Este viernes, el programa “Los Periodistas”, que conducen Álvaro Delgado Gómez y Alejandro Páez Varela, y que se transmite por Radio Centro y La Octava, cumple un año de transmisiones. Este día también, Delgado Gómez conversa con SinEmbargo sobre la situación del gremio, de los medios de comunicación y de las “benditas redes sociales” en un México convulso y de grandes cambios desde que también, hace casi dos años, Andrés Manuel López Obrador fue electo como el primer Presidente de la izquierda en el país.
Ciudad de México, 26 de junio (SinEmbargo).- El poder en México, sea de izquierda o de derecha, y venga del Presidente, gobernadores, diputados, senadores y hasta presidentes municipales, es intolerante con la crítica, pero en estos tiempos de convulsión y cambio, los periodistas, los que verdaderamente ejercen el oficio con responsabilidad, autonomía y sin cargas de intereses, son más necesarios que nunca, dice el periodista Álvaro Delgado Gómez.
Con más de tres décadas de labor en el periodismo mexicano, 25 de ellos laborando para la revista Proceso, y en un día especial: el primer año de “Los Periodistas”, espacio de información y análisis que comparte con Alejandro Páez Varela en la cadena La Octava, Delgado Gómez da sus impresiones sobre lo que denomina “un país convulso”, que vive momentos de cambios y reflexiones profundas y que, además, está en un escenario privilegiado para ejercer la libertad de expresión desde distintos foros.
Con la llegada del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, expone Delgado en una charla con SinEmbargo, el país está hoy en un constante reacomodo: primero se sacudió con el triunfo del tabasqueño en las elecciones del 2 de julio de 2018 y, luego, con el arribo de AMLO a la Presidencia de México el 1 de diciembre del mismo año.
Lo que hoy se vive, comenta, es consecuencia de lo que esta administración federal, la primera que emana de la izquierda mexicana. Y aunque se dice “preocupado por muchas que no me gustan de lo que está pasando”, también reconoce que, entre las sacudidas, hay grandes oportunidades para el periodismo y los profesionales de este oficio, también agitado por las políticas de la llamada Cuarta Transformación (4T) en materia de medios de comunicación.
Por ejemplo, dice Álvaro Delgado –quien nació en Lagos de Moreno, Jalisco, en 1966, pero afincado en la urbe de todos, la Ciudad de México, desde hace muchos años– un programa como el de “Los Periodistas” no hubiera sido posible en los sexenios de Vicente Fox Quesada, de Felipe Calderón Hinojosa y de Enrique Peña Nieto, porque no se hubiera aceptado la crítica libre, el análisis y la revelación de sus errores en una multiplataforma. Algunos lo hicieron, sin duda, y fue relevante para la vida pública de entonces y de ahora, cuando se están corroborando denuncias realizadas por ese puñado de periodistas, pero la sumisión de los medios y de sus dueños era tal entonces que una emisión así no habría tenido larga vida, agrega.
También, plantea, porque los propietarios de los medios no abrían los espacios suficientes y los patrocinadores no estaban dispuestos a ser parte de programas periodísticos serios que exhibieran, con pruebas fidedignas, los excesos.
“Tampoco ahora son tiempos sencillos, pero hay mejores condiciones para ejercer a plenitud, y hasta en exceso, la libertad de expresión; hay además nuevas herramientas tecnológicas para hacerlo y para que más personas estén enteradas”, afirma el también autor del libro El Yunque–La ultraderecha en el poder (Plaza y Janés, 2003).
“El poder, es decir todo el aparato del Estado, es intolerante con la crítica, y aquí incluyo al mismo López Obrador. A ese poder le resultan incómodos los periodistas y los medios que investigan, que muestran sus abusos y que lo exhiben ante una sociedad que necesita conocer quiénes son esos personajes, cómo se gastan el dinero de los ciudadanos y qué decisiones toman para mal o para bien del país”, explica.
AMLO Y LAS REDES SOCIALES
Los “exabruptos” que suele tener el Presidente contra la prensa, sean bien ganados o no, también han generado amplia polémica y una discusión que tendría que analizarse con más profundidad, comenta. Esas expresiones, añade el también ganador del Premio Nacional de Periodismo 2003, han alentado además controversias en otra arena donde, la mayoría de las veces, no se argumenta con fuentes, datos y herramientas periodísticas, sino con el encono: las “benditas redes sociales”, como las llama el propio López Obrador.
