Andra Day interpreta a Holiday en los últimos años de su vida como un ídolo perseguido y abatido, una adicta que nunca elige al hombre correcto pero que tiene la voz de un ángel.
Estados Unidos, 24 de febrero (AP).– Billie Holiday siempre ha sido un personaje gigantesco. Diana Ross la interpretó en el cine y Audra McDonald en el teatro. Ahora es el turno de Andra Day, una cantante y actriz con el nombre perfecto para hacer de Lady Day, y brilla la hacerlo. Es una lástima que la película que protagoniza sea tan desordenada.
En la frustrante The United States vs. Billie Holiday, Day lo da todo como Holiday, pero no puede salvar una cinta tan sobrecargada y a la vez inconsistente. El director Lee Daniels y la guionista Suzan-Lori Parks presentan una obra mayormente dispersa, interrumpida por escenas devastadoras que se sienten como un puñetazo en el estómago.
Day interpreta a Holiday en los últimos años de su vida como un ídolo perseguido y abatido, una adicta que nunca elige al hombre correcto pero que tiene la voz de un ángel. Day tiene un cuerpo angular y delgado que parece siempre listo para los golpes, y en la boca lleva una goma de mascar y un cigarrillo. Pero también es capaz de contraatacar y destrozar a quien se le ponga enfrente. Es una actuación extraordinaria, y más aun tratándose de su debut.
Daniels y Park eligieron como base una historia de amor poco probable entre Holiday y Jimmy Fletcher, un agente federal negro a quien le ordenan infiltrarse en el círculo de ella para arrestarla por usar heroína. ¿Por qué? Porque los blancos no soportan que cante el tema contra los linchamientos “Strange Fruit”.
El material fue adaptado del libro de Johann Hari Chasing the Scream: The First and Last Days of the War on Drugs. Es el tercer proyecto cinematográfico reciente que muestra la infiltración del gobierno entre líderes negros tras el documental MLK/FBI y la película Judas and the Black Messiah (Judas y el mesías negro).
The United States vs. Billie Holiday sufre de un comienzo tambaleante, una entrevista a Holiday, antes de remontarse 10 años atrás para mostrar los estragos que el abuso de drogas tuvo en una artista cada vez más demacrada, hasta llevarla a su muerte en 1959.
El villano natural sería el agente que la delata varias veces antes de enamorarse de ella. Pero, ¿por qué permitiría Holiday que un agente federal que ayudó a que la arrestaran dos veces vuelva a su vida? “Es complicado”, dice ella.
Trevante Rhodes, quien fue estupendo en Moonlight (Luz de luna), interpreta al infiltrado, un hombre dividido entre su empleo y su raza. Él y otros agentes negros trabajan en zonas segregadas plantando evidencia para hacer caer a íconos negros para la América blanca. “¿Alguna vez te sientes raro por lo que hacemos?”, le pregunta un agente a Fletcher.
El verdadero malo es el líder del FBI Harry J. Anslinger (un Garrett Hedlund con mostacho), un racista virulento caricaturesco. “El jazz es obra del diablo. Por eso esta mujer Holiday debe ser detenida”, dice.
Pero la película, que necesita desesperadamente tensión, carece de ella y da cabida a funerales exagerados para perros, distracciones como la amistad entre Roy Cohn y Holiday con Tallulah Bankhead. Y sin embargo tiene momentos geniales, como cuando Jimmy consume heroína y Lady Day aparece en medio de su alucinación como una niña para llevarlo en un flashback a un prostíbulo donde pasó tiempo en su juventud. Es una técnica fascinante pero rápidamente abandonada.
Lo mejor de la cinta es ver a Day cantando como Holiday en el escenario — perfectamente arreglada con su labial rojo y grandes flores sobre la oreja derecha — mientras mira a los hombres de su vida sentados en mesas de bar determinando el destino de ella. A veces sus vestidos de gala ocultaban costillas rotas. “Luce como un millón de dólares, pero se siente como si no fuera nada”, nos dicen.
El clímax de la película es claramente una escena en la que Holiday se topa con una familia rural tras un linchamiento y sus imágenes abrasadoras, angustiantes y horribles se quedarán con el espectador del mismo modo en que impulsaron la necesidad de Holiday de cantar “Strange Fruit” pese al riesgo que representaba para su carrera. La escena está filmada como un caleidoscopio mientras Holiday va del exterior al interior y aparece fluidamente en el escenario para interpretar su emblemática canción.
La película comienza y termina con recordatorios de la historia de linchamientos en Estados Unidos. Abre con la imagen de un hombre negro asesinado por una turba y, tristemente, cierra con una nota de que un proyecto de ley para designar el linchamiento como un crimen federal de intolerancia se estancó en el Senado.
The United States vs. Billie Holiday, un estreno de Hulu, tiene una clasificación R (que requiere que los menores de 17 años la vean acompañados de un padre o tutor) de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, según sus siglas en inglés) por uso de drogas, violencia doméstica, lenguaje inapropiado, desnudos y temas que requieren madurez. Duración: 130 minutos. Dos estrellas y media de cuatro.