Braskem-Idesa negó que exista corrupción en el contrato con Petróleos Mexicanos en el proyecto Etileno XXI y que le ha permitido comprarle a la petrolera mexicana etano a bajo costo. El consorcio aclaró que fue el propio Pemex el que propuso los términos y la CRE avaló los precios. La empresa se dijo dispuesta al diálogo con el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ciudad de México, 17 de agosto (SinEmbargo).– Los términos del contrato de suministro de etano entre Braskem-Idesa y Petróleos Mexicanos (Pemex) fueron propuestos y aprobados por el Consejo de Administración de Pemex Gas y el precio del hidrocarburo fue establecido por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), por lo que no hay ninguna actividad ilegal, aseguró la empresa responsable del proyecto Etileno XXI.
«El contrato fue aprobado por el Consejo de Administración de Pemex Gas, responsable en ese momento, y fue este Consejo que aprobó todos los términos del contrato, cuyas principales cláusulas fueron propuestas por Pemex con anterioridad para todos los más de treinta participantes internacionales y nacionales del proceso selectivo, no sólo para Braskem-Idesa», destacó la firma luego de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador sugirió cancelar dicho contrato por considerarlo «leonino».
“Ese contrato se tiene que cancelar, es mi opinión, por ser un contrato ‘leonino’, se tiene que revisar”, indicó el Presidente este lunes en su conferencia matutina.
Braskem-Idesa negó que exista alguna ventaja para la empresa y explicó que el contrato de suministro de etano lo rige un modelo “take or pay”/”deliver or pay”, típico en suministros de largo plazo asociados a inversiones de infraestructura, como pueden ser ductos, plantas petroquímicas o plantas termoeléctricas.
«Braskem-Idesa se obligó a comprar cierta cantidad de gas etano a Pemex y Pemex se comprometió a hacer el suministro de éste», señaló. «Si cualquiera de las partes dejare de cumplir con su parte del acuerdo en la proporción acordada, debería pagar sumas o penalidades a la otra».
Es decir, para Braskem-Idesa el esquema del contrato es “take or pay” (recibe o paga) y para Pemex es “deliver or pay” (entrega o paga).
El esquema de presunta corrupción en Etileno XXI para dañar a Pemex comenzó en el sexenio de Felipe Calderón el 6 de noviembre de 2009, cuando Braskem (filial de Odebrecht) y la mexicana Idesa (de la familia de Gerónimo Gutiérrez Fernández –entonces subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación–) ganaron la subasta promovida por Pemex Gas y Petroquímica Básica (PGPB), actualmente Pemex Transformación Industrial (PTRI), para el suministro de 66 mil barriles diarios de etano que serían utilizados como materia prima en el complejo petroquímico que se construiría en la zona de Coatzacoalcos, Veracruz.
El 19 de febrero de 2010, Pemex le adjudicó al consorcio un “Contrato de Suministro de Etano” por un periodo de 20 años. Braskem-Idesa invirtió 5 mil 200 millones de dólares para diseñar, financiar, construir, poseer y operar una planta de etileno y dos o tres plantas de polietileno con la infraestructura de servicios y de accesos.
Se pactó el inicio de operación a más tardar al 30 de junio de 2015, así como un año de pruebas previo a su operación (30 de junio de 2014). Pero, observó la Auditoría Superior de la Federación (ASF), no generó valor económico ni rentabilidad para Pemex en 2016 pues empezó a operar hasta marzo.
Ya en el Gobierno de Enrique Peña Nieto y bajo la dirección de Emilio Lozoya Austin, para suministrar el etano al complejo Etileno XXI de Braskem-Idesa, Pemex formalizó el 13 de diciembre de 2012 un contrato por adjudicación directa de “Servicios de Transporte de Etano” por ducto, el cual consideró la construcción de un etanoducto de 226 kilómetros, para la conexión entre los centros procesadores de gas de Ciudad Pemex, Nuevo Pemex, Cactus y el Complejo Etileno XXI, así como del Complejo Petroquímico Cangrejera al Complejo Etileno XXI.
En julio de 2015 el Consejo de Administración de Pemex autorizó que el monto del contrato por los 20 años 6 meses de su vigencia por el transporte pasaría de 982 millones de dólares a mil 346 millones de dólares, con una tarifa anual de 65 millones 746 mil dólares por cambios de diámetros en los ductos, de válvulas, instalación de calentadores y por problemas sociales que ocasionaron cambios de ruta.
PROPONE CREAR TERMINAL
Sobre este tema, Braskem-Idesa negó que preferencia en el precio de etano que le compra a Pemex y señaló que fue la propia CRE la que lo estableció en su momento:
«Esta fórmula de precio fue aprobada por la Comisión Reguladora de Energía y es la misma que se aplicó entre subsidiarias de Pemex y también a otras empresas privadas (ejemplo, el precio de Pemex TRI para PMV-Petroquímica Mexicana de Vinilos-empresa privada, Braskem-Idesa o Pemex Etileno), y fue aplicada a esos otros clientes por un año antes mismo del inicio de operación de Braskem-Idesa lo que puede ser verificado en los informes de la Auditoría Superior de la Federación».
La empresa añadió que las “multas o penalizaciones” que forman el contrato (daños recuperables) son una más de esas cláusulas y «son ordinarias en cualquier tipo de contratos para cuantificar compensaciones a pagar en el caso de que una parte no cumpla con sus obligaciones de falta de suministro».
Braskem-Idesa aseguró que trabaja permanentemente con su proveedor (Pemex) en la búsqueda de soluciones ante la insuficiente producción de etano en México, la cual señaló, «perjudica a toda la industria petroquímica del país».
La firma se dijo «dispuesta a realizar inversiones para desarrollar una terminal de importación de etano que es la única solución para esta situación».
«Confiamos en que cualquier diálogo con la autoridad se dará en el marco del Estado de Derecho y la legalidad, condición indispensable para la confianza de las inversiones», reiteró.