«Este es el único ingreso que tengo», cuenta Daniel, quien tiene una deuda de más de 50 mil pesos por el tratamiento contra el cáncer de su esposa, por lo que trabaja como comerciante ambulante en el Estado de México.
Por Crhistian De Jesús
Estado de México, 13 de febrero (A Fondo Edomex).– Daniel Loyola Gómez, un hombre de la tercera edad, vende chicharrones y cacahuates para juntar dinero para pagar la deuda que adquirió debido a la operación de su esposa por cáncer.
El hombre de 65 años de edad no tuvo otra opción que convertirse en vendedor ambulante en el centro de Toluca, Estado de México, por su edad, es difícil que lo contraten en un trabajo.
Hilaría, su esposa, empeoró de salud y fue necesario internarla en un hospital de la Ciudad de México. Daniel narra que debido a la gravedad de la enfermedad, la mujer necesitaba una cirugía, lo que hizo que gastara sus ahorros y pidió prestado para cubrir los gastos.
«Le doy gracias a Dios que sigue conmigo, sin embargo, tengo que juntar para devolver lo que pedí, debo más de 50 mil pesos y vender aquí –en la vía pública– dificulta más las cosas», dice.
Todos los días, el hombre originario de San Pedro Totoltepec agarra su carrito y sale a ofrecer sus productos, este lunes, las ventas fueron bajas en Morelos esquina con Juárez, donde se coloca a diario.
Aunado a la enfermedad de su cónyuge, la pandemia ha complicado todo para su familia. Hay días que apenas junta para comer, mucha gente pasa con indiferencia pero también existe quien le brinda un apoyo.
«Hay momentos que me siento mal y muy desesperado por no poder reunir el dinero que debo, pero este es el único ingreso que tengo. Mientras pueda seguiré trabajando duro para lograrlo», asegura Daniel.
Pocos conocen su historia a pesar de colocarse en el primer cuadro de la ciudad. El hombre pide a la población darle un trabajo, pues eso lo ayudaría a liquidar la deuda que tiene.
Pese a ser población de riesgo por la COVID-19, Daniel no puede dejar de salir a buscar el sustento, ni siquiera sabe que es candidato a recibir la vacunación contra el virus. Lo que quiere es juntar dinero para cubrir la deuda.
Teme que durante algún operativo las autoridades le quieren su mercancía ya que es lo único que tiene para poder obtener dinero. «Solo vengo a trabajar, pero ya me han quitado todo», recuerda el adulto mayor.
Alrededor de 1 millón 700 mil adultos mayores de 68 años continuó trabajando pese a las recomendaciones sanitarias durante la cuarentena por la COVID-19.
El 79 por ciento de esta población labora en el sector informal y el 21 por ciento cuenta con un trabajo formal, de acuerdo con el estudio “Adultos mayores y COVID-19: Vulnerabilidad económica ante la crisis sanitaria” del Centro de Investigación Económica (CIEP).