Al ser la cara más visible del Gobierno federal ante la pandemia, el nombre de Hugo López-Gatell ha aparecido, para bien o para mal, en artículos de revistas como The Lancet, Science, British Medical Journal y SciELO.
–Con información de Efrén Flores
Ciudad de México, 17 de enero (SinEmbargo).–»Para nosotros ha sido de mucha ayuda la participación del doctor Hugo López-Gatell, ejemplar. No creo que haya un funcionario en el mundo con esas características, aunque se enojen. Es de primera, preparado, es un gran profesional», dijo el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia mañanera del 6 de enero al dar su opinión sobre quienes exigen la renuncia del Subsecretario de Promoción y Prevención de la Salud.
Pero Hugo López-Gatell Ramírez –quien ha sido el rostro más visible o mediático de la Secretaría de Salud (SSA) en tiempos de pandemia– no solo ha recibido críticas de la oposición política mexicana, diversos medios especializados han examinado su trabajo, unos lo reconocen y otros más cuestionan algunas de sus acciones como la implementación del modelo centinela, el no imponer el uso de mascarillas en todo el país y las escasas pruebas para detectar casos de COVID-19.
Lo anterior se suma a los efectos de la pandemia que, independientemente del desempeño del Gobierno federal, tiene una alta tasa de mortalidad en el país, considerando que las cifras de la SSA indican que en México hay una defunción por cada 10 casos confirmados de COVID-19, lo que implica que proporcionalmente, uno de cada mil habitantes en México ha muerto por coronavirus.
Desde hace muchos años, el grado de preparación de Hugo López-Gatell impulsó su carrera dentro y fuera del ámbito público; y en ese camino, además de los méritos propios hubo circunstancias que se alinearon para colocarlo en donde hoy está, como por ejemplo, el hecho de que su asesor de tesis de maestría en la Universidad Nacional Autónoma de México fue precisamente el hoy Secretario de Salud, Jorge Carlos Alcocer Varela.
A la fecha, López-Gatell es uno de los pocos funcionarios públicos que puede presumir tener fanáticos, además de simpatizantes, pero al ser la cara más visible del Gobierno federal ante la pandemia, su nombre ha aparecido, para bien o para mal, en artículos de universidades como Cambridge, en estudios de organizaciones como Amnistía Internacional, en medios como Bloomberg y en las revistas The Lancet, Science, British Medical Journal y SciELO.
“El controvertido zar del coronavirus de México” y «Covid-19: cómo el negacionismo lideró el desastroso esfuerzo de control de una pandemia en México», son los más recientes títulos de artículos publicados en las revistas Science y British Medical Journal, respectivamente, que hablan del trabajo del doctor López-Gatell, quien la semana pasada se vio envuelto en una nueva polémica: fue fotografiado sin mascarilla en avión y en playas del estado de Oaxaca en pleno pico de la pandemia.
El texto de Science, escrito por el periodista de ciencia Rodrigo Pérez Ortega y publicado el 11 de diciembre de 2020, describe cómo muchos han cuestionado el liderazgo de López-Gatell Ramírez.
“Los críticos lo acusan de subestimar las cifras reales y de manejar mal la respuesta de la nación. A principios de agosto, los gobernadores de nueve estados mexicanos exigieron su renuncia. Sin embargo, sus defensores dicen que está tomando decisiones acertadas basadas en la ciencia y haciendo lo mejor que puede con los recursos a su disposición”, menciona sobre López-Gatell, quien en 2009 ocupaba el cargo de jefe de epidemiología en la Secretaría de Salud federal y le tocó enfrentar la gripe H1N1.
El artículo de Science destacó que ante la nueva pandemia, López-Gatell Ramírez depositó su confianza en el sistema centinela del país, originalmente diseñado para los brotes de gripe y que le ha valido sendas críticas.
“La confianza en el modelo centinela puede haber impedido que López-Gatell Ramírez y su equipo hicieran predicciones precisas. Pronosticaron que la pandemia alcanzaría su punto máximo alrededor del 8 de mayo, con 4 mil 500 casos diarios, con la ayuda de un cierre voluntario nacional en vigor desde finales de marzo hasta junio. En cambio, los casos diarios siguieron aumentando, hasta un máximo de 9 mil 556 el 3 de agosto. Desde entonces, el número ha fluctuado entre 3 mil y 12 mil, y la pandemia está empeorando”, detalla el periodista Rodrigo Pérez Ortega.
El artículo de Science añade que las pruebas no son la única área en la que López-Gatell Ramírez ha recibido críticas. “Mientras Europa y Estados Unidos estaban lidiando con sus primeras oleadas de infecciones, desaconsejó el cierre de las fronteras de México”.
Además, agrega el artículo, “su postura sobre las mascarillas es quizás la más controvertida: a pesar de la creciente presión del público, políticos y científicos que citan evidencia de que las mascarillas pueden reducir la transmisión viral, López-Gatell Ramírez aún no ha ordenado su uso en todo el país”.
