Un equipo de investigadores de Pekín revela que la leche materna consiguió «bloquear la adhesión viral, la entrada e incluso la replicación viral».
Ciudad de México, 30 de septiembre (AS México).- La leche materna puede prevenir o tratar la COVID-19, según un nuevo estudio realizado por científicos chinos. Un equipo de investigación de una universidad de Pekín comprobó el efecto de la leche materna humana en las células expuestas al virus SARS-CoV-2. La leche, que había sido recogida en 2017, mucho antes del inicio de la pandemia, se probó con diversos tipos de células, desde células renales animales hasta células pulmonares e intestinales humanas jóvenes.
Esta leche materna logró “bloquear la adhesión viral, la entrada e incluso la replicación viral posterior a la entrada”, según se lee en el estudio del equipo dirigido por el profesor Tong Yigang de la Universidad de Tecnología Química de Pekín, que ha sido publicado en dos artículos de Biorxiv.
The effect of whey protein on viral infection and replication of SARS-CoV-2 and pangolin coronavirus in vitro https://t.co/WSxqxxVoes #bioRxiv
— bioRxiv (@biorxivpreprint) August 19, 2020
LA LECHE MATERNA PUEDE INHIBIR LA INFECCIÓN
Durante la investigación, los científicos mezclaron algunas células sanas en la leche materna humana, luego lavaron la leche y expusieron las células al virus. Al hacerlo, comprobaron que casi no había unión viral o entrada a estas células e, incluso, se detuvo la replicación viral en células ya infectadas. Su conclusión fue que la infección podría ser inhibida por la leche materna, al igual que tiene efectos supresores sobre bacterias y virus como el VIH.
El equipo sospechaba que el coronavirus era sensible a algunas proteínas antivirales conocidas en la leche, como la lactoferrina, pero descubrió que ninguna de las proteínas funcionó como se esperaba. En cambio, se dio cuenta que el ingrediente más parecido para inhibir el virus era el suero, que contiene varias proteínas diferentes. Este suero de leche de vaca y cabra fue capaz de suprimir las cepas virales vivas en aproximadamente un 70 por ciento, según este estudio, en comparación a la eficacia del suero humano, que alcanzó casi el 100 por ciento.
EL ESTUDIO RESPALDA A LA OMS
Este hallazgo contradice la forma de actuar en un principio en Wuhan, ciudad china donde se detectó el virus por primera vez. Según informes de los medios de ese país en febrero, a los recién nacidos cuyas madres dieron positivo se les separó de ellas y fueron alimentados con leche de fórmula. También el Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos aseguró en su momento que los bebés amamantados por madres positivas en COVID-19, o sospechosas de padecerlo, también deberían ser considerados portadores “sospechosos”.
Sin embargo, el estudio respalda la postura de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que las madres deben amamantar a sus bebés aunque estén infectadas. Para estudiar esta idea, la organización siguió hasta junio a 46 mujeres de varios países que amamantaban a sus hijos estando contagiadas. En esa investigación, se detectaron genes virales en la leche de tres madres, pero no hubo evidencia de infección. Sólo un bebé dio positivo y no se pudo descartar la transmisión por otros medios.