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La educación a distancia no es posible en zonas de Acapulco; familias no tienen ni internet

19/05/2020 - 9:35 pm

No es fácil dar clases en línea o supervisar el trabajo, cuando ni la mitad de las familias tienen un celular con datos, ya ni se diga una computadora o acceso a internet. Cuando, antes de la contingencia, los niños aportaban al gasto familiar vendiendo artesanías a los turistas, y ahora deben buscar qué comer.

Por Kau Sirenio

Acapulco, Guerrero, 19 de mayo (PiedePágina).- La COVID-19 evidenció que el municipio de Acapulco, conocido en el mundo como el «paraíso del Pacífico», no cuenta con infraestructura digital para que los estudiantes de la zona rural puedan recibir clases desde su domicilio. Los niños no solo enfrentan el monstruo de la tecnología, sino el desempleo y la violencia por el crimen organizado.

El caso más emblemático es la Zona Escolar 044 de educación primaria que atiende dos regiones, una urbana y otra rural. Las familias del área rural se dedican a la vendimia de comida, la pesca, al campo o al transporte público. Los pocos profesionistas que terminan una carrera universitaria emigran al norte del país: Ensenada, Tijuana, Mexicali y Ciudad Juárez.

El profesor Julio Hernández Aldama miembro de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación Guerrero (CETEG), dice que la Zona Escolar 044 a la que está adscrito tiene un serio problema, porque los niños no tienen acceso a equipos electrónicos que les permita realizar sus estudios desde la casa.

“La burocracia ha aumentado, ahora solo se llenan formularios y encuestas que no reflejan nada en la educación. Impera la desorganización en la estructura de la SEP, jefes de sector, supervisores y directores interpretan a su manera y hacen lo que está a su alcance solo para cumplir la orden del secretario de Educación Guerrero, Arturo Salgado Urióstegui”, dice.

“Fíjate, de un grupo de 18 alumnos, en promedio seis padres de familia estuvieron en comunicación vía whatsapp los primeros días. En estos días, los padres de familia dicen que están haciendo trabajo que los maestros les mandan. Mientras que dos o tres padres de familia enviaron la tarea a través de fotografía y video” explica el profesor.

“La escuela primaria Emiliano Zapata se encuentra en la Colonia Diez de Abril, donde trabajo desde hace siete años. Para mí es absurdo pedirles que entreguen evidencia como fotografía o vídeos, así como lo piden las autoridades educativas. Porque tenemos alumnos que ni siquiera recibieron el paquete de Libros de Texto Gratuitos al inicio del ciclo escolar”.

JULIO CÉSAR HERNÁNDEZ ALDAMA

Desde que la Secretaría de Educación Pública (SEP) suspendió las clases presenciales el 20 de marzo pasado, los padres de familia ya no enviaron a sus hijos a la escuela. Los maestros frente a grupo realizaron reuniones con los padres para informar de las medidas que se tomarían con los alumnos y sus actividades.

Posteriormente, la SEP anunció que partir del 20 de abril, se reanudarían las actividades escolares a través del programa Aprende en Casa.

“El anuncio provocó una oleada de incertidumbre acerca de las nuevas formas de realizar el trabajo docente. La SEP y su aparato burocrático quedaron expuestos” dice Julio César.

El profesor toma un respiro antes de contestar las preguntas que se les plantea:

“Los niños no cuentan con un celular, ni pensar en internet. Hay otros que no tienen ni para comer porque sus padres se quedaron sin trabajo. La contingencia que vino a cerrar casi todos los negocios a las que dependían”.

El Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, aseguró el pasado 29 de abril que el programa Aprende en Casa fue exitoso; ya que contó con 3 millones de alumnos de preescolar a bachillerato.

“Las cifras están manipuladas», revira el profesor Julio César. «El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación mintió, porque siempre han sido cómplices en el manejo de las cifras, que fueron recabadas a la par de la Secretaría de Educación Guerrero. Sería muy interesante que muestren en que se basó esta modalidad a distancia con el Plan y programa de estudio para tener esos resultados”.

VIOLENCIA

Desde hace 15 años el municipio de Acapulco vive bajo fuego entre grupos rivales que se enfrentan por el control de la zona. Lo que era “lo más bello de Acapulco” dijera el divo de Juárez, ahora está abandonado y militarizado. Con la pandemia, se recrudeció el desempleo y aumentó en una espiral la migración.