En este cambio, comenta Álvaro Delgado –especializado en política y, en particular, en los pasos de la derecha mexicana y del Partido Acción Nacional (PAN)–, grupos de participantes en las redes sociales magnifican las noticias, incluyendo las fake news, y se mueven conforme a sus intereses, pero en este nuevo escenario también se da el extremo del insulto y la desacreditación sin fundamento. Los periodistas, por supuesto, son blanco de esos ataques, lo merezcan o no, porque ciertamente hay quienes no son responsables de lo que publican.
“Pero insultar y agredir desde el anonimato desacredita la discusión. A mí no me importan esas agresiones, porque son una distorsión de lo que debería ser una polémica que aporte y que contribuya a la democracia. Hay por ejemplo, los que acusan a los periodistas, en general y sin ninguna prueba, de ‘chayoteros”; hay los que, como el Presidente, usan el calificativo de ‘fifís’, otros más aplican el de ‘chairos’, pero todas esas son aberraciones lingüísticas que en nada ayudan a formar opinión”, considera el autor de El ejército de Dios: Nuevas revelaciones sobre la extrema derecha en México” (Plaza Janés, 2005).
En este escenario de francas diferencias entre quienes están con el proyecto del Presidente López Obrador y quienes simpatizan con la oposición, particularmente la de derecha, se le pregunta si el Presidente ha generado con sus expresiones más encono contra los periodistas en México, y los coloca en una situación endeble.
“Sin duda se muestra un desprecio por ciertos periodistas y medios desde las redes sociales, y el riesgo es que esos grupos no diferencian entre quienes hacen un trabajo profesional, apegado a la ética, y los que, tradicionalmente, han servido a intereses particulares.
“La corrupción, sin duda, ha manchado y degradado al periodismo. Pero los ataques sin fundamento son inaceptables. En este caso, no le compro la agenda ni a los opositores ni a los aliados. Nuestra responsabilidad está con la verdad y los hechos, y no debemos quedarnos callados. En mi caso, actuó con una lógica estrictamente periodística, y eso implica también asumir las consecuencias por lo que se publica, cosa que no sucede con quienes agreden desde el anonimato en las redes sociales”, dice Delgado.
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Este viernes, el programa “Los Periodistas” cumple un año desde su primera emisión en Radio Centro, y desde la plataforma de Youtube de esa cadena. En pocos meses, la emisión se trasladó también a la televisión abierta por La Octava.
De acuerdo con el más reciente reporte de IPSOS –difundido el pasado 17 de abril–, el programa que dirigen Delgado Gómez y Páez Varela, y que se trasmite de lunes a viernes de 6 de la tarde a 8 de la noche, se colocó en el quinto lugar entre los de mayor audiencia en México.
Para Delgado, este año en esa emisión ha sido “una travesía” gozosa” y el mayor gozo, expone, ha sido el premio que la audiencia nos ha dado: su fidelidad.
“Ni Alejandro ni yo teníamos mayor experiencia en radio, televisión o en Youtube, ambos venimos del periodismo escrito. Pero supimos adaptarnos con facilidad a la multiplataforma. Lo que ha permitido que el programa avance es que somos auténticos, nos avala una trayectoria de muchos años y, en particular, no tenemos compromisos con nadie”, expone el también autor del libro El Engaño. Prédica y práctica del PAN (Grijalbo, 2007).
También, dice, porque respetamos mucho la profesión y a los colegas que, aunque escasos, han dado por años la lucha contra el poder “en un contexto infame, por eso también nos gusta invitarlos al programa, citarlos con nombre y apellido, darles crédito a ellos y a sus medios”.
En honor a ese periodismo valiente y certero, expone, “ayuda más que haya medios críticos. Los barberos no ayudan ni a quien le hacen la barba. Los serviles no sirven”, insiste Delgado, porque con esa práctica perdemos todos y más la población a la que se le quita el derecho de estar bien informada.
“‘Aquí no se oculta nada’, me gusta decir en ‘Los Periodistas’, porque así es como somos: auténticos, profesionales e independientes”, concluye quien en 2016, a través de Ediciones Proceso, publicó el libro El amasiato. El pacto secreto Peña-Calderón y otras traiciones panistas.