La emergencia sanitaria alentó los permisos de las administraciones y provocó retrasos en la ejecución de los proyectos fotovoltaicos en España.
Las fuentes de energía limpia permitieron cubrir durante la crisis de la COVID-19 cerca del 50 por ciento de la generación eléctrica en un contexto de demanda deprimida por el parón económico y desplome de los precios en el mercado.
Por Antonio M. Vélez
Madrid, 21 de mayo (ElDiario.es).- España batió en abril otro récord de potencia eléctrica gracias a la instalación de nuevas plantas de energía renovable y pese al parón en la conexión de proyectos como consecuencia del estado de alarma. Los últimos datos de Red Eléctrica reflejan que en abril la potencia instalada del sistema eléctrico nacional alcanzó los 110 mil 480 mega whats (MW), un nuevo máximo histórico, tras la adición de 192 MW de nueva potencia renovable el mes pasado, repartidos prácticamente al 50 por ciento entre eólica y fotovoltaica.
Pese al nuevo récord, alcanzado tras la retirada en enero de 227 MW de carbón en Baleares, el parón ha sido evidente. En los tres últimos meses (enero-abril), el saldo total de la potencia del sistema eléctrico apenas ha aumentado en 400 MW, frente al incremento de más de 3 mil 300 MW registrado en el trimestre anterior (octubre-enero).
Los problemas que se están encontrando los promotores como consecuencia de la pandemia están resumidos en un documento publicado esta semana por una de las principales compañías españolas del sector fotovoltaico, Solaria.
En un programa de pagarés registrado el lunes, Solaria reconoce que está «sufriendo las consecuencias del estado de alarma decretado en España debido a la COVID-19 con efecto en los plazos con las administraciones respecto a los permisos, licencias y aprobaciones necesarias para la construcción de plantas fotovoltaicas». También apunta que esta situación extraordinaria ha provocado problemas en las cadenas de suministro y la suspensión o ralentización de trabajos.
Según Solaria, desde la declaración del estado de alarma, la actividad de las administraciones con las que trabaja para obtener los permisos de construcción y desarrollo de plantas fotovoltaicas «se ha ralentizado considerablemente», lo que unido a la paralización de los plazos administrativos va a retrasar «previsiblemente» la fecha de entrega de los proyectos.
PROBLEMAS DE CONSTRUCCIÓN
Además, algunos subcontratistas «no han sido capaces de trabajar en la construcción de las plantas» y otros que sí han podido hacerlo han visto reducido el ritmo de los trabajos por la adopción de mayores medidas de seguridad y los condicionantes logísticos. Por último, «el cierre de factorías en ciertos países a causa de la COVID-19 ha provocado ciertos retrasos en la provisión de determinado equipamiento», que han ido de «unos pocos días a varias semanas».
Esta empresa, que actualmente opera 320 MW en España y se ha marcado el objetivo de instalar 3 mil 325 MW hasta 2023, comunicó este miércoles que ha obtenido el Informe de Viabilidad de Acceso favorable (IVA) para instalar 695 MW fotovoltaicos en Burgos, uno de los proyectos más grandes de su cartera, con el 21 por ciento de su objetivo para el próximo trienio.
Las fuentes de energía limpia, que superaron en diciembre la mitad de la potencia instalada en España, han permitido cubrir durante la crisis de la COVID-19 cerca del 50 por ciento de la generación eléctrica en un contexto de demanda deprimida por el parón económico y desplome de los precios en el mercado. En horas puntuales, se han registrado hitos como el que la solar (fotovoltaica y solar térmica) llegase a cubrir el 29 de abril un nuevo máximo de potencia instantánea en el sistema eléctrico peninsular: 8 mil 753 MW producidos que permitieron cubrir el 31 por ciento de la demanda cerca de las 14:00 horas de esa jornada.
PARÓN GLOBAL
A escala global, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) advierte en su informe anual, publicado este miércoles, que el shock del coronavirus va a provocar en 2020 la primera caída en 20 años en las nuevas capacidades de energías renovables instaladas en el mundo, con un descenso interanual del 13 por ciento, hasta los 167 gigavatios. Pero la agencia destaca que las renovables, pese a que «no son inmunes» a esta crisis, sí son «más resilientes que otros combustibles», dado que es la única fuente de energía que crecerá este año, «en contraste con los combustibles fósiles y la nuclear».
Porque tras el parón, vendrá la ansiada recuperación y en ella la transición ecológica está llamada a jugar un papel protagonista, con una enorme demanda embalsada pendiente de conexión de más de 16 mil solicitudes de nuevos proyectos esperando en la cola de REE, según contaba esta semana Expansión.
El sector fotovoltaico español, que ha saludado el proyecto de Ley de Cambio Climático remitido esta semana por el Gobierno al Congreso, espera que el Ejecutivo apruebe a corto plazo, vía Real Decreto-ley, un nuevo sistema de subastas que permita convertir al sector en «motor de la recuperación». La patronal UNEF confía en que la esperada reforma del marco de Acceso y Conexión a la red «aporte transparencia y evite comportamientos especulativos».