Los sueños y la miseria que viven los jóvenes de Baltimore son retratados en Charm City Kings

10/10/2020 - 11:01 am

Mientras en Puerto Rico la abstracción de la realidad podía llegar con el reguetón, el boxeo o el béisbol, en las calles de Baltimore, una ciudad con graves problemas de desigualdad y marginalidad, la huida se basa en las motos.

Por David Villafranca

Los Ángeles (EU), 8 de octubre (EFE).- Del barrio de Santurce en Puerto Rico a las calles de Baltimore (EU). Ese fue el viaje de Ángel Manuel Soto en Charm City Kings, una aclamada película «indie» que, según dijo el director puertorriqueño a Efe, explora cómo las comunidades marginadas buscan una vía de escape a su durísima situación de miseria.

«Las tribulaciones que existen dentro de las comunidades marginadas tanto en Baltimore como en cualquier otra ciudad grande de Estados Unidos y en Puerto Rico… Todos sufrimos la misma opresión bajo la misma mano», opinó el realizador.

«Las vicisitudes y esos obstáculos tienden a ser bastante repetitivos en estas diferentes comunidades, y las manifestaciones o la manera en la cual el ser humano de estas comunidades busca su felicidad y busca este escape eso ya es un poco más cultural», apuntó.

Soto presentó este jueves en la plataforma HBO Max esta película que triunfó en el pasado Festival de Sundance, donde su elenco se llevó el galardón especial del jurado en cintas dramáticas estadounidenses y donde el puertorriqueño fue además nominado al gran premio del jurado.

«Es bastante surreal, ‘brother'», confesó sobre el éxito de Charm City Kings.

«Una de las cosas que yo sigo viendo en retrospectiva es que si yo le hablo al Ángel chamaquito de hace unos veinte años de que iba a estar en esta posición hoy en día no me lo iba a creer, es como bien overwhelming (abrumador). No sé si ustedes pueden poner un pitido aquí, pero se siente cabrón. Es la mejor manera en que lo puedo expresar: se siente cabrón», bromeó.

La Película Que Triunfó En El Pasado Festival De Sundance Foto Especial

HUIDA SOBRE DOS RUEDAS

«Cuando yo leo el guión, me doy cuenta rapidito de que el mundo en el que el personaje de Mouse (Jahi Di’Allo Winston) se encuentra no es para nada diferente al mundo en cual yo me crié en Puerto Rico, en Santurce, en Bairoa», dijo Soto.

Pero mientras en Puerto Rico la abstracción de la realidad podía llegar con el reguetón, el boxeo o el béisbol, en las calles de Baltimore, una ciudad con graves problemas de desigualdad y marginalidad, la huida se basa en las motos.

Charm City Kings se asoma a la famosa cultura dirt bike de una ciudad en la que jóvenes afroamericanos se citan sobre el asfalto para hacer mil y una acrobacias sobre dos ruedas.

Con un argumento escrito en parte por Barry Jenkins (Moonlight, 2016) y con Jada Pinkett Smith como productora ejecutiva, esta película cuenta la historia de Mouse, un adolescente que adora las motos pero que comienza a acercarse preocupantemente a los peligros de las drogas y el crimen.

Las tragedias familiares, el racismo y la criminalización de la pobreza se dan la mano en esta película en la que las calles de Baltimore, como ya sucedió en la impresionante serie The Wire (2002-2008), son mucho más que un simple decorado.

COMBATIR LA DESESPERANZA

Soto confía en que esta cinta sirva para reflexionar sobre cómo se puede dar oportunidades a unos jóvenes hundidos en la desesperanza y prácticamente ahogados por la miseria.

«Muchas veces en las comunidades marginadas el problema es que la presencia policíaca usualmente en estas áreas existe para mantener a la gente en esa área», indicó.

«Mientras tu los criminalices y margines, puedes tener a otro grupo de la sociedad participando en lujos y privilegios. Lo que sucede en este caso es que cualquier elemento en el que estas comunidades encuentran y se vuelven unos maestros tiende a ser perseguido», aseguró.

Concretamente, Soto consideró que las dirt bikes de Baltimore representan un claro ejemplo de resistencia y liberación.

Hay Muchas Opciones Para Mejorar La Vida De Estos Jóvenes Foto Especial

«Estos muchachos, cuando están en una motora, los están hostigando; pero cuando se bajan de la motora, los están persiguiendo. Como en Baltimore hay una ley que no permite que los policías persigan a las motoras, ese es el único momento en que estos muchachos se siente libres», explicó.

Y también defendió que lo que falta es voluntad política, ya que hay muchas opciones para mejorar la vida de estos jóvenes.

«Hay un montón de espacios vacíos, perdidos, abandonados en Baltimore. Tú, si coges un par de bloques, montas un strip (pista) para que vayan ellos ahí y tú ya creas empleos en construcción, en seguridad, y creas un espacio seguro para que estos muchachos se conviertan en el próximo Michael Jordan de la motora», afirmó.

«Pero hay que querer, hay que creer en esas comunidades. Y para eso tiene que haber un cambio sistemático, no solo en la ciudad, sino también en el estado y el gobierno. Hay que empezar a ver estas personas como lo que son: ciudadanos y humanos igual que el resto. No son ninguno de segunda mesa. Tampoco lo son los puertorriqueños, que los tratan como ‘second citizens’ (ciudadanos de segunda)», cerró.

en Sinembargo al Aire

Opinión

más leídas

más leídas