El científico mexicano Mario Molina, Premio Nobel de Química 1995 por sus estudios sobre la capa de ozono, falleció este miércoles a la edad de 77 años. En sus más recientes mensajes públicos destacó la importancia de que la ciudadanía, incluidos los presidentes López Obrador y Donald Trump, usaran cubrebocas para evitar contagios de la COVID-19.
Ciudad de México, 7 de octubre (SinEmbargo/EFE).- Mario Molina, Premio Nobel de Química 1995 por sus estudios sobre la capa de ozono, quien falleció este miércoles, hizo desde junio un llamado a mandatarios del mundo, particularmente a los presidentes Andrés Manuel y Donald Trump, a usar cubrebocas para hacer frente a la pandemia de COVID-19, también extendió la recomendación basada en evidencia científica a la ciudadanía mexicana.
El llamado vuelve a adquirir relevancia hoy, cuando el mundo suma 35 millones 998 mil 606casos de coronavirus y un millón 052 mil 736 muertes, según los últimos datos de la Universidad Johns Hopkins.
Mario Molina recomendó a las y los mexicanos el uso de cubrebocas durante la pandemia de la COVID-19, en especial al Presidente López Obrador, quien desde junio arrancó su segunda gira por diversos estados de la República.
“Tenemos observaciones estadísticas comprobables que correlacionan el cambio de la tendencia de la infección y de las muertes. Se asocian claramente con el día en que se usan los cubrebocas“, dijo en una videoconferencia con la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, el 15 de junio.
“Las partículas llamadas aerosoles son muy importantes para la transmisión del #COVID19 y eso no se había reconocido muy bien… las partículas PM2.5, más chicas que 2 y media micras, se meten directamente al sistema respiratorio o a los pulmones”, detalló el doctor Molina.
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— Gobierno CDMX (@GobCDMX) June 15, 2020
Este miércoles, el Presidente López Obrador lamentó el fallecimiento del científico y se dirigió a sus familiares y amigos. Lo mismo hizo Hugo López-Gatell, Subsecretario Prevención y Promoción de la Salud, quien recordó los llamados que Mario Molina hizo a usar cubrebocas.
Lamento el fallecimiento del doctor Mario Molina Pasquel y Henríquez, destacadísimo científico mexicano, defensor del medio ambiente y Premio Nobel de Química. Mi abrazo a familiares y amigos.
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) October 7, 2020
«Tuvimos el privilegio de que el doctor Mario Molina contribuyera con opiniones muy valiosas sobre la importancia de la dinámica de partículas en la transmisión de COVID-19, se pronunciara por la importancia del uso del cubrebocas y consideramos que es una pérdida muy lamentable de un ser humano y también de un científico muy prominente”, expuso en conferencia de prensa para el informe diario del avance de la COVID-19 en México .
El uso de los cubrebocas o tapabocas fue un debate de meses en México. Primero, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Subsecretario Hugo López-Gatell recomendaron no usarlas y dejarlas a los trabajadores de la salud.
Pero después se cambió la instrucción a nivel global: deben usarse. Sin embargo, el Presidente López Obrador pocas veces a aparecido en eventos públicos con la boca cubierta, aunque sus acompañantes o los presentes sí recurren a ese tipo de protección.
El 15 de junio, Molina dio detalles de su más reciente artículo sobre cómo las partículas que salen al hablar pueden transportar el virus que causa la COVID-19, el cual publicó junto con otros científicos de diversas partes del mundo en Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS).
“Las partículas llamadas aerosoles son muy importantes para la transmisión de la COVID19 y eso no se había reconocido muy bien. […] Las partículas PM2.5, más chicas que 2 y media micras, se meten directamente al sistema respiratorio o a los pulmones”, precisó.
Por ello, destacó la importancia de utilizar tapabocas todo el tiempo. “Eso es lo que queremos explicarle a la sociedad, para que cuando salgan a la calle, o cuando los niños vayan a las escuelas como en China y Asia, estén usándolos, porque así se evita la transmisión de la enfermedad”, sostuvo.