La revista British Medical Journal publicó el 30 de diciembre un artículo titulado “Covid-19: cómo el negacionismo lideró el desastroso esfuerzo de control de una pandemia en México”.
El texto, firmado por el periodista Luke Taylor, destaca que “a pesar de tener una de las peores cifras de muertos en el mundo por la pandemia, el Gobierno de México se negó a bloquear o expandir las operaciones de prueba y rastreo. El resultado ha sido devastador tanto para los médicos como para los pacientes”.
El periodista enfatiza en los hospitales públicos, que desde diciembre de 2020 están sobrecargados. “Muchos están rechazando pacientes debido a la falta de camas y se están quedando sin suministros para las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa. Todos están respaldados por personal con exceso de trabajo y falta de capacitación. Más de 2 mil trabajadores de la salud han muerto a causa del COVID-19, más que en cualquier otro lugar del mundo”.
También menciona que la falta de estrategia, combinada con mensajes contradictorios del Presidente, “ha exacerbado la situación en un país que está mal equipado para una pandemia”.
“Figuras del gobierno han pedido al público que practique el distanciamiento social y han recomendado el uso de mascarillas, pero López Obrador se ha negado a usar una mascarilla él mismo y ha minimizado su efectividad. Se ha negado a hacerlos obligatorios o declarar un bloqueo nacional, que considera autoritario y económicamente perjudicial”, se lee en el texto.
El artículo de British Medical Journal destaca también el escaso número de pruebas para detectar la COVID que realiza el Gobierno: “Aunque el número de casos y muertes semanales en México se ha duplicado durante noviembre a diciembre, México está evaluando a menos personas por número de casos ahora que al comienzo de la pandemia. Actualmente, el país tiene una de las tasas de pruebas más bajas del mundo”.
“México busca casos solo en las personas más gravemente enfermas”, agrega el texto. “Esto contrasta directamente con la mayoría de los países de América Latina, que han aumentado la capacidad de realización de pruebas y, a pesar de ser una de las principales recomendaciones de la OMS como uno de los pocos métodos probados y menos dañinos económicamente para reducir la transmisión del virus”.
En noviembre pasado, Bloomberg publicó “El Ranking de Resiliencia COVID”, en el que analizó los números de cada país para determinar los mejores lugares para estar en la era del coronavirus.
El ranking, analizado por los periodistas Rachel Chang Jinshan Hong y Kevin Varley, revisa 53 economías de más de 200 mil millones de dólares en 10 métricas como el crecimiento de los casos, la tasa de mortalidad general, las pruebas, los acuerdos de suministro de vacunas, la capacidad del sistema sanitario local, el impacto de las restricciones relacionadas con el coronavirus y la libertad de circulación de los ciudadanos.
De acuerdo con este ranking, los 10 países con mejor puntaje de resilencia COVID son:
–Nueva Zelanda (85.4)
–Japón (85)
–Taiwán (82.9)
–Corea del Sur (82.3)
–Finlandia (82)
–Noruega (81.3)
–Australia (81.2)
–China (80.6)
–Dinamarca (77)
–Vietnam (74.3)
En contraste, los 10 con menos residencia son:
–Rumania (53.6)
–Polonia (52.2)
–Francia (51.6)
–Filipinas (48.9)
–Irán (48.7)
–Colombia (48.1)
–República Checa (46.8)
–Bélgica (45.6)
–Perú (41.6)
–Argentina (41.1)
–México (37.6)
Un artículo publicado en el sitio Scientific Electronic Library Online (SciELO), titulado “Cuando la ciencia no alcanza: México ante la pandemia del COVID-19”, explica el modelo centinela que el Gobierno federal utiliza en su plan nacional de contingencia de la pandemia.
“Pruebas, pruebas, pruebas… es el mensaje del Director General de la OMS, Tedros Adhanom. Estrategia que ha demostrado validez científica internacional en la contención del SARSCoV2 y que pudiera ser de aplicación nacional; sin embargo, la estrategia la Secretaría de Salud de México por lo menos en la fase 1 y al inicio de la fase 2 del plan nacional de contingencia discrepa con esta directriz y en su lugar sólo toma muestras en casos de enfermedad moderada o grupos de alto riesgo y la combina con el modelo de vigilancia centinela, que no pretende identificar todos y cada uno de los casos de COVID-19 ni recopilar una cuenta completa de casos en todo el país”, señala el autor del texto Jorge Baruch Díaz Ramírez, maestro en Ciencias en Políticas de Salud Global de la London School of Hygiene & Tropical Medicine y vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Para el especialista, “esta discrepancia entre la OMS y México se puede tomar como ejemplo de una excepción a la validez científica y hasta cierto punto como una controversia para implementar políticas públicas ante una contingencia. La discrepancia se da ante la necesidad de adaptar las directrices internacionales a las circunstancias nacionales. En este sentido, el modelo centinela tiene dentro de sus objetivos emplear de forma más efectiva y eficiente los recursos humanos y materiales existentes en el sistema de salud, no obstante, hasta el momento no se cuenta con evidencia científica que demuestre ser efectiva en la contención del brote de COVID-19”.
