Pese a los resultados, los autores del estudio destacan que el modelo no incluye la complejidad y la imprevisibilidad de la vida real, por lo cual estudios como este no dan respuestas definitivas.
Ciudad de México, 22 de noviembre (RT).- Múltiples simulaciones realizadas por investigadores del Instituto de Física Interdisciplinaria y Sistemas Complejos (IFISC) de España han ofrecido una sorprendente sugerencia para luchar contra las pandemias: en vez de sellar las fronteras, resulta más eficaz abandonar las grandes ciudades y trasladarse a áreas menos pobladas.
Durante el estudio, cuyos resultados se pueden consultar en la revista Chaos, los científicos aplicaron un modelo dinámico SIR (Susceptible, Infectada y Recuperada) y realizaron unas 10 mil simulaciones contemplando una migración unidireccional desde un área densamente poblada a otra poco poblada en un contexto de propagación de una enfermedad.
Las estadísticas mostraron una reducción de la tasa general de infección cuando las poblaciones se mezclaban, aunque la tasa en las áreas poco pobladas sufría un aumento. Asimismo, cuando se reforzaba la salida de gente desde las zonas densamente pobladas, la tasa general de infección disminuía todavía más.
#IFISC_publication Travel restrictions during pandemics: A useful strategy?
By: Zanin, Massimiliano; Papo, David https://t.co/DUWfcqSvKz— IFISC (UIB-CSIC) (@IFISC_mallorca) November 18, 2020
«En lugar de prohibir la movilidad, o reducirla, decidimos explorar cómo una movilidad alterada afectaría a la propagación», explicó el científico de datos Massimiliano Zanin, autor principal de estudio.
Tomando una proporción de 90 por ciento de población urbana y un 10 por ciento de población rural, la investigación calculó que la tasa general de infección podría reducirse desde un 35 por ciento hasta un 23 por ciento si a las personas se les permitía moverse libremente. Y aunque el porcentaje de personas infectadas en el hipotético pueblo aumentaría en ese escenario, la caída de contagios que se produciría en la hipotética ciudad sería superior.
«La gente siempre asume que cerrar las fronteras es bueno», dijo Zanin. «Descubrimos que casi siempre es malo», agregó
El modelo no incluye la complejidad y la imprevisibilidad de la vida real, reconoce Zanin. Por lo tanto, estudios como este no dan respuestas definitivas, pero pueden ofrecer sugerencias útiles, señala.
En el mundo real, permitir que las personas se trasladen desde su residencia habitual en la ciudad a su casa de vacaciones en el pueblo podría detener la propagación de la enfermedad, siempre y cuando estas no regresen a la ciudad hasta que la pandemia haya finalizado, concluyeron los investigadores.