Si bien es cierto que ya no se habla de violencia en la Costera Miguel Alemán, porque los militares tomaron el control en esta franja turística, en las colonias aledañas y comunidades rurales de Acapulco aún campea la violencia y los servicios básicos no existen.

“Los que menos tienen serán excluidos. La brecha de la desigualdad económica aísla por partida doble. Sin acceso a la educación y sin empleos por el cierre de los negocios en el puerto que se alimenta del turismo. Así quedaron cientos de niños y sus familias en la localidad”, deplora Hernández Aldama.

Originario de San Luis Acatlán, el profesor habla de lo complicado que ha sido tener comunicación con los padres de familia:

“Sólo la mitad del grupo tiene un celular, otros comentan que no tienen whatsapp, que en cuanto tengan dinero le pondrán saldo. Padres de familia que no saben leer; otra madre de familia me dice vía telefónica que no puede hablar muy bien el español y que por eso no puede ayudarle a su hijo con las tareas”.

LA COLONIA DE RAYMUNDO VELÁZQUEZ

La colonia Diez de Abril fue fundada en los años noventa por el luchador social Raymundo Velázquez Flores, quien fue asesinado el 7 de agosto de 2013, cuando regresaba de Iguala, Guerrero. Los primeros pobladores de este asentamiento fueron familias provenientes de Tlapa; la mayoría habla su lengua materna el me’phaa (tlapaneco), tu’un savi (mixteco).

Las niñas y niños venden artesanías o frutas en la zona turística para ayudar a sus padres con ingresos extra. Aquí los estudiantes asisten de manera irregular a las clases, en estos días no tienen comunicación alguna con sus maestros.

“En la zona escolar tenemos la escuela Nicolás Salinas Sotelo, que cuenta con el programa Niños en Alegría, el cual consiste en dotar con 30 tabletas. Ofrece talleres a maestros y alumnos de manera periódica desde el inicio del actual ciclo escolar y funciona con internet que provee la escuela. En el escenario actual estos dispositivos han sido prácticamente inservibles. Y es que sólo funcionan con el sistema que le instala el mismo Programa. No se les puede ingresar aplicaciones como Facebook o Whatsapp; los alumnos no cuentan con internet y en caso de sufrir el equipo un daño o extravío es cancelado Niños en Alegría de la escuela”, explica Julio César.

Añade: “A pesar de ello, el Programa ha ofrecido apoyo para llevar las clases de manera virtual, sin embargo, el escenario se repite, niños sin celular, sin internet, con equipos sin capacidad para las aplicaciones, sin datos y no se pudo acompañar a los alumnos mediante el gestor de clases y los docentes”.

“Los encargados de garantizar una educación de calidad hoy han delegado la responsabilidad en los padres de familia, sin antes dotarlos de los servicios públicos necesarios para una vida digna. Padres de familia que tienen que atender de uno a tres hijos en diferentes niveles de la educación básica con tareas, buscar ingresos económicos y enviar evidencias a los docentes”, recapitula.

Las carencias en esta colonia son visibles, le falta todo. Antes de que fuera asesinado Raymundo Velázquez, él venía gestionando servicios básicos como agua potable, drenaje, energía eléctrica y servicio médico.

“Esta colonia la vamos a convertir en una comunidad de paisanos de la montaña. Aquí voy a poner en práctica lo que aprendí en Ayotzi”, dijo Raymundo en una entrevista cinco días antes de que lo asesinaran.

“Los compañeros dicen que es muy complicado contactar a los padres de familia, y cumplir con los requerimientos de las autoridades educativas. Familias sin televisión, o quienes cuentan con ella no sintoniza el equipo los canales, la radio poco o nada la sintonizan” retoma el profesor.

Julio César dice que a pesar de campaña nacional de sana distancia que implementó la secretaría de salud que insiste: “Quédate en casa”, los directivos citan a su personal en la escuela, para que entreguen documentos o asistan a reuniones.

“El 6 de mayo circuló en la Región de Acapulco una encuesta dirigida a los padres de familia y maestros. La SEG le pidió a los directivos que levantaran la encuesta. Las preguntas fueron: si estaban o no de acuerdo en iniciar las clases el 1 de junio. Hay un trasfondo político en esta encuesta”.

“Es imprescindible que el magisterio y los sectores sociales impulsen una agenda común, que centre las demandas en beneficio de las familias para tener una educación digna. Pero al mismo tiempo se tendrá que discutir en las bases del magisterio democrático la ruta que debe adoptar la CETEG” propone.

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Redacción/SinEmbargo
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