en la propensión de algunos hombres a padecer formas más graves de COVID-19. De acuerdo con este nuevo estudio, una variación genética en el receptor de la testosterona sería responsable de los casos de gravedad, por lo que un cambio en la administración de la hormona masculina podría ayudar a mejorar el diagnóstico de la enfermedad.
Barcelona, (España) 22 mar (EFE).- Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Siena (Italia) con colaboración de los hospitales de Bellvitge y Vall d’Hebron de Barcelona ha descubierto que una variación genética en el receptor de la testosterona predispone a los hombres a sufrir la COVID-19 más grave.
Este hallazgo puede ayudar a entender por qué los varones, aunque se infectan en las mismas proporciones que las mujeres, ingresan más en las UCI y tiene mayor mortalidad por COVID-19.
En un comunicado, el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Bellvitge (IDIBELL) ha subrayado este lunes que el estudio, publicado en la revista EBioMedicine, revela que la menor actividad del receptor de testosterona se asocia a una respuesta inflamatoria elevada, frecuente en COVID-19 grave.
Mediante metodologías de inteligencia artificial, los investigadores estudiaron muestras de sangre de 638 personas de Italia e identificaron un gen con diversas variantes genéticas que se asociaba a una mejor o peor evolución clínica de la enfermedad: el receptor de andrógenos o receptor de la testosterona.
Variacions genètiques del receptor de testosterona que afecten la seva activitat predisposen a patir una #COVID19 més greu en homes
Així ho indica un estudi liderat per la @unisiena amb la participació de l’@idibell_cat i del @VHIR_
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— IDIBELL (@idibell_cat) March 22, 2021
Las variantes consistían en tener un número diferente de repeticiones del aminoácido glutamina, es decir, repeticiones seguidas de una de las piezas que forman el receptor.
En función de la persona, el receptor de andrógenos puede tener entre nueve y 36 repeticiones de este aminoácido.
«Los resultados mostraron que tener menos de 23 repeticiones de este aminoácido (repeticiones cortas) se asocia a un mejor pronóstico de la COVID-19. Por el contrario, si el receptor de la testosterona tiene 23 repeticiones o más (repeticiones largas), los pacientes tienen más riesgo de ser hospitalizados en la UCI», ha explicado la investigadora del grupo de Enfermedades Neurometabólicas del IDIBELL y coordinadora del equipo español, Aurora Pujol.
Para validar los resultados obtenidos por los investigadores italianos, el IDIBELL, junto con otros centros como Vall d’Hebron, recogieron muestras de sangre de 158 hombres (117 con COVID-19 grave y 41 con COVID-19 asintomática o que no requirió hospitalización) de otra población gravemente afectada por la pandemia como es la española.
Se comprobó, nuevamente, que las variantes en el receptor de andrógeno son un factor que influye en la peor evolución de algunos hombres al coronavirus
«El efecto de estas variantes genéticas es especialmente importante en hombres porque la testosterona es la principal hormona sexual masculina. Además, su receptor está codificado en el cromosoma X, del cual los hombres sólo tienen una copia. En mujeres, este efecto asociado a una COVID-19 más grave sería bastante menor ya que, en ellas, la testosterona juega un papel menos relevante y tienen dos copias del cromosoma X», ha detallado el investigador del Grupo de Investigación en Inmunología Diagnóstica del VHIR y uno de los autores del estudio, Roger Colobran.
En los casos con repeticiones largas, el receptor de la testosterona está menos activo. Este receptor se encarga de atenuar la inflamación, por lo tanto, los hombres que lo tengan menos activo tendrán una respuesta inflamatoria más fuerte que se relaciona con los síntomas más graves de la COVID-19, ha explicado Colobran.
Así, aquellos hombres que tengan un receptor más activo estarían más protegidos ante la enfermedad por su mejor capacidad de regular la respuesta inflamatoria que se produce.
Además, en los hombres con repeticiones más largas -y, por lo tanto, menor actividad del receptor de andrógenos- se observó que los niveles de testosterona en sangre eran superiores a los habituales. Esto se puede explicar porque el hecho de que el receptor sea menos activo hace que no se regule adecuadamente la fabricación de testosterona.
«El riesgo que comportan estas variantes en el receptor de andrógenos, como en otros genes, no es tan elevado como sería el de tener edad avanzada, pero nos ayuda a entender más en profundidad cómo funciona la enfermedad, por qué hay tantas diferencias entre individuos y por qué se desarrollan las formas más graves», ha matizado el jefe de la Unidad de Patología Infecciosa e Inmunodeficiencias de Pediatría de Vall d’Hebron, Pere Soler-Palacín.
Los investigadores que lideran el estudio han enfatizado que este hallazgo plantea la posibilidad de que la administración de testosterona en los hombres con un receptor activo podría ayudar a mejorar el pronóstico de la enfermedad y disminuir su mortalidad.