Los días más oscuros de nosotras, ópera prima dirigida por Astrid Rondero y producida por Fernanda Valadez, muestra la historias que deben enfrentarse a su realidad en medio del machismo. La cinta llega a cines este 21 de enero.
Ciudad de México, 19 de enero (SinEmbargo).– Los días más oscuros de nosotras, la ópera prima de la directora Astrid Rondero, estrenará en cines este próximo 21 de enero. Un drama que retrata el feminismo desde diferentes perspectivas y a través de la mirada de Ana (Sophie Alexander-Katz) y Silvia (Florencia Ríos).
Desde Tijuana, una ciudad identificada por la trata de mujeres y los feminicidios que ahí se perpetúan, emerge Ana que regresa a su hogar de nacimiento para enfrentarse con la muerte de su hermana de la que fue testigo en su niñez y que parece un ser un recuerdo que se desvanece, pero duele cada vez más. A la par está la historia de Silvia, la mujer que alquila la casa de la infancia de Ana y la cual cuida con gran recelo.
En una ciudad donde ser mujer no es fácil y el machismo permea, ambas luchan contra los estereotipos y prejuicios para salir adelante.
Los días más oscuros de nosotras, nominada al Ariel por Mejor Ópera Prime y Mejor Actriz, pone sobre la mesa temas que urgen ver en pantalla.
«Esta película es una cinta hecha por mujeres que habla de un tema que tiene que ver con el empoderamiento, que tiene que ver con la sororidad. Conceptos que cuando salió en festivales a lo mejor todavía no estaban tan retomados. Creemos que ahorita es un gran momento para las mujeres, que las mujeres hemos vuelto a abrazar términos como el feminismo, que son términos tan importantes, y por eso también creemos que es un momento adecuado para que la película encuentre a sus espectadoras», comenta Astrid Rondero en entrevista para SinEmbargo.
Ana es arquitecta y se enfrenta en medio de un ambiente de hombres en el que constantemente tiene que abrirse paso. Silvia tiene dos empleos: por la mañana es cocinera y por la noche es una bailarina que lucha para mantener a su hija a su lado. Cada noche sale ante decenas de miradas lasivas para ahorrar unos pesos que le permitan volver a reunir a su familia.
La cinta, producida al lado de Fernanda Valadez (Sin señas particulares, 2020), fue creada con un equipo integrado por mujeres. Rondero explica que fue la misma experiencia de la realización del filme al moverse en medio de la industria cinematográfica liderada por hombres que las obligo a reflejar en los personajes mucho de lo que ellas mismas vivían.
«Engloba mucho de nuestras experiencias como cineastas. Este ambiente que se siente tan masculino que parece que expulsa el personaje. Creo que en ese aspecto el equipo creativo de mujeres que hicimos la película estábamos muy entusiasmadas con el proyecto yo creo que por eso, porque sentíamos una especia de paralelismo a nuestras propias experiencias en la historia de Ana nos sentimos muy representadas», explica la directora.
A Ana y a Silvia en un inicio sólo las une una casa. Sin embargo, conforme estos personajes interactúan van generando redes de apoyo para enfrentar sus miedos, una sororidad que borró la frontera entre la pantalla y la realidad.
La experiencia de ser parte de una cinta hecha por mujeres pudo percibirse diferente también para las actrices, sobre todo en las escenas que eran más íntimas, pues se creó una fortaleza en la que todas (dentro y fuera de foco) se sentían seguras y libres, como lo explica Florencia Ríos:
«No hubiera sido igual si no hubiera habido tantas mujeres el crew. Tantas mujeres que estaba muy prendidas de que estuviéramos trabajando y colaborando todas juntas. Algo muy bonito que quiero poner como ejemplo fue el encuentro entre Ana y Silva en el cuarto y tienen esta noche que pasan juntas. Fue muy bonita porque fue a set cerrado, y las únicas que estaban en el set eran mujeres. Al terminar acabamos saltando y estábamos en una complicidad muy bonita que al final es lo que logra entre mujeres cuando logramos crear juntas».