Ante la escalada exponencial de casos a nivel global y las experiencias positivas y negativas de algunos países que han implementado planes para la preparación, respuesta y recuperación del brote del SARS CoV 2, el maestro Jorge Baruch recomienda a México una respuesta unificada y coordinada entre los tres sectores de la sociedad.
“La comunicación del riesgo no sólo debe enfocarse hacia los medios de comunicación, es necesario involucrar pro-activamente a la sociedad civil organizada y a la iniciativa privada con la finalidad de conciliar los planes de mitigación ante las diferentes fases de la contingencia y la etapa de recuperación. Las discrepancias con los organismos internacionales y otros actores a nivel global se deberán conciliar mediante la mejor evidencia científica disponible para el caso de COVID-19, especialmente en los temas más controversiales de actuación que son las oportunidades de diagnóstico limitadas, la respuesta desfasada entre los diferentes niveles de gobierno y sectores de la sociedad, y la vigilancia epidemiológica”, expone el experto en su artículo publicado en noviembre de 2020.
Un análisis global publicado por Amnistía Internacional el 3 de septiembre de 2020 colocó a México como el país donde más trabajadores de salud habían muerto de COVID-19.
“En el mundo han muerto al menos 7 mil profesionales de la salud tras contraer la COVID-19. Solamente en México hay al menos 1, 320 fallecimientos confirmados, la cifra más alta para un solo país”, destaca el análisis de Amnistía.
Amnistía Internacional también registró un número elevado de muertes de personal sanitario en Estados Unidos (1,077) y Brasil (634), donde las tasas de infección y muerte han sido altas durante toda la pandemia, así como cifras alarmantes en Sudáfrica (240) e India (573).
La organización mencionó que las cifras de cada país no siempre son comparables directamente debido al uso de métodos diferentes para recopilar datos y a la definición de personal sanitario que se emplea en cada uno.
En el caso de México señaló que “la cifra oficial de muertes de profesionales sanitarios es sobrecogedora: 1,320”.
“Según algunas fuentes, en México, el personal de limpieza de los hospitales es especialmente vulnerable a la infección. Muchos limpiadores y limpiadoras de centros sanitarios de México están subcontratados, lo que significa que tienen menos protección”, destaca el análisis.
Amnistía Internacional subraya el hecho de que el gobierno mexicano mantiene un registro detallado de muertes de personal sanitario, con datos desglosados por edad, género y profesión.
Esta transparencia, detalla, “es esencial y todos los países deberían ofrecer este tipo de datos; también podría explicar las inquietantes cifras de México en comparación con otros países”.
La revista médica británica The Lancet retomó este análisis de Amnistía Internacional para entender las muertes de los trabajadores de la salud en México.
El texto, escrito por el periodista David Agren, recopila testimonios de médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) quienes exigen suministros y equipo de protección personal.
“Ni siquiera tuvimos acceso a una sola prueba. Ahora tenemos algunos ”, dijo a la revista Rafael Soto, enfermero del IMSS y vocero del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud, organización formada durante la pandemia para mejorar las condiciones laborales.
En julio de 2020, la Universidad de Cambridge publicó un artículo titulado “México y la respuesta COVID-19”, escrito por los especialistas Ismael Ibarra-Nava, Jesús A. Cárdenas de la Garza, Raúl E. Ruiz-Lozano y Raúl G. Salazar-Montalvo.
El artículo señala que la respuesta de México a la COVID-19 ha sido controvertida y criticada desde el comienzo del brote.
“México ha implementado un sistema de vigilancia epidemiológica centinela, en lugar de una estrategia de pruebas masivas, para contar y notificar casos. A principios de mayo, el Ministerio de Salud estimó que aproximadamente 104 mil 562 personas habían tenido COVID-19, pero el número real de casos confirmados reportados fue 23 mil 471. Este número se calculó utilizando modelos matemáticos de una muestra, pero los científicos de datos y los estadísticos criticaron la falta de transparencia de la metodología utilizada para proporcionar estas estimaciones”, destaca el texto.
“Pero quizás lo más preocupante es el cuestionable liderazgo del presidente Andrés Manuel López Obrador”, añade el artículo. “Desde que la pandemia de COVID-19 llegó a México en febrero, el Presidente López Obrador ha minimizado el impacto potencial de la pandemia en la salud de millones de mexicanos. Inicialmente, continuó celebrando reuniones masivas en todo México como parte de una gira presidencial. Finalmente se detuvo durante algunos meses, pero los reanudó a principios de junio como parte de su plan para reabrir la economía”.
El artículo publicado por la Universidad de Cambridge destaca que “se necesita un liderazgo más fuerte del más alto nivel de gobierno para evitar más casos y muertes por COVID-19. Los mexicanos, así como los gobiernos locales, estatales y federales, deben trabajar juntos con esfuerzos sin precedentes para cambiar drásticamente el curso de esta pandemia, que ya se ha cobrado miles de vidas vulnerables”.