Blanka Alfaro
30/09/2020 - 12:02 am
Reflexiones rápidas sobre las películas de terror
Ya estamos en esa época del año donde empezamos a ver, al menos acá en el norte, calabazas por todos lados, esqueletos, fantasmas, brujas montadas en sus escobas, vaya, toda la parafernalia detrás de las fiestas de Halloween, así es, acá en el norte, para bien o para mal, estamos muy “norteamericanizados” al tener a […]
Ya estamos en esa época del año donde empezamos a ver, al menos acá en el norte, calabazas por todos lados, esqueletos, fantasmas, brujas montadas en sus escobas, vaya, toda la parafernalia detrás de las fiestas de Halloween, así es, acá en el norte, para bien o para mal, estamos muy “norteamericanizados” al tener a EU a un lado, es el Halloween entonces algo común en estas fechas y con esta festividad viene como añadidura un sin fin de especiales de películas de terror, antes de la pandemia hasta la Cineteca programaba toda una semana del terror, así que es muy difícil escapar de la fiebre del terror en el mes de octubre.
Ya entrados en esta fiebre, y con la necesidad de descansar después de un día agotador de trabajo, fue irresistible para mí sentarme con mi gran bote de palomitas de maíz a disfrutar de algunos clásicos de este género y otras películas mucho más nuevas y, como siempre, en vez de solo disfrutar empecé a divagar en pensamientos que me llevaron a algunas reflexiones que ahora les comparto.
Me puse a pensar, uno de los subgéneros del terror (por favor, denme la licencia de equivocarme en los nombres, no soy una experta cinéfila) más famosos o que la audiencia busca más es el llamado slasher, que es el tipo de películas donde un asesino mata a un grupo de personas con un objeto afilado como un cuchillo, machete, sierra eléctrica o similares y el término viene de la marca en diagonal que deja este tipo de ataques (/), este género se destaca por el miedo y estrés de los protagonistas que, al tratar de escapar de un asesino que está cazándolos durante todo el film, atrapa al público al verse reflejados en el individuo que hace todo lo posible para salvar su vida. Nunca lo logra. De todo esto me surgen estas preguntas: ¿Nos gusta ver el sufrimiento ajeno? O, ¿somos unos masoquistas que disfrutan tener el miedo y el estrés que nos genera ver este tipo de películas? O simplemente nos da miedo ser perseguidos por un asesino y desde la seguridad de nuestra butaca nos animamos a vivirlo, creo que esto último es lo que pasa con la mayoría de nosotros.
Sé que los detractores me dirán que cómo me atrevo a hacer semejante comparación, pero no puedo no cuestionar lo siguiente: ¿Si nos da tanto miedo ser asesinados y cortados en pedazos por un extraño que invade nuestro espacio vital, que hasta lo hemos convertido en un género completo de cine, cómo es que no empatizamos con la manera que nosotros los sapiens tratamos a los animales? No es un secreto y ya todos lo sabemos, y el que no lo sepa realmente vive en una burbuja de ignorancia, que los animales que son usados para nuestro beneficio por la manera en que mueren podrían fácilmente ser protagonistas de la peor cinta de terror que pudiéramos imaginar, torturados, esclavizados, cortados vivos, hervidos vivos, son las escenas que día a día viven todos estos animales que terminan sus días en estos mataderos que bien podríamos comparar con los peores escenarios que nos muestran estas películas, el miedo que nos da este tipo de escenas debería hacernos reflexionar, creo.
Nos asusta tanto ser las víctimas de una película de terror porque lo asociamos con miedo, dolor y angustia que realmente no entiendo cómo a la mayoría de las personas les es tan difícil darse cuenta que los animales viven todos los días siendo los protagonistas de una película igual, donde nosotros somos el asesino que busca descuartizarlos por placer y ellos son las víctimas que morirán tratando de escapar de nosotros.
¿Y si mejor no somos los asesinos? Yo no quiero seguir siendo un Jason Voorhees o un Freddy Krueger para los animales.
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