En entrevista con el medio Zeta, José Woldenberg Karakowsky consideró que “de repente parecería dar la impresión que el Presidente piensa que hay una sola verdad, una sola ideología legítima y una sola voz autorizada para hablar por este país tan diverso y tan complejo como es México”.
Por Enrique Mendoza Hernández
Tijuana, Baja California, 7 de octubre (Zeta).– La germinal democracia como tema rector y algunos subtemas como la libertad de expresión y la división de poderes, la transición o el sistema de partidos, la diversidad de ideologías en el país o la importancia de los contrapesos tanto en la vida política como en el ejercicio del Gobierno, es lo que propone José Woldenberg Karakowsky en En defensa de la democracia, su libro más reciente publicado por Ediciones Cal y Arena en 2019.
Desde la presidencia del Consejo General del entonces Instituto Federal Electoral que ocupó del 31 de octubre de 1996 al 31 de octubre de 2003, el doctor Woldenberg fue el árbitro que garantizó la transición presidencial en México durante la elección del año 2000.
En su bibliografía figuran títulos como Después de la transición. Gobernabilidad, espacio público y derechos, Historia mínima de la transición democrática, México: la democracia difícil y La democracia como problema (Un ensayo), entre otros, al que se suma En defensa de la democracia, donde esencialmente apela a la pluralidad de México en todos sus ámbitos.
“Creo que el Presidente Andrés Manuel López Obrador no ha entendido que México es una sociedad plural y que es natural que en ella existan diversas ideologías, diversos intereses, diversas formas de ver lo que está pasando en nuestro país; que es absolutamente natural que esa diversidad se exprese y se recree en los medios de difusión”, expresó a ZETA José Woldenberg, para luego desmenuzar algunos subtemas de En defensa de la democracia.
“LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN ES UNO DE LOS ATRIBUTOS CONSTITUTIVOS DEL RÉGIMEN DEMOCRÁTICO”
Para empezar la entrevista con ZETA, el doctor en Ciencia Política por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) argumentó en torno a la libertad de expresión en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador:
“Parecería que desde la visión del Presidente solamente hay de dos: o estar con él o estar contra él, creo que lo que no es capaz de ver es que en México existe una diversidad de puntos de vista que no pueden encuadrar simplemente en esa lógica de amigo o enemigo, y que en esa diversidad es donde reside la riqueza de la sociedad mexicana. Por ello es necesario ofrecerle causes para que se exprese. Cuando el Presidente de manera reiterada adjetiva y descalifica a quienes lo critican, no genera condiciones para un debate productivo en nuestro país”.
– ¿Qué es lo que más le preocupa en el tema de la libertad de expresión durante la administración de López Obrador?
“La libertad de expresión es uno de los atributos constitutivos del régimen democrático, y si algo distingue a la democracia de otro tipo de regímenes -como los regímenes autoritarios, dictatoriales, totalitarios o teocráticos-, es que considera como un haber a la pluralidad política que palpita en el seno de una sociedad. Por eso, lo que hace la democracia es ofrecerle cauce a esa diversidad para que pueda expresarse, recrearse, para que pueda convivir y competir de manera institucional y pacífica.
“Si uno ve lo que sucede con los regímenes autocráticos hasta los teocráticos, quienes gobiernan creen que existe una sola verdad, un solo interés legítimo, un solo actor que vale la pena preservar, incluso piensan que hay una sola voz autorizada; por ello, en esos regímenes a la disidencia se le persigue o se le acosa, y en los casos extremos del totalitarismo, se les aniquila.
“De repente parecería dar la impresión que el Presidente piensa que hay una sola verdad, una sola ideología legítima y una sola voz autorizada para hablar por este país tan diverso y tan complejo como es México”, advirtió Woldenberg Karakowsky.
“UN DISCURSO DE CLAROS TINTES AUTORITARIOS DEL PRESIDENTE”
En En defensa de la democracia, José Woldenberg señala que “la democracia puede fortalecerse, reblandecerse e incluso desaparecer para dar paso a fórmulas autoritarias”, por eso se le cuestionó:
– ¿Está en riesgo la democracia en México en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador?
