Aunque es necesario seguir trabajando en ellas para determinar su eficacia, las nuevas vacunas “representan un enfoque prometedor para crear una vacuna contra el paludismo».
Madrid, 20 mayo (EFE).- Dos vacunas contra la malaria basadas en parásitos de esta enfermedad manipulados genéticamente demuestran ser seguras para su uso en humanos y evidencian “signos preliminares de protección”, según un estudio que publica hoy miércoles Science Translational Medicine.
Aunque es necesario seguir trabajando en ellas para determinar su eficacia, las nuevas vacunas “representan un enfoque prometedor para crear una vacuna contra el paludismo, la cual se busca desde hace tiempo, pero que es difícil de conseguir”, señala la revista.
Los tratamientos farmacológicos y medidas como el uso de mosquiteros reducen el impacto de la malaria durante las últimas décadas, pero la enfermedad sigue siendo un gran desafío de salud pública en países en desarrollo.
Lograr una vacuna contra la malaria que funcione es un objetivo fundamental de los científicos durante 50 años, pero la mayoría de candidatas no ha conseguido mostrar beneficios duraderos durante los ensayos.
Un grupo de científicos holandeses creó una vacuna basada en una versión modificada genéticamente del parásito Plasmodium berghei, que infecta a los roedores pero no causa enfermedad en los humanos
Este parásito fue modificado para expresar una proteína del Plasmodium falciparum, con el que está estrechamente relacionado y que es la causa principal de la malaria en humanos.
La vacuna fue administrada a 24 voluntarios sanos, que toleraron bien la inmunización y no experimentaron ningún efecto secundario.
Además, la vacuna retrasó las infecciones cuando los voluntarios inmunizados se expusieron a mosquitos infectados con P. falciparum, un efecto que puede resultar al bloquear al parásito para que no invada las células del hígado, según cree el equipo.
Los autores también consideran que la inmunización reduciría la carga de parásitos en el hígado en un 95 por ciento, lo que indica que podría proporcionar cierta protección a los individuos.
La segunda vacuna tiene un enfoque similar y usa una versión genéticamente debilitada del P falciparum, la cual se testó en 19 voluntarios para demostrar que era segura y se toleraba bien.
El siguiente paso fue vacunar a 39 voluntarios, algunos con esta vacuna, llamada PfSPZ-GA1, y otros con otra vacuna de control, tres veces a lo largo de 24 semanas, para exponerlos después a la picadura controlada de mosquitos infectados con Pfalciparum.
Según los resultados, tres personas mostraron una protección total, mientras que otros mostraron algunos signos de protección o de retraso de la infección, si se comparan con los voluntarios que recibieron el placebo.