El individuo fue fotografiado sentado, con los pies sobre el escritorio de Pelosi, en el despacho de la presidenta de la Cámara de Representantes.
Washington, 8 enero (EFE).- El hombre que en el asalto al Congreso de EU del miércoles entró y se hizo fotografías en la oficina de la presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, fue detenido este viernes en Arkansas, informaron las autoridades.
El individuo, identificado como Richard Barnett, ha sido acusado de entrada ilegal a un edificio restringido, entrada violenta y conducta desordenada en el Capitolio y robar propiedad pública, por el correo de la legisladora que presuntamente se llevó después de haber posado para los fotógrafos.
El recién elegido Legislador estatal republicano Derrick Evans, de Virginia Occidental, también engrosa el grupo de trece presuntos participantes en el asalto que han sido acusados por el allanamiento de la sede del legislativo, en el que hubo cinco muertos, incluido un policía, informó el Departamento de Justicia.
Barnett, de 60 años y conocido por el sobrenombre de «Bigo», fue detenido en la ciudad de Little Rock, en Arkansas, informó el Fiscal federal adjunto de Washington, Kenneth Kohl.
El individuo fue fotografiado sentado, con los pies sobre el escritorio de Pelosi, en el despacho de la presidenta de la Cámara de Representantes, una imagen que rápidamente dio la vuelta al mundo como epítome del caos generado por los trumpistas en el Congreso.
En su página de Facebook, según los medios locales, Barnett ha defendido posturas cercanas al nacionalismo blanco y escribió que está preparado para una muerte violenta.
Por su parte, el Legislador estatal de Virginia Occidental Derrick Evans ha sido acusado de ingresar ilegalmente en terrenos restringidos, un delito federal, tras haberse grabado en video entrando por la fuerza en el Capitolio al grito de «estamos dentro».
Tras haber sido identificado por las imágenes del asalto divulgadas, el abogado del legislador, John Bryan, emitió este jueves un comunicado en el que sostuvo la inocencia de su cliente, de quien dijo que estaba ejerciendo sus derechos de libre expresión.
Según el letrado, Evans no era parte del grupo que protagonizó el alboroto y el allanamiento de la sede legislativa.
Los trece detenidos hasta ahora son sólo los primeros, ya que se mantendrán los esfuerzos contra «los responsables de los actos criminales de violencia y destrucción desarrollados durante la violación del edificio del Capitolio», dijo el director del FBI, Christopher Wray.
«Para ser claros, lo que ocurrió ese día no fue una actividad protegida por la Primera Enmienda (que garantiza la libertad de expresión), sino una afrenta a nuestra democracia», agregó Wray.
Entre los detenidos está Lonnie Coffman, de Alabama, acusado de posesión de un arma de fuego no registrada y en cuyo vehículo la policía encontró «once artefactos explosivos conocidos como cócteles Molotov y armas de fuego», informó el Departamento de Justicia.
También Christopher Alberts, de Maryland, quien llevaba «una pistola en la cadera, un chaleco antibalas», una mochila con una navaja, una máscara antigás y un «botiquín de primeros auxilios».
La Fiscalía General se dispone a abrir un caso criminal federal por la muerte del policía en estos incidentes, según informaron hoy medios locales.
El agente de la policía del Capitolio Brian Sicknick fue una de las cinco víctimas mortales del asalto perpetrado por los seguidores de Trump para interrumpir una sesión en la que se certificaba la victoria electoral del demócrata Joe Biden.
Los congresistas demócratas y algunos republicanos han responsabilizado a Trump de los incidentes, por haber instado a los manifestantes a acudir al Congreso en un discurso ante la Casa Blanca en el que reiteró sus acusaciones sin fundamento de un fraude en las elecciones presidenciales del pasado 3 de noviembre.