“El libro está hecho precisamente como una especie de llamado de atención que parte de una premisa: la democracia es un régimen de Gobierno construido por los hombres, y como toda construcción humana, puede fortalecerse, reblandecerse y puede incluso desaparecer; no es un fenómeno siquiera solo mexicano, veamos lo que está pasando en Brasil con Jair Bolsonaro, lo que ha estado pasando en Filipinas con Rodrigo Duterte, lo que ha estado pasando en Hungría con Víctor Orban, la preocupación que hay en Estados Unidos por la conducta de Donald Trump. Lo que estamos viendo es que hay gobiernos que surgen legítimamente de las urnas, pero me parece que no entienden que la democracia quiere decir también que el poder está regulado, el poder debe estar fragmentado, el poder está vigilado e incluso los ciudadanos por la vía judicial pueden buscar un amparo frente a los actos del poder.
“A veces, en el discurso del Presidente y de muchos de sus seguidores parece que asumen que como ganaron la Presidencia lo ganaron todo, y no; no vivimos en un sultanato, vivimos en una República que, como dice la Constitución, es una República democrática, federal, representativa y laica; y eso quiere decir que quienes ejercen el poder están limitados por la Constitución y la Ley, que tienen que gobernar sabiendo que hay otros poderes constitucionales, otros órganos del Estado, organizaciones de la sociedad civil que tienen un papel que jugar”.
– En el foro “Desafíos a la Libertad en el Siglo XXI”, organizado por Fundación Internacional para la Libertad en mayo de 2019 en Guadalajara, Jalisco, Usted advirtió de “un discurso de claros tintes autoritarios del Presidente de la República”. A casi dos años de gobierno (22 meses), ¿se ha fortalecido esta hipótesis del discurso autoritario del Presidente? Es decir, ¿cada vez es más autoritario el Presidente Andrés Manuel? ¿Por qué?
“Yo creo que, por desgracia, sí. Déjeme tratar de ilustrar esto: la relación del Presidente con los otros poderes constitucionales no es una relación de respeto como debe ser. Por ejemplo, ante el caso de la famosa consulta para ver si se procesa o no a los expresidentes ya hay un proyecto de resolución de uno de los ministros (Luis María Aguilar) que declara inconstitucional esa pretensión, lo cual es absolutamente lógico, no hay ningún jurista medianamente destacado que haya compartido esa fórmula, porque si la fiscalía tiene elementos para juzgar a los expresidentes lo tiene que hacer, y si no lo hace es cómplice; y si no tiene elementos, lo que no puede hacer es montar un show.
“Pero bueno, ¿cuál fue la reacción del Presidente de la República que hay un proyecto en ese sentido (del Ministro Luis María Aguilar)? Pues salió no a considerar los argumentos de este ministro, sino a la descalificación, pero no solamente cuando el poder de la Suprema Corte o voces en la Cámara están en disonancia con él. Su reacción es desacreditarlos, lo mismo sucede con organizaciones de la sociedad civil, cuando un periodista hace una crítica, cuando un medio de comunicación no se alinea con sus designios, eso debería ser preocupante.
“Al final México es una sociedad donde palpita una diversidad política que no puede ser exorcizada, la diversidad política es parte de la riqueza de México, y por eso lo que deberíamos intentar todos es ofrecerle cauces para su expresión a esa diversidad política. Me parece sumamente conservador y autoritario imaginar siquiera, creer que México tal como lo conocemos puede expresarse a través de una sola voz”, expresó José Woldenberg.
“DE LAS URNAS VA A EMERGER UNA DIVERSIDAD POLÍTICA”
En la entrevista con este Semanario, el exconsejero presidente del Instituto Federal Electoral también se refirió a las elecciones de 2021, las más grandes de la historia del país, aunque no se elige Presidente. Para empezar, se le citó una sus advertencias contenidas en su libro En defensa de la democracia, tras las reformas electorales sucedidas entre 1977 y 1997: “Pasamos de un sistema de partido casi único, como lo llamó algún expresidente, a un sistema auténtico de partidos”, para inmediatamente inquirirle:
– Después del triunfo de AMLO en 2018 y la mayoría absoluta de Morena en el Congreso, ¿cuál es su diagnóstico del sistema de partidos actual y el principal reto al respecto?
