Los entrevistados cuentan cómo Wood abogó por ella misma a lo largo de su carrera. Luchó por la libertad de elegir sus propios proyectos estando bajo contrato en el sistema de los estudios (que es la única razón por la que pudo actuar en West Side Story, o Amor sin barreras) y luchó por un salario igualitario por The Great Race (La carrera del siglo).
LOS ÁNGELES, 23 de mayo (AP) — La suerte de Natalie Wood: What Remains Behind (Natalie Wood: Entre bambalinas) dependía de una entrevista a Robert Wagner. La directora Laurent Bouzereau sabía que sería una conversación delicada. Si no funcionaba, no habría documental. Así que fue lo primero que filmó.
“Si no había nada interesante ahí o ago que simplemente pareciera apropiado, no íbamos a seguir adelante con la película”, dijo Bouzereau.
Con su hijastra Natasha Gregson Wagner en la silla del entrevistador, Wagner pasó dos días relatando la historia de la vida de su esposa: sus altos y sus bajos, su primer matrimonio, su segundo matrimonio y cómo éste acabó con su trágica muerte en las aguas frente a la costa del sur de California, a los 43 años.
“No queríamos hacer algo que fuera tan sólo una carta de amor”, dijo Gregson Wagner, quien también produjo el filme. “Realmente queríamos retratarla a ella y toda su humanidad. Obviamente teníamos que lidiar con esa noche y teníamos que lidiar con la polémica a su alrededor”.
Y lo hicieron en una conversación franca, sincera y emotiva que el público curioso podrá ver por sí mismo cuando el documental se estrene por HBO el martes a las 9 de la noche (hora de Nueva York). Y aunque quizás sea la fascinación por la muerte de Wood lo que los atraiga, es todo lo demás lo que los mantendrá pegados al televisor.
“Si no conocen a Natalie Wood y no adoran a Natalie Wood, entonces no aman a Hollywood, no aman el cine”, dijo Bouzereau, quien también dirigió el documental Five Came Back (La guerra en Hollywood).
En “Natalie Wood: What Remains Behind”, Bouzereau cuenta la historia de la vida de Wood a través de sus pertenencias, fotos, videos caseros hechos en Super 8 y 16mm (algunos de los cuales su familia nunca había visto) y entrevistas a quienes la conocieron mejor.
“No tratamos de hacer periodismo de investigación”, dijo Bouzereau. “Estamos contando la historia de una familia, la historia de una carrera increíble, la historia de una esposa, de una madre y, por último, también la historia de una tragedia”.
Wagner, el exesposo Richard Gregson, Robert Redford, Mia Farrow, sus hijas y otros brindan sus voces y sus historias, en algunos casos de manera catártica.
“Siento que por tanto tiempo la gente quizás por respeto a mis padres no habló públicamente de mi mamá porque se volvió algo en cierta forma vil. Pienso que ellos se sintieron aliviados de tener finalmente la oportunidad de compartir”, dijo Gregson Wagner. “Realmente querían hablar de ella, querían contar sus historias, querían rememorar”.
Los entrevistados cuentan cómo Wood abogó por ella misma a lo largo de su carrera. Luchó por la libertad de elegir sus propios proyectos estando bajo contrato en el sistema de los estudios (que es la única razón por la que pudo actuar en West Side Story, o Amor sin barreras) y luchó por un salario igualitario por The Great Race (La carrera del siglo). Redford incluso le acredita a Wood por haber impulsado su carrera usando su influencia para conseguir que lo eligieran para Inside Daisy Clover («Intimidades de una adolescente») cuando todavía era relativamente desconocido.
Wood también cuenta parte de su historia a través de entrevistas de archivo reveladoras que hizo a lo largo de los años y un honesto artículo de revista inédito que escribió, titulado Public Property, Private Person (Propiedad pública, persona privada), que Gregson Wagner lee en la película.
“Era súper importante darle una voz”, dijo Bouzereau.
Estaba emocionado por descubrir que las decisiones cinematográficas de la actriz en las últimas etapas de su carrera fueron de algún modo autobiográficas.
“Eligió actuar en películas que tenían temas y narrativas que realmente trataban asuntos que le preocupaban”, dijo. “Las películas que discutimos en el documental se convirtieron en ilustraciones de la propia Natalie”.
Lo que el documental no es, sin embargo, es una investigación de su deceso. No hablan con la policía ni con el capitán del yate Dennis Davern, y nunca pretendieron hacerlo. Y tanto Christopher Walken como la hermana de Wood, Lana, declinaron participar.
Pero la entrevista con Wagner, esa que era “determinante” para el filme, podría bastar.
Fue idea de Bouzereau que Gregson Wagner la hiciera. Luego que Wood murió, su hija de 11 años se quedó en California al cuidado de su padrastro, mientras que a su padre, Richard Gregson (fallecido en agosto), lo visitaba.
“Realmente quise resaltar esa relación”, dijo Bouzereau.
Gregson Wagner quería lo mismo. Su padrastro, dijo, “ha sido tan (tergiversado) por gente que no lo conoce. Él es increíblemente comunicativo y genuino y auténtico”.
Dijo que esta película lo muestra como la persona que ella sabe que es.
“Nosotros obviamente no discutimos la noche que ella murió muy a menudo, pero era importante para mí que él se sintiera lo suficientemente seguro para contarlo”, dijo. “Pudo contar su historia en sus términos”.