Rodado tras el confinamiento, a mediados de julio, este trabajo, de treinta minutos de duración, cuenta con Tilda Swinton como única protagonista que luce majestuosa.
Madrid, 3 de septiembre (EFE).– A lo largo de su carrera, Pedro Almodóvar ha vivido un gran romance con la moda que empezó siendo un niño mientras veía a su madre coser. Su último amor: un Balenciaga sobre la piel de Tilda Swinton, en el cortometraje La voz humana que se estrenó este jueves en el Festival de Venecia.
Una vez más, la moda vuelve a habitar en Pedro Almodóvar, una herramienta emocional que a lo largo de su carrera le ha servido para redondear la personalidad de sus personajes y potenciar la estética de sus películas.
En esta ocasión, Almodóvar ha utilizado una creación de la firma del diseñador español de alta costura para vestir a la británica Tilda Swinton, quien interpreta a una mujer desesperada que aguarda la llamada telefónica de su amante que le acaba de abandonar.
Para su primera cinta en inglés, basada en la obra homónima del poeta y dramaturgo francés Jean Cocteau, Almodóvar ha empleado un impresionante Balenciaga rojo que pertenece a la colección primeravera-verano 2020, una imagen que contrasta con la austeridad del acero de una nave industrial.
Rodado tras el confinamiento, a mediados de julio, este trabajo, de treinta minutos de duración, cuenta con Tilda Swinton como única protagonista que luce majestuosa.
A lo largo de toda su filmografía, el cineasta manchego ha utilizado la moda en la gran pantalla como un medio de expresión más, con la idea de crear mujeres potentes, con poder, como en esta ocasión Tilda Swinton, quien recibirá en Venecia el León de Oro por su trayectoria.
«La moda es un elemento emocional en las películas de Almodóvar», explicó en una entrevista a Efe Alejandro Gómez Palomo, director creativo de Palomo Spain.
Es la primera vez que la casa fundada por el español Cristóbal Balenciaga (Guetaria, Guipúzcoa, 1895- Jávea, Alicante, 1972) aparece en una filmografia del cineasta español que hasta la fecha se había decantado por Jean Paul Gaultier, Chanel o Armani.
En sus inicios, la moda de Almodóvar llevaba tintes «underground», lúdicos, rebeldes y contestatarios, durante los años de la «movida madrileña»; es la época de la camisa del diseñador Antonio Alvarado que lució Antonio Banderas en «La ley del deseo» (1986).
En el filme Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988) se atesora el mejor archivo de moda española de los 80, unas creaciones que hablan de democratización, de maximalismo, de intensidad y también de libertad.
Tras su paso por Hollywood y el éxito de Mujeres al borde de un ataque de nervios sin la fortuna de un Óscar, el cineasta incluye en sus películas diseñadores internacionales como el Armani rojo de Marisa Paredes en Tacones lejanos (1991).
Si Jean Paul Gaultier supo captar la esencia y la iconografía del cineasta y creó diseños únicos para Kika (1995), Amaya Arzuaga firmó parte de las prendas de Carne trémula (1997).
Para Volver (2006) dio un paso más y mezcló prendas de mercadillo con diseño de Marc Jacobs para vestir a una Penélope Cruz espléndida.
En La piel que habito (2011) Gaultier y Dolce&Gabanna crearon los diseños; en Los amantes pasajeros (2013) fue David Delfín y en su proyecto más personal, Dolor y Gloria (2019) se descubrió el propio armario de Pedro con chaquetas de cuero en tonos fuertes y camisas estampadas.