El equipo médico que atiende al Presidente Donald Trump en un hospital militar aseguró este sábado que el mandatario evoluciona «muy bien», mientras que su jefe de Gabinete manifestó que el viernes hubo gran preocupación sobre su estado y las próximas 48 horas serán «críticas» para conocer el impacto de la COVID-19 en su salud, lo que ha confundido a la ciudadanía.
Ciudad de México, 3 de octubre (SinEmbargo/EFE).– Confusión y preocupación. Eso dice The New York Times. Los signos vitales del Presidente Trump fueron “muy preocupantes” durante el último día que estuvo en la Casa Blanca, agrega, y no está fuera de peligro. Se lo dijo al diario el jefe de Gabinete, contradiciendo una imagen más optimista pintada por los médicos del Presidente en la televisión minutos antes.
Si bien los médicos sostuvieron que Trump estaba “muy bien” y de “un humor excepcionalmente bueno” después de su primera noche en el hospital con el coronavirus, Mark Meadows, el jefe de personal, brindó una evaluación más sobria y advirtió que la próxima dos días serían fundamentales para determinar el resultado de la enfermedad.
Así se lo dijo al Times: “Los signos vitales del Presidente durante las últimas 24 horas fueron muy preocupantes y las próximas 48 horas serán críticas en términos de su atención”.
Frente a periodistas, Meadows, quien está en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed –a donde el Presidente fue trasladado en avión el viernes por la noche y permanecer durante al menos unos días– alertó: “Todavía no estamos en un camino claro hacia una recuperación completa”.
“Los comentarios de Meadows se atribuyeron a una persona familiarizada con la salud del Presidente en un informe conjunto enviado a los periodistas de la Casa Blanca de acuerdo con las reglas básicas que estableció para la entrevista”, dice The New York Times. “Pero un video publicado en línea capturó a Meadows acercándose a los reporteros de la piscina afuera de Walter Reed luego de la sesión informativa televisada de los médicos y pidiendo hablar extraoficialmente, dejando en claro quién era la fuente no identificada”.
Meadows dijo que el mandatario no está aún «en un camino claro hacia la recuperación», unas cautelas que también mostraron miembros del equipo médico del hospital Walter Reed hoy en su rueda de prensa.
«Hemos comenzado las terapias avanzadas más temprano de lo que sucede en un paciente normal, pero por el momento es difícil decir en qué punto se encuentra (el presidente). Evaluamos la situación a diario: ¿Necesita estar aquí, qué necesita y hacia dónde va?», señaló Sean ConleyConley, doctor personal del Presidente, quien recordó que Trump tiene factores de riesgo, como su edad (74 años) y un ligero sobrepeso.
Los médicos detallaron que vigilan muy de cerca las constantes cardíacas y de los riñones de Trump y que por el momento ambos órganos funcionan con normalidad.
Los mensajes contradictorios solo exacerbaron la confusión y las incertidumbres que rodean la situación del Presidente, agrega el Times.
“Durante su sesión informativa, los médicos se negaron a proporcionar detalles importantes y dieron plazos que entraban en conflicto con versiones anteriores de la Casa Blanca y dejaron la impresión de que el Presidente se había enfermado y había comenzado el tratamiento antes de lo que se informó oficialmente”, informó.
Trump está recibiendo un tratamiento de cinco días con el antiviral Redemsivir de Gilead Sciences y el viernes le fue suministrado el cóctel de anticuerpos de la farmacéutica Regeneron.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 2, 2020
CONFUSIÓN SOBRE LOS DETALLES
Conley dijo que Trump sólo presentaba tos y fatiga esta mañana del sábado, no necesitaba oxígeno suplementario y seguía trabajando con su jefe de Gabinete.
No obstante, ante las preguntas de si Trump tuvo que recibir oxígeno ayer, Conley se limitó a decir que no lo ha necesitado hoy ni desde que llegó al hospital.
Según el diario The New York Times, el viernes Trump comenzó a experimentar dificultades respiratorias y sus niveles de oxigenación en sangre cayeron, por lo que se le suministró oxígeno y se decidió que lo más apropiado era trasladarlo al hospital Walter Reed, donde el mandatario recibe un cuidado más extenso y dispone de una zona de trabajo.
La primera dama, Melania Trump, permanece en la Casa Blanca y no muestra complicaciones, después de confirmarse que, al igual que su marido había sido contagiada con el coronavirus SARS-CoV-2, que ha matado a más de 208 mil personas en Estados Unidos.
También existen dudas sobre si Trump mantuvo su agenda de compromisos el jueves pese a haber sido diagnosticado con el patógeno causante de la COVID-19. En la rueda de prensa de hoy, Conley señaló que han pasado 72 horas desde el diagnóstico, lo que significaría que Trump mantuvo un encuentro con un centenar de donantes en Bedminster (Nueva Jersey) a sabiendas que estaba contagiado.
La Casa Blanca corrigió posteriormente las referencias temporales dadas por Conley y aseguró que se refería al «tercer día» y no a 72 horas.
Conley recordó que tras confirmarse el jueves por la tarde que la cercana asesora de Trump Hope Hicks estaba infectada con el nuevo coronavirus decidieron repetir pruebas para detectar el SARS-CoV-2. El doctor comenzó a detectar entonces «indicaciones clínicas» de COVID-19 y por la noche recibieron confirmación de un test PCR de que el mandatario había sido contagiado.
UN BROTE EN LA CÚPULA DEL PODER
El contagio de Trump, la primera dama y su asesora no es el único que ha afectado a la élite del poder en Estados Unidos y al menos tres senadores han dado positivo por la COVID-19.
Esto ha obligado al líder de la mayoría republicana de la Cámara Alta, el republicano Mitch McConnell, ha retrasar el regreso a las sesiones de trabajo dos semanas hasta el 19 de octubre, lo que pone en serio riesgo la posibilidad de confirmar de manera urgente a la nominada de Trump a jueza del Tribunal Supremo antes de las elecciones del 3 de noviembre.
Precisamente, en la presentación de Amy Coney Barrett, la candidata de Trump, el sábado pasado se reunieron 150 invitados en la rosaleda de la Casa Blanca sin distancia social y estrechando manos y dándose besos.
Al menos, siete personas y tres periodistas que asistieron a ese evento han dado positivo por la COVID-19, entre ellos los senadores republicanos Mike Lee y Thom Tillis, la exasesora presidencial Kellyanne Conway y el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie.
Se da la circunstancia añadida de que tanto Christie y el jefe de campaña de Trump, Bill Stepien, quien también ha sido contagiado de coronavirus, ayudaron a Trump a preparar el debate presidencial del pasado martes contra el rival demócrata Joe Biden, que ha dado negativo.
–Con información de EFE.