“Uno de los focos preocupantes fue cómo una minoría de votos se convirtió en una mayoría de escaños en las elecciones de 2018, porque de cierto el Presidente de la República obtuvo el 53 por ciento de la votación; es decir, la mayoría de los mexicanos votaron por él, se nos olvida que el 47 por ciento votó por otras opciones. Pero en el caso de la Cámara de Diputados, Morena obtuvo 37.5 por ciento de los votos, esto no se nos debe de olvidar; y la coalición que apoyó al Presidente obtuvo menos del 44 por ciento de los votos.
“Yo me pregunto, ¿cómo fue posible que con el 37.5 por ciento de los votos Morena, el primer día que se instaló en la Cámara de Diputados, ya obtuviera más del 50 por ciento de los mismos? Porque recurrió a una triquiñuela: registró, como si fueran candidatos del PT y del PES, candidatos propios, y con ello se violó una disposición constitucional que expresamente dice que entre votos y escaños no puede haber una diferencia mayor del 8 por ciento.
“En todas las elecciones, desde 1997 hasta 2015, en siete procesos electorales, ningún partido político obtuvo más del 42 por ciento de los votos, y por eso durante todo ese periodo ningún partido político pudo tener mayoría absoluta en la Cámara de Diputados; es decir, en esas siete elecciones se respetó el dictado constitucional que dice que entre votos y escaños no puede haber una diferencia mayor de 8 por ciento. Y ahora sucedió que un partido (Morena) con el 37.5 por ciento de los votos, el primer día que instala la Cámara ya tiene el 52 por ciento de los diputados, violando con ello lo que la Constitución establece. Entonces, lo que quiero señalar es que incluso en ese momento de éxito, un éxito muy grande de Morena en las elecciones, la mayoría de los mexicanos votamos por otras opciones; entonces, vamos a ver ahora qué sucede en 2021”.
– A propósito de las elecciones de 2021, ¿está en riesgo la división de poderes en México? O en todo caso, ¿qué está pasando con los contrapesos en el sexenio de López Obrador? (Partidos políticos, organismos autónomos, organizaciones no gubernamentales, líderes sociales y políticos)
“Ahí están, aunque muchos de ellos debilitados y por ello creo que las elecciones del año que entra son tan importantes. Si algo vamos a ver en las elecciones de 2021, de eso estoy seguro, es que de nuevo de las urnas va a emerger una diversidad política; es decir, unos partidos van a ganar en unos lados, otros partidos van a ganar en otros, quienes ayer ganaron pueden perder ahora, quienes ayer perdieron ahora pueden ganar. El mapa de la representación política va a volver a ser plural, por supuesto, algunas fuerzas avanzarán y otras retrocederán, pero lo que no me cabe imaginar es un país de las dimensiones del nuestro con un padrón de más de 90 millones de personas votando en un mismo sentido, todas, eso no va a suceder.
“Creo que volveremos a refrendar que México requiere, para su reproducción armónica, un régimen democrático, en ningún otro puede contener y darle un cauce productivo a esa diversidad. Ahora, los resultados electorales de 2018 debilitaron a las oposiciones, fortalecieron al actual gobierno, pero eso puede ser también una condición temporal, como lo hemos visto en el pasado. Vamos a ver qué sucede en las próximas elecciones”.
– Finalmente, ¿cuál es su expectativa del Gobierno de AMLO para lo que resta del sexenio?
“Esperaría que lo construido en materia democrática en las últimas décadas pudiera resistir, para que permitiera que la diversidad que existe en México pueda seguir conviviendo de manera pacífica y ordenada; y me gustaría pensar, pero no van por ahí las políticas gubernamentales, que México fuera capaz de erradicar la corrupción, de activar la economía, de ofrecer un horizonte laboral venturoso para los miles de jóvenes que se incorporan al mercado de trabajo. Que fuéramos capaces de hacer menores las desigualdades sociales del país, de abatir la pobreza de manera sustantiva, pero no veo que vayamos en esa dirección, por desgracia”.