Calderón Hinojosa aseguró que la reforma plantea una «buen negocio» para la CFE porque significa «comprar electricidad barata a productores independientes de energía y venderla cara a los consumidores». Nahle le contestó que los impactos que planteó son más como los de la política que su Gobierno impulsó e incluso beneficiaron a una empresa donde estaba de Consejero: «recuerde ¡La patria es primero!», finalizó.
Ciudad de México, 5 de febrero (SinEmbargo).- El expresidente Felipe Calderón criticó la propuesta de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica que propuso el Presidente Andrés Manuel López Obrador y aseguró que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) tendrá «un buen negocio» comprando energía barata para venderla cara a los consumidores. Sin embargo Rocío Nahle, Secretaria de Energía, le contestó que esa fue la política que su Gobierno impulsó y endeudó la empresa.
Calderón Hinojosa escribió en su cuenta de Twitter que la política energética planteada por la CFE «es buen negocio comprar electricidad barata a productores independientes de energía y venderla cara a los consumidores». Ahora, destacó el exfuncionario, la compañía estatal entraría en pérdidas en un negocio rentable porque sus centrales, «por obsolescencia y costos laborales, son muy caras».
Nahle le contestó a Calderón Hinojosa que los impactos que planteó el exfuncionario son más como los de la política que su Gobierno impulsó y sólo ocasionó un endeudamiento a la empresa y le colocó «una camisa de fuerza para obligar a que la CFE le compre y subsidie a privados».
«Incluso, a esa empresa donde usted estaba de Consejero. Recuerde ¡La patria es primero!», le planteó también en su cuenta de Twitter.
Esa fue la política que usted impulsó y lo único que ocasionó fue endeudar a la empresa , y colocar una camisa de fuerza para obligar a que la @CFEmx le compre y subsidie a privados, incluso, a esa empresa donde usted estaba de Consejero.
Recuerde ¡La patria es primero! ?? https://t.co/TfvLbFVSUM— Rocío Nahle (@rocionahle) February 5, 2021
Calderón agregó a su planteamiento que además de los costos a la empresa, están los gastos que provoca la emisión de contaminantes con las plantas de combustibles fósiles, «sobre todo las de carbón». «El daño a la salud por contaminación del aire puede representar varios puntos del PIB en ciudades como México», destacó. Para el expresidente la contaminación generará daños en la salud que también comprenderán gastos en los servicios sociales por la incidencia de enfermedades respiratorias y cancerígenas.
«Más la estimación que se hace por muertes prematuras: personas que fallecen por padecimientos que se agravan con la contaminación», apuntó.
El expresidente explicó que las emisiones de gases de efecto invernadero de las plantas de combustóleo y carbón de la CFE, además de las de gas, contribuyen al aumento del calentamiento global y del cambio climático. «Esto es grave: México es uno de los países que más sufren y sufrirán las consecuencias del cambio climático», dijo.
La iniciativa presentada por el Presidente López Obrador el 1 de febrero, que tuvo carácter de preferente, ha sido fuertemente cuestionada por organismos autónomos de competencia en México, así como por las cámara empresariales del país. Ahora, la reforma que limitaría la generación privada de energías renovables para priorizar a la empresa eléctrica del Estado, la CFE ha sido mal calificada también por la Cámara de Comercio del primer socio comercial del país.
La reforma modifica el mecanismo de despacho de las centrales eléctricas, que deberán priorizar la energía producida por las hidroeléctricas y plantas de combustibles fósiles de la CFE por encima de las plantas privadas eólicas y solares, y por último las de ciclo combinado.
“Desde hace más de tres décadas, en el marco de la política neoliberal o neoporfirista, se fue imponiendo un proceso de privatización para debilitar y transferir empresas públicas a particulares y despojar a los mexicanos de la riqueza petrolera y de la industria eléctrica”, expuso el Presidente.
La nueva normativa también obligaría a que los nuevos permisos del sector estén “sujetos a los criterios de planeación” de la Secretaría de Energía. También cambian las reglas de los Certificados de Energías Limpias (CEL) que pueden obtener las empresas particulares y elimina la obligatoriedad de las subastas eléctricas en las que puede participar el sector privado para abastecer a la CFE. Por último, ordena revisar la “legalidad y rentabilidad” de los contratos del Gobierno federal con productores independientes de energía.
El Presidente aseveró que estas modificaciones respetan el nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y la reforma constitucional de 2013 que abrió el sector energético a la inversión privada. “La Nueva Política Energética demanda ajustes a la Ley de la Industria Eléctrica”, sostuvo el mandatario.