“Con la COVID sí se pudo comprobar que los aerosoles, las partículas pequeñitas que en calidad del aire llamamos PM 2.5, llevan al coronavirus y lo interesante es que no le habíamos hecho tanto caso. […] ¿Qué pasa? Fue un error de la Organización Mundial de la Salud que dijeran que la transmisión de esta enfermedad fuera por las gotas grandotas que sí se ven cuando uno tose y estornuda. Sí infectan, pero no reconocían y apenas lo están haciendo, que no sólo son esas gotas gigantescas, sino los aerosoles”, expuso Mario Molina.
Un mes después reiteró el llamado a usr el cubrebocas a López Obrador y se dirigió también a Donald Trump, Presidente de Estados Unidos. “Que lo usen para dar ejemplo», dijo el 14 de agosto.
“La ciencia nos dice lo que tenemos que hacer, pero desafortunadamente la política no. Es importantísimo que las gentes de alto nivel en el Gobierno usen cubrebocas para demostrárselo a la gente”, expresó en una charla virtual de El Colegio Nacional de México.
El investigador también fue enfático en recordar que la OMS se equivocó en sus recomendaciones sobre el uso de cubrebocas.
«La conclusión es que hay que usar cubrebocas, estaba mal la OMS pensando que el único objeto de los cubrebocas era para aquellas personas ya infectadas y ya con la enfermedad que tenían que protegerse para que cuando estornudaran no le pasaron la enfermedad a la demás gente, nosotros por contraste decimos que hay que ponerse el cubrebocas para no respirar las partículas que emite alguien cuando está estornudando», dijo en una entrevista con Álvaro Delgado y Alejandro Paéz el 15 de junio para el programa «Los Periodistas», de La Octava.
«Guardar la sana distancia es importante, pero no sificiente», dijo ese día.
«La evidencia científica es realmente aplastante cuando se toman estas medidas (el uso de cubrebocas)», agregó.
El científico mexicano Mario Molina, Premio Nobel de Química 1995 por sus estudios sobre la capa de ozono, falleció este miércoles a la edad de 77 años, informó la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La UNAM «informa del lamentable fallecimiento del doctor Mario Molina, distinguido universitario, Premio Nobel de Química 1995», señaló la máxima casa de estudios de México en un mensaje en las redes sociales.
Molina, nacido en 1943 en Ciudad de México, investigó los efectos de los CFC sobre la capa de Ozono, lo que derivó en la firma de un protocolo internacional en 1987 que prohibió su fabricación y le mereció el Premio Nobel de Química en 1995.
El Gobierno de México expresó en un mensaje del coordinador general de Comunicación Social de la Presidencia, Jesús Ramírez, su pésame por la muerte de Molina. «Que sus aportaciones a la ciencia trasciendan en el tiempo», señaló.
A las condolencias se sumaron funcionarios como el canciller, Marcelo Ebrard; el titular de la Secretaría de Educación, Esteban Moctezuma, y la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
Ebrard lamentó «profundamente» el fallecimiento de Molina, a quien calificó como «un científico comprometido y capaz». «Abrazo solidario a sus familiares y amigos», apostilló.
Moctezuma lamentó la muerte de este «distinguido científico mexicano. Queda su notable ejemplo para la niñez y la juventud».
En un mensaje en las redes sociales, Sheinbaum destacó que Molina «dedicó su vida para que el conocimiento científico ayudara a mejorar el medioambiente y los recursos naturales del planeta y de nuestra ciudad».
Molina recibió más de 30 doctorados ‘honoris causa’ y era miembro destacado de la Pontificia Academia de Ciencias del Vaticano, del Colegio Nacional de México, la Academia Mexicana de Ciencias y la Academia Mexicana de Ingeniería, entre otras.
En 2005 fundó un centro de investigación de políticas públicas que lleva su nombre en Ciudad de México, donde realizó estudios estratégicos sobre energía y medioambiente, con especial atención al cambio climático y la calidad del aire.
-Con información de EFE.