La epidemióloga española Marina Pollán afirma que es complicado alcanzar la inmunidad de grupo sin asumir «un costo en muertes y sobrecarga del sistema sanitario».
Por Ana Beatriz Micó
Madrid, 22 de julio (AS).- Las investigaciones que estudian el nuevo coronavirus con el objetivo de conocerlo mejor para poder debilitarlo siguen su curso. Esto ha permitido llevar a cabo grandes avances, aunque todavía quedan muchas dudas por resolver. Así lo han evidenciado este martes en la Comisión de Sanidad tres de las máximas responsables técnicas en la lucha contra la pandemia.
Por ejemplo, todavía no se sabe el porcentaje de la población infectada que ha desarrollado anticuerpos. “No hay estudios poblacionales grandes que lo digan”, ha confesado Marina Pollán, directora del Centro Nacional de Epidemología de España. “Podría haber un 10 por ciento, pero cuantificar eso ahora mismo es muy difícil. Todavía no tenemos una respuesta que poder dar», ha concretado.
En esta línea, Pollán ha demandado “mejores herramientas de vigilancia epidemiológica” para estudiar mejor el desarrollo del virus: “Si tienes un sistema fuerte, unificado, con canales de búsqueda rápida de información, eso es muy de agradecer cuando se dan situaciones como esta. No estábamos preparados para recibir millones de datos como está haciendo esta pandemia. Hace falta un sistema más rápido y potente con unas características técnicas mejores”.
INMUNIDAD COLECTIVA
El Ministerio de Sanidad llevó a cabo un estudio de seroprevalencia para conocer el porcentaje de la población española que ha sufrido el virus y presenta anticuerpos. Este estudio, realizado en tres oleadas con intervalos de 20 días entre ellas, demostró que poco más de un 5 por ciento de la población tenía estos anticuerpos, lo que podría suponer que más del 50 por ciento de los ciudadanos se han contagiado de coronavirus, en caso de que ese porcentaje del 10 por ciento mencionado por Pollán fuera real.
El estudio también reveló que los anticuerpos desaparecieron al cabo de tres semanas en un 7 por ciento, aproximadamente, de los pacientes que los tenían anteriormente. En la tercera oleada, el 14 por ciento de los voluntarios que presentaban anticuerpos en la primera ya no los tenían. Aunque no se sabe exactamente cuánto tiempo duran en el organismo, ni si hacen completamente inmunes a sus portadores.
Todos estos enigmas provocan que sea “muy difícil” conseguir la inmunidad de grupo en España sin asumir un cierto “costo en término de muertes y sobrecarga del sistema sanitario, algo que ya ha sido reconocido internacionalmente”, según explica Pollán. A lo que añade que los países que afirmaban que dejar a toda la población expuesta era la mejor estrategia están equivocados: “Parece que nuestros resultados señalan que esto no es así».
El Ministerio de Sanidad pretende hacer tres nuevas etapas del estudio de seroprevalencia en otoño, febrero y mayo “después de haber visto que la recomendación de la OMS de que hacer rondas tan rápidas no funciona tan bien como debería, y por la situación nueva de la epidemia después del desconfinamiento», ha explicado la directiva del Instituto de Salud Carlos III. También ha criticado la tardía llegada del estudio, aunque ha reconocido que pocos países lo han hecho con tanta precisión.
DEBILIDADES EN LA VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA
Además de Marina Pollán, también ha comparecido la directora general de Salud Pública, Pilar Aparicio, que ha pedido “seguir trabajando duro y mantener la tensión para evitar que el incremento de la transmisión alcance cotas difíciles de controlar”. En este sentido, ha detallado que desde que acabó la desescalada España ha acumulado 267 brotes, de los cuales 201 continúan activos en 17 comunidades autónomas, con 2 mil 289 positivos. “En estos momentos es importante que toda nuestra atención esté centrada en la detección temprana y el seguimiento exhaustivo de casos y contactos”, ha apuntado.
Aparicio coincide con Pollán en que los sistemas de vigilancia epidemiológica mostraron “algunas debilidades” durante los peores momentos de la pandemia: “Nos han mostrado esa amenaza que significa no tener un sistema de información tan fuerte como nos hubiera gustado”. No obstante, matiza que las cosas han cambiado: “Los actuales trabajos de seguimiento de contactos cubren un papel fundamental”.
La directora general ha explicado que los sistemas de detección actuales demuestran que entre un 50 por ciento y un 75 por ciento de los ciudadanos infectados por el virus son asintomáticos. Esto significa que cerca de un millón de personas podrían estar transmitiendo el virus sin saber que están contagiados, lo que dificulta su control.
VACUNA CONTRA LA COVID-19
María Jesús Lamas, directora de la Agencia Española de Medicamento, también ha intervenido en la Comisión de Sanidad, señalando que la vacuna “segura y eficaz” contra la COVID-19 “estará antes de dos años”, sin dar más detalles de plazos. Ha recordado que desarrollar una vacuna puede tardar diez años, pero que confía en que los ciudadanos tendrán «no una, sino varias vacunas seguras y efectivas en un tiempo récord».
No obstante, ha señalado que para que esto sea posible no basta con la investigación, sino que es necesario aumentar la producción a un nivel “nunca visto”, tarea de la que forman parte varias compañías españolas. En este sentido, ha recordado que España participará en el proceso de llenado y acabado de viales de una de las vacunas “más avanzadas”, la ARNM-1273, que pertenece a la farmacéutica estadounidense Moderna.
En el apartado vacunas, Aparicio ha anunciado que el Ministerio de Sanidad ya ha firmado los contratos para realizar una compra extraordinaria de vacuna contra la gripe, complementaria a las de las comunidades, con el fin de reforzar con cinco millones de dosis a, especialmente, profesionales sanitarios, personas mayores y personas de riesgo, ante una hipotética segunda ola en otoño.