La existencia de un megaterio tan antiguo muestra que la historia de estos perezosos hasta la fecha sigue siendo desconocida, y probablemente tuvieron una historia más compleja de lo que se cree.
Madrid, 1 de febrero (EuropaPress).- Paleontólogos han descubierto un cráneo de megaterio de una antigüedad que supera los 3.5 millones de años, el más antiguo conocido en Argentina, que vivió en la Pampa durante el Plioceno.
El megaterio fue un enorme perezoso terrestre que alcanzó los 5 metros de longitud y las 6 toneladas de peso, comparable a los más grandes elefantes. Su hocico era estrecho y tendría una larga lengua con la que arrancaría las ramas vegetales que constituían su alimento.
Su extraña anatomía, grandes garras y tamaño descomunal hacen del megaterio un animal misterioso, y como tal, ha despertado curiosidad entre los investigadores. Algunos especialistas creen que podría haber sido carnívoro y que utilizaba sus grandes garras para apuñalar a sus presas, e incluso que pudo haber sido casi enteramente pelado como los elefantes y rinocerontes.
Los restos de megaterio son muy comunes en casi todo el territorio argentino, sin embargo, esta es la primera vez que se encuentran restos tan antiguos, solo comparables a un hallazgo realizado hace algunos años en Bolivia.
La existencia de un megaterio tan antiguo en las planicies de la Pampa muestra que la historia de estos enormes perezosos aún es casi desconocida, y es posible que los megaterios hayan tenido una historia mucho más compleja de lo que se cree, informa en un comunicado el Museo Municipal «Punta Hermengo» de General Alvarado, en la ciudad de Miramar.
El hallazgo corresponde a un equipo interdisciplinario que incluye investigadores del LACEV, Fundación Azara, Museo de Ciencias Naturales de Miramar, Centro de Geología de Costas y Cuaternario de la UNMDP y el Laboratorio de Paleontología de Vertebrados (CICYTTP).
El ejemplar fue encontrado en la localidad de San Eduardo del Mar, muy cerca de la ciudad de Miramar, por los investigadores que presentaron el estudio de este hallazgo: Nicolás R. Chimento, Federico L. Agnolin, Diego Brandoni, Daniel Boh, Mariano Magnussen, Francisco De Cianni y Federico Isla.