Adela Navarro Bello
05/08/2020 - 12:04 am
Seguridad: la descoordinación oficial, la impunidad criminal
Pero la falta de coordinación entre una Fiscalía que se asume autónoma, un Secretario de Seguridad que responde a las necesidades del Ejército y la Marina, y un Fiscal de Inteligencia Financiera que actúa por obra e intereses de la Secretaría de Hacienda, dejan cabos sueltos que deberían hilvanar para lograr el desmantelamiento de las estructuras criminales que se han apoderado de las calles de México.
En el tema de la inseguridad y la violencia en México, el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador ha destacado por las siguientes acciones:
– La creación de la Guardia Nacional, integrada mayormente por militares comisionados a ese cuerpo policíaco, policías federales, y mandos de la milicia.
– La liberación de Ovidio Guzmán, el hijo de Joaquín Guzmán Loera, en octubre de 2019, ordenada por el propio Presidente de la República.
– El congelamiento de casi 2 mil cuentas a miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación, en el operativo Agave Azul, de la Unidad de Inteligencia Financiera.
– La aprehensión de José Antonio Yépez Ortiz, «El Marro», el 2 de agosto en Guanajuato, por parte de las fuerzas armadas.
Sobresale también este Gobierno de la República, como los tres anteriores, porque dos de los criminalmente más poderosos narcotraficantes mexicanos, como los son Ismael Zambada García, «El Mayo», y Nemecio Oceguera Hernández, «El Mencho», continúen su vida delictiva en la impunidad. En libertad.
Si bien los aciertos que se pueden contar en el Gobierno de López Obrador han estado en las acciones de las fuerzas armadas y de la Unidad de Inteligencia Financiera, que encabeza Santiago Nieto, destaca también la falta de coordinación y acciones concretas y efectivas por parte de las dos áreas cuya obligación es la de proveer seguridad a los mexicanos: La Fiscalía General de la República, y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la primera encabezada por el llamado Fiscal autónomo, Alejandro Gertz Manero, la segunda por Alfonso Durazo Montaño.
Durante el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto fue disuelta la Secretaría de Seguridad Federal que había sido planeada a finales del sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León y activada en los sexenios panistas de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, en esta última etapa, ahora de negro pasado considerando que quien la encabezó, Genaro García Luna, está preso y siendo juzgado en los Estados Unidos precisamente por colusión con los cárteles de la droga, particularmente con el cártel de Sinaloa.
En la nueva edición de la Secretaría de Seguridad, ahora de Protección Ciudadana en el Gobierno de Morena, Alfonso Durazo Montaño, no ha dado golpes de precisión. Su titularidad ha pasado más bien grisácea, y de acompañamiento a las fuerzas armadas. Dejó de lado los “objetivos prioritarios” que se venían investigando y persiguiendo desde sexenios atrás, precisamente para detener a los capos de la droga, cuyas estructuras criminales generan la violencia y la inseguridad en México, país donde en el 2019 se contabilizaron más de 34 mil 500 homicidios dolosos, y este año pinta para terminar por la misma cifra.
La aprehensión de «El Marro» es un logro que puede presumir el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero no debe detenerse ahí. Al mensaje de paz que no ha permeado ante la sociedad, que sigue sumando ejecutados y desparecidos aun en tiempos de cuarentena por la pandemia, debería seguir la aprehensión de los dos líderes criminales más notorios, ambos también buscados por la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos. «El Mayo» Zambada cuenta ya más de 50 años viviendo en la impunidad, entre la sierra de Sinaloa, áreas rurales y costas de Baja California, entre otros territorios en los que se adentra, con lujos e impunidad, para escapar de la justicia que parece no perseguirle. «El Mencho» Oceguera, con 20 años menos que «El Mayo», suma en su haber más de 30 años de impunidad, corrupción y violencia.
Pero la falta de coordinación entre una Fiscalía que se asume autónoma, un Secretario de Seguridad que responde a las necesidades del Ejército y la Marina, y un Fiscal de Inteligencia Financiera que actúa por obra e intereses de la Secretaría de Hacienda, dejan cabos sueltos que deberían hilvanar para lograr el desmantelamiento de las estructuras criminales que se han apoderado de las calles de México.
A propósito de la detención de «El Marro», el Presidente de la República, lo mismo que el General Secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandova, solicitó a las fiscalías que procuran justicia, y a los juzgados que administran la justicia, que realicen su trabajo con rectitud “que cumplan con la responsabilidad que les toca”.
Pero la coordinación, fuera de la que existe entre la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y las Fuerzas Armadas, ha sido muy débil en estos casi dos años de Gobierno del licenciado Andrés Manuel López Obrador, permitiendo que la impunidad en la que se desarrollan los cárteles de la droga y logran evadir la justicia los narcotraficantes, persista.
A la aprehensión de «El Marro», debe seguir la de los que se creen, a fuerza de corrupción y colusión, los infalibles del ámbito criminal: Ismael Zambada García, «El Mayo», y Nemecio Oceguera Hernández, «El Mencho». De otra forma, como la liberación de Ovidio Guzmán, esto seguirá siendo un circo más mediático que de estrategia integral de combate a la inseguridad y la violencia.
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