Manrique era originario de Veracruz y fue asesinado en Puebla por decenas de personas que lo acusaron de secuestro, delito que no comprobaron autoridades.
Por Edmundo Velázquez
Puebla, Puebla, 12 de agosto (Periódico Central).- «A mi niño hermoso me lo mataron, me lo mataron muy feo”, dice Ana María Tadeo, madre de Manrique, el hombre de 38 años, que fue linchado por una turba de mil personas en San Marcos Tlacoyalco, en el municipio de Tlacotepec de Benito Juárez, Puebla.
Tanto Ana María, como Élfego Mezquita, padres de Manrique, exigen justicia. E insisten que su hijo no era ningún secuestrador.
«Yo quiero justicia, que se haga justicia, que esos que me mataron a mi hijo, que esos que me mataron a mi hijo de esa forma tan despiadada que paguen, que paguen… Mi niño hermoso, me lo mataron, me lo mataron muy feo, mi criatura, ustedes saben más que nadie saben que no era un secuestrador, ustedes lo saben”, dijo en entrevista.
Manrique era originario del municipio de Ángel R. Cabada, localizado en la zona de los Tuxtlas, en Veracruz. Tenía apenas dos meses de haber visitado a su familia. Tenía dos hermanos y estudió hasta tercero de primaria. Tenía una hija que vivía en Michoacán con su primera pareja.
Desde hace 9 años vivía en Tehuacán, Puebla, en donde laboraba como parte de una empresa de cableado que era proveedora de Megacable. En Tehuacán tenía una vida estable con su actual pareja. Hasta que le enviaron a la zona de San Marcos Tlacoyalco, en el municipio de Tlacotepec de Benito Juárez.
La familia de Manrique, en Veracruz, ya tiene su cuerpo, el cual les fue entregado a sus hermanos. Ayer viajaron con sus restos a la población de Ángel R. Cabada y solamente piden justicia a las autoridades poblanas.
«Es el dolor más grande, el estar viendo esas imágenes e imaginar a mi hijo cuánto dolor sufrió en ese momento y después cuando me lo quemaron (…) Mientras no se castigue a esa gente como se le debe castigar seguirán pasando casos así, ahorita fuimos nosotros, al rato van a ser otros…”, advirtieron Ana María y Élfego.
Se espera que este día se confirme que la Secretaría de Seguridad Púbica del Estado de Puebla tome el control del municipio de Tlacotepec de Benito Juárez, debido a que solamente en la población de Tlacoyalco existen 7 policías para más de 13 mil habitantes.
Como Periódico Central informó, a las 18:00 horas del domingo 9 de agosto Manrique se encontraba en la junta auxiliar de San Marcos Tlacoyalco y fue reportado a la Policía Auxiliar cerca del campo deportivo de ese pueblo por una riña.
Cuando los policías auxiliares llegaron al lugar encontraron a un grupo de personas con palos en las manos quienes lo tenían rodeado. Él dijo que trabajaba en una empresa de cable en la ciudad de Tehuacán.
Y aunque nadie decía de qué acusaban a Manrique y tampoco lo señalaban directamente por algún delito, miembros de la Policía Auxiliar lo revisaron frente a las personas con las que se encontraba peleando. Después lo trasladaron a la comandancia del pueblo y lo tuvieron varias horas detenido sin ningún cargo.
A las 9 de la noche corrió el rumor entre los vecinos de que el detenido era un supuesto secuestrador de niños, e hicieron sonar las campanas de la iglesia pidiendo se reuniera el pueblo. No importando la pandemia por la COVID-19, unas mil personas se concentraron frente a la presidencia auxiliar de San Marcos Tlacoyalco.
Entre gritos y consignas, la gente decía que no permitiría que la policía se llevaran al supuesto secuestrador. Los vecinos comenzaron a atacar con piedras y palos la presidencia auxiliar.
Después con una unidad oficial derribaron puertas, paredes y lograron entrar hasta donde estaba el detenido. Elementos de la policía municipal y el director de Seguridad Pública del municipio arribaron al lugar, pero fueron golpeados.
Al extraer al detenido a golpes, le arrojaron piedras hasta destrozarle el cráneo. La gente pidió combustible y no permitieron el acceso a paramédicos para su atención prehospitalaria, aunque llegó una ambulancia.
La multitud observó la agonía del hombre hasta que perdió la vida. Varios minutos después arrastraron el cuerpo frente a la comandancia municipal, le arrojaron un líquido flamable y le prendieron fuego.
Ayer Periódico Central informó que el hombre linchado era inocente, fue identificado como Manrique Mezquita Tadeo, tenía 38 años y, en efecto, trabajaba tendiendo cableado para una proveedora de Megacable en Tehuacán.
Sus restos fueron entregados ayer a sus hermanos y se espera que hoy sus padres le den sepultura en el municipio veracruzano de Ángel R. Cabada.