El organillero toca. Frente a él caminan los atrevidos y los que no pueden quedarse en casa. Van 449 muertes, hay 5 mil 847 infectados. Y el organillero sigue tocando en la Ciudad de México. 

Ciudad de México, 16 de abril (SinEmbargo).– A casi un mes de distancia de que autoridades mexicanas establecieran la Jornada Nacional de Sana Distancia, trabajadores y atrevidos recorren todavía las calles de la Ciudad de México, la cual no había estado tan quieta. Un recorrido realizado por SinEmbargo muestra a parejas, empleados, empleadas y demás personajes atendiendo sus celulares mientras intentan resguardarse del COVID-19, virus que se originó en el anochecer de 2019 en Wuhan, China.

“Por favor, sólo ingrese una persona”, dice el letrero de un establecimiento. Frente a este, decenas pasan. Está el que pasea a su perro, el organillero, los que atienden la farmacia, los policías que posan para la cámara, los jóvenes que sonríen frente al negro panorama que ofrece la segunda quincena de abril.

Las horas pasan. El encierro aguarda por más tiempo. Y es que dijeron que el 19 de abril… pero los casos siguen aumentando en el país. Hasta la noche del martes 15 de abril, 449 personas habían muerto en el país por el COVID-19. Entre las víctimas hay una niña con síndrome de Down, alteración cromosómica que causa algunos trastornos, incluida la inmundo supresión.

En México, el México de los atrevidos que desafían al virus, se han confirmado 5 mil 847 casos. Lo repiten una y otra vez: quédate en casa, quédate en casa. Ya van 5 mil 847 casos, recuérdalo.

Los policías en el Sistema de Metrobús reparten a los pasajeros gel-antibacterial. Son amables, están ahí desde temprana hora y además están al pendiente que los usuarios no invadan los carriles destinados para mujeres.

La mayoría de los pasajeros que utilizan el transporte son trabajadores que tienen que ir a sus centros de labores. También quienes visiblemente se ve que salieron de sus casas para ir por las compras de despensa.

Las estaciones del Metrobús, al menos las de la Línea 1, se ven considerablemente vacías a diferencia de los días previos a la pandemia. El motivo: la línea morada no trabaja con normalidad, pues el número de metrobuses fue reducido considerable.

Locales como lavanderas, ferreterías, e incluso talleres mecánicos operan con normalidad. Uno de los dueños de una ferretería, que prefirió omitir su nombre aclara que permanecen abiertos porque las autoridades les indicaron que podrían hacerlo: «Pero desde el momento que nos digan que cerremos acatamos la orden», aclara.

No será suficiente que los policías ofrezcan el alcohol para que limpies tus manos. No será tampoco suficiente que la gente use tapabocas (pues el virus entra por los ojos), ni que intente mantener la sana distancia en sitios como el Sistema de Transporte Colectivo (STC).

La pandemia ha acelerado ya su paso en el país. Y en las calles aún se hace tráfico. Y en las calles aún va la gente distraída.