Las avistas asesinas tienen un gusto especial por las abejas. Acaban con nidos completos. Son un peligro para la producción de miel (México es un alto productor) y para la polinización.
Ciudad de México, 15 de septiembre (SinEmbargo).– Avispas gigantes asiáticas, más conocidas como “avistas asesinas”, fueron vistas el mes pasado al noroeste del Pacífico en Estados Unidos. Funcionarios del estado de Washington las localizaron y fueron por ellas. Es el primer nido en el norte del Continente Americano.
Estas avispas matan gente. Pero como sucede con algunas especies de víbora en México (la de cascabel es común), también se comen. Entonces las autoridades no saben si llegaron hasta acá como parte de un botín para una cena exótica o simplemente se colaron en valijas del intenso comercio entre regiones. Pusieron llegar de sus áreas nativas en China, Japón, Tailandia, Corea del Sur y Vietnam.
Las avistas asesinas tienen un gusto especial por las abejas. Acaban con nidos completos. Son un peligro para la producción de miel (México es un alto productor) y para la polinización.
“Llegamos justo a tiempo”, dijo Sven-Erik Spichiger, entomólogo-gerente del Departamento de Agricultura de Washington, en una conferencia de prensa. A fines del mes pasado, funcionarios en Blaine, Washington, retiraron el nido de avistas agresivas que estaban a punto de entrar en su “fase de matanza”, antes de que pudieran multiplicarse y matar a las abejas del área. Si no se hubieran eliminado, los insectos podrían haber devastado a los polinizadores vitales para las frambuesas, los arándanos y otros cultivos de la región.
Esa avispa no es nativa de América. Es de Asia. Este año mataron a 50 personas en Japón. Los funcionarios pusieron rastreadores de radio a tres avispones que habían atrapado anteriormente. Uno de esos avispones los llevó al nido. Los entomólogos extrajeron cientos con una aspiradora y luego sellaron el resto del nido el 24 de octubre. Posteriormente, retiraron la sección del árbol donde se había sellado el nido y lo llevaron a un centro de investigación de cuarentena en la Universidad Estatal de Washington.
El 29 de octubre, los funcionarios abrieron el nido y encontraron que la mayoría de los insectos aún estaban vivos. Incluso los que fueron aspirados días antes. Se sorprendieron de su tamaño. Además de 112 avispas obreras que se encontraron cientos de larvas y pupas (la etapa de vida posterior a las larvas), así como algunos huevos y avispones machos. Spichiger dijo que el nido era capaz de albergar unas 200 reinas. Puede que algunas reinas hayan escapado.
Si alguna de las reinas escapaba, es posible que no sobrevivieran si no hubieran recibido una nutrición adecuada antes de abandonar el nido. Pero si una estaba bien alimentada y se había apareado con un macho, teóricamente podría ir y elegir un área protegida para aislarla durante el invierno, lo que ayudaría a formar nuevas colonias en la primavera.
Estos nidos han dejado inquietos a los funcionarios. ¿Cómo llegaron hasta acá? Quizás fue el comercio internacional. O los trajeron para consumo humano, porque en algunas culturas se comen como bocadillos o se usan como ingrediente en bebidas alcohólicas. En la región central de Chubu, en Japón, estos insectos son vistos como un refrigerio agradable y un ingrediente estimulante en bebidas. Es considerada un manjar. Las larvas a menudo se conservan en frascos y son fritas o cocidas al vapor con arroz para hacer un sabroso platillo llamado hebo-gohan.
Las que miden 5 centímetros se fríen en brochetas hasta que el caparazón se vuelve ligero y crujiente. Dejan una sensación de calor y hormigueo cuando se comen. Las avispas también le pueden agregar algo extra al licor. Especímenes vivos son ahogados en shochu, una bebida destilada clara. En su agonía, los insectos liberan su veneno en el líquido; se torna en un tono oscuro de ámbar.