La cineasta, nieta de Francis Ford Coppola y sobrina de Sofia Coppola, vuelve con esta película a la sección Horizontes de Venecia, la segunda en importancia y dedicada a las nuevas corrientes expresivas.
Venecia, 5 septiembre (EFE).- La cineasta estadounidense Gia Coppola arremete contra las redes sociales y la influencia y el narcisismo que provocan en las personas en su nueva película Mainstream, con la que compite en la sección «Horizontes» de la Mostra de Venecia.
La cinta, llena de alusiones visuales a las redes sociales, cuenta la historia de Frankie (Maya Hawke), una veinteañera sin ambiciones que un día graba a un estrambótico joven por la calle (Andrew Garfield) y decide colgar el video en Youtube.
La grabación inmediatamente se hace viral, lo que llevará a ambos a emprender el ascenso en el mundo de las redes: primero como un entretenimiento, pero más pronto que tarde como una forma de vida, lo que les hará obsesionarse y cambiar su actitud en el mundo.
Un frenético viaje a los infiernos de la popularidad y de los «emoji» en el que además deberán afrontar la hipocresía del «sector» y los riesgos de la exposición pública, pagándolo caro.
La cineasta, nieta de Francis Ford Coppola y sobrina de Sofia Coppola, vuelve con esta película a la sección Horizontes de Venecia, la segunda en importancia y dedicada a las nuevas corrientes expresivas.
Una categoría en la que ya participó en 2013 con Palo Alto.
La cinta tiene un objetivo claro: hablar «del nefasto efecto que ejercen sobre la psiqué humana» las redes sociales, según señala en las notas de dirección Coppola, de 33 años.
«Me fascina cómo esta nueva forma de conexión genera narcisismo e inseguridad de un modo único y profundo. Ya sea un famoso o un amigo, la mayoría de los usuarios de las redes muestra falsamente su vida», sostiene.
Estas «mentiras inocentes» constituyen para ella un auténtico peligro social, porque crean «una especie de insatisfacción de masa».
Por eso rodó Mainstream, para «inspirar a las personas para que quieran ser únicas en vez de adherirse al incesante adoctrinamiento» de las modas de internet.