El subsecretario aseguró este domingo que aún no existen acuerdos con ninguna farmacéutica para que la vacuna rusa Sputnik V sea sometida a pruebas en México.
Ciudad de México, 15 de septiembre (SinEmbargo).- Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, aseguró que el Gobierno de México no está obstaculizando la llegada de la vacuna rusa Sputnik V al país.
«Una mentira, un absurdo, que yo obstaculice la vacuna rusa. Esto es parte de la infodemia. No tengo prejuicio en contra de vacuna alguna», dijo el epidemiólogo durante la conferencia de prensa sobre el desarrollo de la pandemia en México.
A este respecto, López-Gatell señaló que el Gobierno de México sigue esforzándose para tener un fármaco eficaz contra la COVID-19, pero antes de aprobarlo y comenzar los ensayos clínicos, es necesario que la vacuna sea de calidad, segura y eficiente.
El subsecretario explicó que tanto la Sputnik V, así como otras candidatas a vacuna, no cuentan con la solicitud de registro sanitario ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), por lo que aún no existe un fármaco candidato para comenzar pruebas en el país.
«En este momento la vacuna rusa no ha sido sometida a consideración de Cofepris, no hay expediente de solicitud de registro sanitario en Cofepris. Cuando el registro se dé, será solamente si se cumplen estas condiciones: calidad, seguridad y eficacia en los medicamentos», puntualizó López-Gatell.
El subsecretario aseguró este domingo que aún no existen acuerdos con ninguna farmacéutica para que la vacuna rusa Sputnik V sea sometida a pruebas en México.
Explicó que tampoco está contemplada la compra de las 32 millones de dosis de la vacuna rusa, pues la Cofepris no lo ha autorizado.
El epidemiólogo mexicano recordó que antes de comenzar los ensayos clínicos con personas, las vacunas tienen que pasar por dos fases de investigación en México: la preclínica y la clínica.
La primera fase no involucra seres humanos, pues en su lugar, usan animales con fines de investigación, mientras que en la segunda fase se realiza una investigación con sujetos voluntarios y está dividida en tres etapas.
En un primer momento se estudian pocas decenas de personas con propósito de investigar la seguridad de la vacuna. Después se hace lo mismo pero con un centenar de voluntarios, y el objetivo es investigar los mecanismos de eficacia. En la última etapa se estudian miles o decenas de miles de personas, evaluando la seguridad y la eficacia del fármaco en un uso cercano a la realidad.
A este respecto, López-Gatell detalló que en caso de que la Cofepris apruebe ensayos clínicos de cualquier vacuna contra la COVID-19, las pruebas serán voluntarias y no dependerá del Gobierno, debido a que cada laboratorio abrirá convocatorias individuales a las que acudirán personas que decidan participar, bajo sometimiento consensuado.