Los grandes colapsos del petróleo en la historia revelan que lo ocurrido este año es único y casi irrepetible. La mayor parte de los colapsos han sido por un aumento de oferta
En la crisis de 2008 primero fue la oferta y más tarde la demanda, en tanto que en la crisis del coronavirus ambos factores coincidieron a la vez.
Por Vicente Nieves
Ciudad de México, 20 de mayo (Economía Hoy).- El desplome que ha sufrido el petróleo (los futuros del crudo Texas llegaron a cotizar en negativo) desde principios de enero hasta tocar suelo a finales de abril no tiene precedentes.
No solo por la caída en picado de los precios, que ha llevado al crudo Brent a niveles de hace casi dos décadas, sobre todo por la naturaleza casi irrepetible que ha provocado el colapso, con una oferta que mostraba una tendencia al alza, junto a una demanda que ha colapsado de un día para otro en un mercado que, además, contaba ya con un nivel notable de inventarios de petróleo.
Todo hace indicar que los ingredientes que han generado este colapso del crudo son únicos (no tienen comparación en episodios pasados) y, probablemente, irrepetibles por la singularidad de la situación que ha generado el coronavirus.
Jan J. J. Groen y Michael B. Nattinger, economistas de la Reserva Federal de Nueva York, analizan los colapsos del crudo Brent acaecidos en 1986-1987, 1997-1999, 2008-2009 y 2015-2016. Aunque todos guardan ciertas similitudes con el actual, los movimientos de la oferta y la demanda vistos en los últimos meses no tienen parangón a lo largo de la historia, lo que otorga al colapso de 2020 de gran singularidad.
1986-1987. En 1985, la cuota de mercado de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) había pasado desde 52 por ciento de 1973 hasta 30 por ciento de ese año, una caída provocada por el aumento de la producción de petróleo en otros lugares (como en el Mar del Norte, por ejemplo).
Para recuperar su peso en el mercado, la OPEP decidió en 1986 introducir un nuevo sistema de precios y aumentar su producción, lo que desembocó en una gran caída de los precios del petróleo, alrededor del 50 por ciento, seis meses después del pico de los precios del crudo Brent.
1997-1999. En una reunión de la OPEP a finales de 1997, la organización de países productores de petróleo decidió aumentar su cuota de producción para todos sus miembros. Este aumento del bombeo se produjo en un contexto de estancamiento de la demanda mundial producto de la crisis que sufrieron los ‘Tigres Asiáticos’ en 1997 y al deterioro de las condiciones financieras a finales de 1998 tras el colapso del hedge fund Long Term Capital Management.
Los precios del crudo Brent cayeron alrededor de un 30 por ciento en la decimotercera semana de ventas masivas y permanecieron en esos niveles durante gran parte de 1998 hasta que los precios cayeron un 10 por ciento adicional, comentan los analistas de la Fed.
2008-2009. En otoño de 2008, la contracción de la demanda causada por la crisis financiera se convirtió en un verdadero lastre para el petróleo. A ello había que sumarle una gran acumulación de inventarios previo, lo que condujo a una disminución significativa del precio del petróleo, con una caída del crudo Brent de aproximadamente el 70 por ciento para la primavera de 2009 (seis meses después del pico en los precios del crudo Brent).
2015-2016. Comienza de forma clara la guerra contra el fracking y el shale oil (petróleo de esquisto). La expansión de la producción ce petróleo en Estados Unidos desde el final de la Gran Recesión, y en menor medida en Rusia, lleva a la OPEP a incrementar su producción de crudo para preservar su cuota de mercado, lo que lleva a un exceso de oferta que hunde los precios del «oro negro», generando unos niveles de inventarios a nivel global que solo han sido superados con la actual crisis del coronavirus.
Los precios del crudo Brent se redujeron más de un 50 por ciento en un período de ocho meses y se recuperaron, solo parcialmente, después de este período. Desde entonces el petróleo no ha vuelto a ser lo que era.
2020. Llega la crisis que ha empequeñecido a la Gran Recesión. Los precios del crudo Brent han sufrido un desplome del 72 por ciento en un periodo de solo cuatro meses, acorralados por un golpe doble que ha dejado a esta materia prima ante un colapso sin precedentes en la historia.
Como se ha podido ver en los anteriores colapsos, normalmente el precio del crudo corrige cuando la demanda pierde fuerza (por una crisis, por ejemplo) o cuando los productores aumentan con fuerza la extracción de crudo (oferta) para ganar cuota de mercado vendiendo a menores precios.
En esta ocasión el golpe ha vendo de ambos lados a la vez: el coronavirus ha provocando la mayor caída de la demanda en la historia, mientras la guerra de precios entre Arabia Saudita, Rusia y el fracking de Estados Unidos (otra vez por la cuota de mercado) había nutrido con antelación un mercado de petróleo «barato».
El resultado ha quedado a la vista y pese a las fuertes subidas de las últimas semanas, el Brent aún no ha logrado reconquistar los 35 dólares por barril.
Estos expertos creen que «resulta evidente que el aumento de la oferta de petróleo (producción) es el ingrediente más común de las ventas masivas. Por el contrario, el papel de las expectativas de demanda global difiere entre estos episodios.
Por ejemplo, en los episodios de 1985-86 y 1997-99, las expectativas de un mayor suministro de petróleo arrastraron a la baja los precios, mientras que las expectativas de la demanda global se mantuvieron como mínimo constantes y, generalmente, mejoraron».
Sin embargo, en el episodio 2008-2009, las consecuencias sobre la demanda de la crisis financiera mundial también provocaron que los precios del crudo Brent perdiesen fuerza. El hecho de que la oleada de ventas de 2008-2009 fuese causada primero por factores de oferta y más tarde por factores de demanda generó unos precios para el petróleo relativamente bajos durante un tiempo prolongado, mientras que para los anteriores colapsos, que se produjeron por los cambios en el lado de la oferta (una mayor producción de petróleo), los precios se recuperaron, en muchos casos, en un periodo inferior a un año.
«Tanto en el entorno actual como en 2008-2009 se produjo una combinación de expectativas de demanda que se deterioraron rápidamente y un amplio suministro de petróleo, lo que condujo al colapso de los precios del petróleo. La diferencia esta vez es que los choques de las perspectivas de la oferta y la demanda han ocurrido simultáneamente, mientras que en 2008-09 las caídas de los precios del petróleo se pusieron en marcha inicialmente ante unas mayores expectativas de la oferta de petróleo por la promesa de un aumento de la producción de la OPEP, a lo que después se unió un deterioro de las perspectivas de la demanda mundial debido a la crisis financiera», sentencian los expertos de la Fed.