El Instituto Portugués de Oncología (IPO) de Oporto precisó este domingo en un comunicado que el deceso de Azevedo se produjo «de forma súbita» y «no se notificó ningún efecto indeseable ni en el momento de la vacunación, ni en los días posteriores».
Moscú, 6 de enero (RT).– Azevedo, auxiliar en cirugía pediátrica del Instituto Portugués de Oncología (IPO) de Oporto, quien falleció en su casa el 1 de enero mientras dormía.
Dos días antes, el 30 de diciembre, la mujer de 41 años había recibido una dosis de la vacuna de Pfizer contra la COVID-19.
El Instituto Portugués de Oncología (IPO) de Oporto precisó este domingo en un comunicado que el deceso de Azevedo se produjo «de forma súbita» y «no se notificó ningún efecto indeseable ni en el momento de la vacunación, ni en los días posteriores».
La administración del instituto también subrayó que las causas de la muerte de la trabajadora sanitaria todavía se desconocen y se determinarán sólo en la autopsia.
La familia de Sónia está destrozada y exige que determinen a qué exactamente se debió su muerte. Su padre comentó al Correio da Manhã que su hija «estaba bien», sin presentar síntomas preocupantes que podrían atribuirse a la reacción a la vacuna.
«Quiero respuestas», declaró al diario, detallando que Sónia no tomaba alcohol ni comía algo en especial o fuera de lo común.