A partir del surgimiento de las variantes del SARS-CoV-2, algunos expertos se han preguntado si las vacunas serán efectivas frente a estas mutaciones y, además, si existe el riesgo de que el virus se convierta en una enfermedad persistente a lo largo de los años.
Por Aniruddha Ghosal y Christina Larson
NUEVA DELHI, 14 de febrero (AP) — ¿Qué pasa si la COVID-19 nunca desaparece? Los expertos dicen que es probable que alguna versión de la enfermedad persista durante años. Pero no está tan claro cómo será en el futuro.
¿Será eventualmente eliminado por una campaña de vacunación mundial, como la viruela? ¿Las vacunas tendrán efecto sobre las nuevas y peligrosas variantes? ¿O el virus se quedará por mucho tiempo, transformándose en una leve molestia, como el resfriado común?
Con el tiempo, el virus conocido como SARS-CoV-2 y que ya ha matado a más de 2 millones de personas en todo el mundo, se convertirá en “otro animal en el zoológico”, uniéndose a las muchas otras enfermedades infecciosas con las que la humanidad ha aprendido a vivir, opina el doctor T. Jacob John, que estudia los virus y encabezó los esfuerzos de la India para combatir la poliomielitis y el sida.
Pero nadie lo sabe con certeza. El virus está evolucionando rápidamente y están apareciendo nuevas variantes en diferentes países. El riesgo de estas nuevas variantes quedó en evidencia cuando la farmacéutica Novavax Inc. descubrió que su vacuna no funcionaba tan bien contra las mutaciones que circulaban en Gran Bretaña y Sudáfrica. Cuanto más se propaga el virus, dicen los expertos, más probable es que una nueva variante sea capaz de eludir las pruebas, tratamientos y vacunas actuales.
Por ahora, los científicos coinciden en la prioridad inmediata: vacunar a la mayor cantidad de personas lo antes posible. El siguiente paso es menos seguro y depende en gran medida de la fuerza de la inmunidad que ofrecen las vacunas y las infecciones naturales y el tiempo que dure.
“¿Las personas estarán sujetas a tener infecciones frecuentes repetidas? Todavía no tenemos suficientes datos para saber”, dijo Jeffrey Shaman, experto en virus en la Universidad de Columbia. Como muchos investigadores, cree que las posibilidades de que las vacunas confieran inmunidad de por vida son escasas.
Si los humanos deben aprender a vivir con la COVID-19, la naturaleza de esa coexistencia depende no sólo de cuánto tiempo dure la inmunidad, sino también de cómo evolucione el virus.