Muchas otras galardonadas durante la noche hicieron mención a la espiral de violencia machista existente en México, donde cada día son asesinadas diez mujeres.
Por Inés Amarelo
México, 28 sep (EFE).- La ceremonia virtual de los premios Ariel del cine mexicano reivindicó este domingo la igualdad y la erradicación de la violencia contra las mujeres en el país, además de insistir en la necesidad de proteger y fomentar esta industria que corre peligro debido a la crisis provocada por el coronavirus.
La 62 edición de los premios Ariel de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) de México estuvo repleta de pañoletas rojas y menciones a los derechos de las mujeres a pesar de que tuvo un ritmo frenético y -por momentos- de tensión por la novedad de llevarla a cabo de manera virtual.
«No pueden seguir sucediendo los feminicidios», dijo la presentadora de la gala, la actriz Verónica Toussaint, a la vez que portó un brazalete rojo del movimiento #YaEsHora, que tuvo protagonismo en la ceremonia presencial del año pasado y que suscriben mujeres de múltiples ámbitos de la industria del cine para reivindicar la igualdad en su sector.
Muchas otras galardonadas durante la noche hicieron mención a la espiral de violencia machista existente en México, donde cada día son asesinadas diez mujeres.
Entre las premiadas que tuvieron palabras contra la misoginia estuvo la compositora Lucía Álvarez, quien se hizo con uno de los dos Ariel de oro gracias a su trayectoria, en la que hizo la música de películas como El callejón de los milagros (1995).
«No queremos intimidaciones, desprecios, vejaciones y acosos. Sabemos lo que queremos: respeto, valoración, reconocimiento, aceptación, confianza, paz e imparcialidad. (…) Dedico este Ariel a todas las mujeres de México que luchan por obtener su merecido lugar en todas las profesiones», expresó Álvarez.
Además, a lo largo de la gala también se hizo hincapié en la necesidad de salvaguardar el cine a pesar de los cambios que pueda traer la pandemia de coronavirus y los tiempos posteriores.
Muchos recordaron que el séptimo arte es de primera necesidad por lo que es imprescindible contar con el apoyo del Gobierno, especialmente en el presupuesto que se le dedica al cine, que peligró debido a la crisis derivada de la COVID-19.
UNIÓN ANTE LAS DIFICULTADES
Sin embargo, y a pesar de la preocupación por el futuro de la industria del cine y las críticas a la misoginia generalizada que todavía persiste en el país, se pudo percibir un ambiente de unión y agradecimiento por poder celebrar los premios aunque fuese de manera virtual.
«Me gustaría pedir que fuéramos más empáticos con el dolor de las personas, que nos escuchemos con respeto porque solo así vamos a salir fortalecidos», expresó la ganadora del premio Ariel en la categoría de mejor actriz, Ewarda Gurrola («Luciérnagas»).
En ese sentido, la AMACC quiso hacer un guiño al personal sanitario que lucha en México cada día para reducir el número de contagios de COVID-19 y proyectaron un vídeo con imágenes de hospitales y sus trabajadores a modo de agradecimiento.
La película ganadora indiscutible de la noche fue Ya no estoy aquí, de Fernando Frías, que logró 10 de las 13 estatuillas a las que estaba nominada.
Le seguían con 12 nominaciones Esto no es Berlín y Polvo, con 11, pero, ni la segunda ni la tercera lograron ningún galardón. Asfixia, Mano de obra, Belzebuth y Sonora empataron con dos premios cada una.
Los presentadores de la noche fueron la actriz mexicana Verónica Toussaint y el productor y director Roberto Fiesco, que se enfrentaron a una edición muy diferente a las 61 anteriores y supieron sacar la gala adelante a pesar de las dificultades técnicas.