Francisco Javier Pizarro
16/08/2020 - 12:02 am
El saqueo neoliberal es traición a la patria
Todos los expresidentes del régimen neoliberal violentaron la soberanía e integridad de México mediante la entrega a compañías extranjeras de los recursos naturales de nuestro país, el petróleo y el gas, los minerales a cambio de sobornos de millones de dólares y en algunos casos, acciones que de la noche a la mañana los enriquecieron
“No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer”, Goethe.
La corrupción e impunidad prevaleciente durante todo el periodo neoliberal de Carlos Salinas de Gortari a Enrique Peña Nieto no solo es un saqueo de los recursos públicos del Estado mexicano sino, sobre todo, un acto de traición a la patria, lo cual ha vulnerado la soberanía nacional y la estabilidad de los intereses nacionales. Dicho de manera llana, además de ladrones fueron traidores.
El hoy Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha sido el único que se ha atrevido a encararlos y denunciarlos jurídicamente con apego al artículo 123 de la Constitución de la República de 1917, que en mi opinión debería incrementar los artículos penales que son sumamente laxos.
El 5 de febrero de 2014, AMLO y su partido Morena presentaron una denuncia contra Enrique Peña Nieto por el delito de traición a la patria el cual, dijo, “con los aumentos de impuestos y la privatización del petróleo” aspira a estar a la altura de Santa Anna, Porfirio Díaz y Salinas”.
La denuncia obviamente fue archivada por el entonces Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, el de la “verdad histórica” en el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
El capitulo I “traición a la patria” del Código Penal Federal de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece: “Se impondrá pena de prisión de cinco a cuarenta años y multa de hasta de cincuenta mil pesos al mexicano que cometa traición a la patria en algunas de las formas siguientes:
– Realice actos contra la independencia, soberanía e integridad de la nación mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o gobierno extranjero. (Todos los expresidentes neoliberales).
– Tome parte en actos de hostilidad en contra de la nación, mediante acciones bélicas a las ordenes de un estado extranjero o coopere con este en alguna forma que pueda perjudicar a México. (Felipe Calderón)
– Tenga, en tiempos de paz o guerra, relación o inteligencia con persona, grupo o Gobierno extranjeros o le dé instrucciones, información o consejos, con objeto de alterar la paz interior.
– Invite a individuos de otro estado para que hagan armas contra México… sea cual sea el motivo que se tome.
Todos los expresidentes del régimen neoliberal violentaron la soberanía e integridad de México mediante la entrega a compañías extranjeras de los recursos naturales de nuestro país, el petróleo y el gas, los minerales a cambio de sobornos de millones de dólares y en algunos casos, acciones que de la noche a la mañana los enriquecieron.
En lo que se refiere al expresidente Salinas, se robó la mitad de la “partida secreta”, era un ramo en el presupuesto del Gobierno federal que el Presidente utilizaba como si fuera “su chequera personal”. En el último año de su Gobierno, Salinas tuvo acceso a 1.350 millones de pesos, dio a conocer el periódico Reforma en el año de 1997.
De ello dieron cuenta en 2009 el entonces Secretario de Comunicaciones y Transporte, Luis Téllez, y el expresidente Miguel de la Madrid, quien se arrepintió de haberlo elegido como su sucesor.
El hermano de Salinas de Gortari adquirió durante el sexenio de Carlos 41 propiedades, el que en una grabación telefónica desde el penal de Almoloya del Estado de México en el que fue recluido dijo a su hermana Adriana: “Te voy a aclarar de donde salieron los fondos, quién era el intermediario, para qué eran, de donde salieron y donde fueron (…) voy a decir que qué fondos salieron del erario público”. “El dinero es de Carlos”, concluyó (Aristegui Noticias).
El songo de Ernesto Zedillo, por su parte, canceló la red de los Ferrocarriles de México, a la que entregó a compañías ferroviarias de carga de empresas norteamericanas, que indudablemente, le aportaron miles de millones de pesos.
Vicente Fox, quien ahora se queja de ser “pobre” por la suspensión de las pensiones a presidentes que López Obrador ordenó desde el inicio de su Gobierno, no declaró en su patrimonio como Presidente 27 millones de pesos. Su esposa Martha Sahagún y el hijo de ella tenían una cuenta en la que recibían depósitos millonarios de un contratista del Gobierno de Fox con los que financió una constructora beneficiada por el IPAB con el remate de inmuebles a precio de ganga.
Nueve meses después de que dejara la Presidencia le “regalaron” al expresidente una empresa de transportes y posteriormente le dieron “gratis” acciones de una petrolera, así como donativos en “su honor”, de compañías fantasmas y personajes ligados a Oceanografía, insignia de la corrupción en su sexenio.
Los mandatarios presidenciales referidos, como podrá apreciarse, saquearon a la nación mexicana, lo que es, insisto, no solo un caso de corrupción e impunidad, sino también de traición a la patria.
A los que con descaro absoluto les valió un comino la soberanía de México y sus intereses nacionales fueron, además de Salinas, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Ambos sometieron la integridad de nuestra nación, que pusieron en manos de empresas trasnacionales como Odebrecht no únicamente para desmantelar las empresas paraestatales para consolidar la economía neoliberal globalizada, sino para obtener beneficios ilícitos como el soborno, financiar fraudes electorales, corromper a los partidos “opositores” como ha quedado demostrado en la elección Presidencial de Felipe Calderón, la “Reforma Energética” y el “Pacto por México” de Enrique Peña Nieto.
Pero el que más traicionó a la patria y continúa haciéndolo es el expresidente Felipe Calderón Hinojosa. No solo fomentó la corrupción y la impunidad, sino también, lo que es mas deplorable, el narcoestado, que dejó una estela de miles de muertos y desaparecidos y puso en manos de los cárteles de la droga el control territorial de casi todo el país, de las instancias de Gobierno y poderes, como el judicial, y corporaciones policiales municipales, estatales y federales y mandos militares, como ha salido a la luz pública.
Incurrió y lo sigue haciendo en los delitos establecidos en el capítulo de traición a la patria, descrito líneas arriba. Acató y autorizó el operativo de “Rápido y Furioso” impuesto por Estados Unidos, que lejos de contribuir a identificar personas y rutas del tráfico de armas, como se justificó, dotó de armas de alto poder a los cárteles de la droga.
Y digo que lo sigue traicionando a la patria, porque hace unas semanas se dio a conocer un video en el que el expresidente referido en una reunión con mandatarios de otros países afines a su ideología los convocó a destituir el Gobierno de Venezuela e incluso el de México, no por la vía electoral o la movilización ciudadana, sino también –dijo al final de su intervención– ambién por la ruta de la lucha armada en ambas naciones, aunque ya sobrio lo negó.
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