AÚN HAY CAMINO POR RECORRER
De acuerdo con último Anuario Estadístico del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), durante el 2019 se produjeron 216 largometrajes nacionales, de estos, sólo el 20 por ciento fueron dirigidos por mujeres (44 películas).
«El rol de la mujer y la presencia de la mujer en la cinematografía todavía estamos a años luz, pero acercándonos, pero a años luz de distancia de que haya condiciones de igualdad. Esto que están haciendo, Astrid y Fernanda, de orgánicamente juntar equipos de mujeres, escribir historias sobre mujeres para mujeres, creo que es algo que no se debe de quitar el dedo del renglón. No se puede dejar de hacer. Ahora, una como mujer tampoco está obligada a hablar sólo de mujeres, pero ya el hecho de que una mujer escriba historias sobre hombres, mujeres niños y perros, cambia la perspectiva del 50 por ciento de la población mundial», recalca la actriz Sophie Alexander-Katz.
Astrid Rondero y Fernanda Valadez se han convertido en un dúo fuerte dentro de la cinematografía de nuestro país no sólo por el gran recorrido que ha tenido Los días más oscuros de nosotras, sino también por las palmas que se han llevado con su segunda cinta Sin señas particulares que continua recibiendo premios.
Auqnue cada vez se ven más nombre dentro de la industria en nuestro país como el de Natalia Beristáin, Alejandra Márquez, Lila Avilés, Issa López y muchas otras más, Rondero recalca que el camino no está siendo más fácil sin apoyos para sus cintas.
«Estos recortes justo a quien le dan en la torre es a las mujeres porque los fideicomisos y estos fondos beneficiaban a creadoras como Fernanda y como yo, de hecho las dos hemos dependido de esos tipos de apoyos porque nosotras no tenemos productores que nos digan, ven y toma el dinero para hacer lo que se te antoje. Nosotras tenemos que pelear por nuestros proyectos, crear nuestros proyectos, financiar nuestros proyectos, encontrar productores. […] El problema de ver este vaivén es eso, que si se retiran esos espacios públicos que permiten que las mujeres agarremos y seamos autogestivas y generemos, muy pronto vamos a volver a ver una tendencia a la baja de las mujeres cineastas. Sin embargo, yo me siento muy orgullosa de pertenecer a esta generación en donde habemos muchísimas mujeres».
Los días más oscuros de nosotras llega este 21 de enero a las salas de cine de nuestro país que tampoco no están pasando por su mejor momento después del cierre de meses de los complejos cinematográficos (aún sin abrir en Ciudad de México y Estado de México) y que provocó una caída del 95 por ciento de ventas, según reportó la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine).
No obstante, Astrid Rondero cree que este momento de crisis es una buena oportunidad para que las salas comerciales den más espacio a las cintas mexicanas en su cartelera que es dominada por los estrenos de Hollywood.
«Deseamos que se logre hacer una especie de reflexión y de cercanía entre la exhibición comercial y el cine mexicano, que caigamos en cuenta que justo en estos momentos de crisis, si las grandes exhibidoras realmente generaran público para al cine mexicano, que es lo natural porque además tenemos grandísimas películas, no estaríamos pasando esta crisis tan terrible. Creo que es un gran momento como de inflexión, donde ellos están retomando películas que a lo mejor no iban a tener todas esas salas en esos lugares de la República donde normalmente agarran y los bombardean con lo de siempre Avengers y Marvel, y todas esas cosas, y ahorita por la situación están empezando a traer películas mexicanas y con eso, nuestro gran sueño es que se empiecen a formar públicos y que el público mexicano empiece a ver su cine y se de cuenta y se maraville de que no es porque el público mexicano no tenga buen gusto, es porque no les ponen nuestras películas. Tampoco no es porque el cine mexicano sólo sea ‘Derbez’, es porque no ponen mas películas que esas. Creo que puede ser un momento interesante».